Ella se ríe sobre mis labios pero no se aparta ni un solo centímetro. Llevo mis manos a su cintura y acaricio su piel expuesta al tiempo que la siento estremecerse. Fernanda busca el dobladillo de mi camiseta de mangas largas y la saca de su camino tan rápido como puede, mi piel se estremece un poco cuando siento el ambiente frío en el que estamos pero ese pequeño estremecimiento se esfuma de inmediato cuando el calor de su cuerpo me da la bienvenida.—¿Vas mucho al gimnasio?—cuestiona y yo me rio antes de volver a besarla.
—Sí. Al menos iba mucho al gimnasio en California.—respondo apartándome un momento.
—Entiendo.
—¿Puedo…?—pregunto señalando su ropa. Ella asiente de inmediato. Retiro lentamente su blusa y ella se ríe nerviosamente antes de que mis labios la besen de nueva cuenta. La escucho gemir y automáticamente una pequeña parte de mi autocontrol cae haciéndose miles de pedazos. Fernanda se mueve un poco sobre mi regazo y esa pequeña acción hace que mi pulso se acelere. Todavía hay varias capaz de ropa que separan nuestros cuerpos pero siento que mi piel comienza a arder de un momento a otro y es definitivamente su culpa.—¿Sabes que no tenemos que hacer esto justo ahora, verdad?—cuestiono.
—Lo sé.—admite en voz baja.—¿Pero sabes que quiero hacerlo de todos modos, cierto?
—¿De verdad estás segura que quieres esto…?—pregunto tratándola de hacer desistir de la idea pero cuando asiente de inmediato me doy cuenta que no hay nada en el mundo que yo le pueda decir a esa chica y la haga cambiar de opinión.
Se retira un poco para mirarme a los ojos y llevo mi mano a su mejilla para acariciarla lentamente.—¿No quieres hacerlo conmigo…?
—Sabes bien que no se trata de eso. Obviamente quiero hacer el amor contigo.—murmuro.—Se trata más bien de que no quiero que te arrepientas después, Fer…
—No me arrepentiría jamás..
—¿Sabes que puedes decirme que pare en el momento que quieras, cierto?
—¿Vas a hacerme el amor sí o no?—cuestiona entornando sus ojos. Me rio de inmediato antes de volver a besarla.
Sus frías manos acunan mi rostro evitando que me aleje demasiado. Llevo mis manos a su espalda y lentamente deshago la unión del broche de su sostén, la siento estremecerse y ofreciéndole una pequeña sonrisa la acaricio lentamente. Un gemido escapa de sus labios de inmediato y luego echa su cabeza hacia atrás dándome un acceso más completo de su cuello, llevo mis labios a él y la beso con fervor haciéndole soltar algunos jadeos que hacen que mi autocontrol se debilite todavía más.
Mis caricias son lentas, es un afán por hacerla desistir de la idea pero cuando siento sus manos en la cintura de mi pantalón buscando des hacerse de él me doy cuenta que nada de lo que diga o haga va a servir para que eso pase. Me rio por lo bajo y la coloco a mi lado.
Sus ojos me miran un momento, le sonrío débilmente antes de sacarme mis propios pantalones. Fernanda se ríe y la vuelvo a besar lentamente.—Eres hermosa ¿sabes?—murmuro y sus ojos vuelven a verme.—Por fuera, por dentro, en todos los malditos sentidos. Eres malditamente hermosa, Fernanda Lerner…
—¿Malditamente hermosa?—cuestiona enarcando una ceja.
—Para mí lo eres.—me rio.—Porque me embrujaste desde el jodido momento en el que te vi por primera vez y ahora eres…
—¿Tuya?—me pregunta. Asiento lentamente y luego vuelve a besarme atrayéndome hacia ella. Gateo sobre el suelo mientras ella se recuesta sobre la alfombra de la cabaña sin dejar de mirarme a los ojos. Mi cabeza es un mar de pensamientos cada uno más intenso que el anterior y solo por un segundo me siento completamente abrumado.
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INVIERNO|Joel Pimentel (Completa)
FanfictionHasta el invierno más crudo se ve opacado por la calidez cuando llega la primavera.