C6. Señora Optimista.

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Tres semanas después…

—¿Y esa sonrisa?—cuestiona Jason tomando asiento a mi lado.—Si me lo pienso mejor hace semanas que tienes esa enorme sonrisa en los labios. ¿Puedo saber a qué se debe?

—Realmente a nada en especial.

—Por lo regular siempre sonríes pero ahora  tu sonrisa es mucho más amplia ¿sabes?—murmura sin dejar de mirarme.
Anclo mis ojos en él y dejo escapar el aire de mis pulmones de manera lenta.—¿Tú crees?

—Vamos, Fer.—hace una pausa.—Cuéntame.

—La verdad es que no pasó nada especial.—miento encogiéndome de hombros.—Estoy igual que siempre.

—Hola.—saluda Israel acercándose a nosotros. Deja un pequeño beso sobre mi mejilla y luego choca su puño con  Jason.—¿Qué hacen, eh? Pensé que habían dicho que tenían un examen importante.

—Y lo tuvimos un poco  antes de la hora acordada.—murmura Jason encogiéndose de hombros.

—¿Qué te sucede a ti, eh?—cuestiona. Israel deja escapar un largo suspiro y niega lentamente.

—Estoy seguro que el señor Collins me odia.—replica entornando sus ojos.—Siempre encuentra una razón aparentemente coherente para exponerme delante de todo el mundo y no obstante con eso todavía me humilla…

Me echo a reír de inmediato y niego.—Collins no es malo, Israel.

—¿Qué no es malo?—cuestiona enarcando una ceja.—¡Es malísimo!

—No seas exagerado.—me burlo y una risita se escapa de sus labios.

—Como sea.—replica sin perder la sonrisa.—¿Cómo van ustedes, eh?

—Tratando de sobrevivir.—responde Jason y yo me rio.—Tenemos un millón de cosas pendientes y el señor Jenkins apenas y nos da tiempo para respirar.

—Es el mejor amigo del señor Collins. ¿Qué esperabas?—responde el recién llegado.

—Los hombres siempre son tan dramáticos.—me burlo y los dos me miran.

—¿Qué van a hacer mañana después de la escuela?—cuestiona Jason.

—Ir a casa como todos los días.—responde Israel.—Creo que eso es lo único que extraño de California. Allá podíamos ir a la playa a nadar, al centro comercial, hacer una infinidad de cosas y aquí no tenemos mucho de eso.

—Si quieres nadar puedes ir la lago Pirtsbury pero probablemente la sangre se te congelará.—anuncia Jason encogiéndose de hombros de manera despreocupada y él se ríe.

—¡Jason!—exclamo.

—Bien, era broma.—responde.—Lo que quería decir era que mañana después de la universidad podíamos ir a esquiar. Creo que a todos nos vendría bien un poco de paz y distracción de tantas cosas que nos dejan aquí ¿no creen?

—No sé esquiar.—admite el menor de los Pimentel.—Pero tengo que admitir que es una idea excelente.—¿Vienes, Fer?

—Tengo que pensarlo bien.—respondo encogiéndome de hombros.—No soy buena esquiando, la última vez casi me fracturé una pierna pero…supongo que ir para darles apoyo moral también suena bien ¿no creen?

—Supongo que si.—admite Jason dejando escapar una risita de diversión.—Entonces no se diga más…mañana después de la universidad...nos vamos a esquiar…

—Esperemos que esto salga bien, chicos…

—Claro que va a salir bien, señora Optimista.—se burla Israel.—No hay manera de que no.

INVIERNO|Joel Pimentel (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora