C16. Un frío verano.

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—¿Fernanda…?—cuestiona la voz de mamá apenas entro en la casa.—¿Dónde estabas? Te estuve llamando toda la tarde pero tu celular estaba apagado...

—Se quedó sin batería.—respondo lentamente.

Detengo mis pasos en el umbral de la sala y me quedo en silencio contemplándola fijamente.

Está sentada en uno de los sofás. Mi padre permanece sentado en el sillón frente a ella.—¿Fer…? ¿Qué sucede, amor…?

—¿Sabías que Los Pimentel se mudaron de nuevo…?—pregunto en voz baja. Y cuando menos me lo espero nuevas lágrimas están rodando por mis mejillas.

—Mi amor…—susurra poniéndose de pie. Sus brazos rodean mi cuerpo y un sollozo escapa de mis labios.—Lo siento tanto…

—Es que no logro entender por qué Joel no me dijo nada…—murmuro lentamente.—Porque Israel no me dijo nada…se suponía que éramos amigos y ni siquiera por eso lo hizo…

—No puedes juzgarlos, Fer.—anuncia papá poniéndose de pie para acercarse a mí con pasos lentos.—Los Pimentel la estaban pasando mal, amor…lo sabes. Las personas estaban constantemente diciendo cosas sobre ellos. Incluso al padre de los chicos lo despidieron del trabajo por eso…

—¿Qué?—chillo apartándome de mamá. Me saco las lágrimas de las mejillas con brusquedad y niego lentamente.—¿Por qué la gente seguía pensando eso? ¡Joel no hizo nada! Nunca le hizo daño a nadie… ¿Por qué seguían con esa terquedad…?

—Fer…—inquiere él.—Cada cabeza es un mundo, mi amor. Y cada persona piensa diferente. Nosotros sabemos que Joel no hizo nada de lo que las personas decían ¿y sabes por qué lo sabíamos…? Porque tú eras su amiga. Porque te conocemos a ti y porque sabemos que si él hubiese sido un mal chico tú te habrías quedado al margen…—hace una pausa.—Pero las cosas no siempre son buenas, Fernanda…

—Me duele…—admito sentándome en el filo del sofá.—Me duele saber que no voy a volver a verlos a ninguno de los dos…

—Todavía puedes llamarlos, mi amor.—susurra mamá.—Puedes verlos en videollamadas, puedes enviarles mensajes de texto…

—Escucha, Fer…hay muchas maneras en las que todavía pueden estar en contacto ¿entiendes?—hace una pausa.—Tal vez en este momento todo te parezca no más que una burla pero nosotros no te vamos a dejar sola…vamos a estar aquí para ti y si lo que quieres en este momento es llorar; entonces hazlo. Te hará bien…

—Solo quiero ir a mi habitación y llorar, mamá. Solo eso.

(…)

La soledad de mi habitación me hace querer echarme a correr lejos.  Ha pasado un mes completo desde el día que Collin me dijo que Israel con toda su familia habían vuelto a California. Un mes completo desde que mi corazón se hizo añicos y un mes completo desde que apenas y puedo conciliar el sueño.

No voy más a la cabaña porque los recuerdos que tengo con Joel de nosotros haciendo el amor ahí es como si quemaran mi piel. Es como sí estuviese volviendo a vivirlos y me causan dolor porque al final de cuentas sé que solo son eso. Recuerdos de lo que un día fue.

Mi relación social con las personas en la universidad es nula. Ellos me ignoran a mí y yo los ignoro a ellos y así está bien, no es que me queje de todos modos. El tema de Joel siguió rondando por lo menos una semana más hasta que Meghan hizo tema público el hecho de su hermana será madre y entonces todo el mundo tras felicitarla por la tan grata noticia se olvidó por completo de los Pimentel. Excepto yo porque tengo a uno de ellos tan metido en la piel, la cabeza y el corazón que sería totalmente imposible hacerlo.

INVIERNO|Joel Pimentel (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora