Capítulo 1: Visitante sorpresa

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Hoy se cumplen nueve meses desde que Amelia me abandonó, cada día que pasa me vuelvo más amargado. Aun no comprendo su abandono, odiaría pensar que sólo me dejo de amar una mañana y a la siguiente sólo decidió abandonar todo lo que en algún momento planeamos. Pero en fin debo seguir con mi maravillosa vida.

Pasaron unos minutos después de que desperté por mis dudas existenciales, me tire a contemplar la blancura de la almohada que tenía sobre el rostro cuando en ese momento:

­­­-- Señor Isaac  --- llamó a mi puerta mi ama de llaves María. De mi boca se escucha un gruñido en señal de "No molestar".

--- Señor Isaac---  insistió ella ---  En la sala lo espera un señor llamado Carlos Jiménez---. Dijo

Sin tener la menor idea de quién se trata me levanto de mi cama, al abrir mi puerta María está con la preocupación a flor de piel. A lo lejos escucho el llanto de un bebé.

Es posible que los paparazzi no hayan encontrado otra opción para poder acercarse a mi puerta que la dulce inocencia de un bebé, con eso no lograría causar la más mínima compasión de mi parte.

--- ¿Qué es lo que desea ese señor? ---- pregunto un poco irritado por el grito del bebé. Tallo mis ojos un poco pues la luz que se cuela por las ventanas me irritaba

--- Creo que es algo que debe atender usted mismo --- dice María mientras nos dirigimos a la planta baja.

María se veía algo muy preocupada, sino fuera tan escéptico juraría que había visto un fantasma o algo peor. Al llegar el señor Carlos arrulla a un bebé, con él trae un mundo de cosas de recién nacido; yo por mi parte empiezo a preocuparme.

--- Muy buenos días, señor Isaac --- saluda el individuo que invade mi sala.

--- Buen día --- respondo algo cortante --- Esta no es la manera de pedir mis servicios ---dije pensando que su visita era por trabajo.

Soy un modelo con cierta fama, los contratos me caen como lluvia y no tan fácil los aceptaba. Eso pensé ya que no traía ninguna cámara con él. Tal vez era uno de esos padres que ayudaban a su esposa con el bebé.

--- ¡Oh no!... No estoy aquí por trabajo ---  responde mientras con un pañuelo se seca el sudor de su frente, al parecer cuidar de un bebé es un fastidio --- Estoy aquí para hablar con usted sobre la se...seño...--- aclara su garganta tras tartamudear ---  Señora Amelia --- culmina.

Al escuchar su nombre mi cuerpo se tensa, mis nervios empiezan a hacerse presentes. Será posible que al fin tuviera noticias de ella.

Flashback:

--- Isaac, tengo que darte una noticia ---me dijo Amelia mientras con sus manos acariciaba mi rostro.

Como me gusta el suave tacto de su piel contra la mía y poder aspirar el aroma de sus manos, tenía un dulzor tan ella que me volvía loco.

--- ¿Qué pasa cariño?--- pregunté mirando sus hermosos ojos

--- Dime ¿Qué pasaría si llegara un pequeño Isaac o una pequeña Amelia? --- preguntó con mucha ilusión en su mirada.

Mi cara se descompuso al oír eso, yo jamás he querido tener hijos: Solo lloran, comen y defecan.

--- Te diría que habría que cuidarnos más para evitarlos. ¿Por qué la pregunta? --- Respondí sin haberme percatado del impacto que eso iba a causar.

Con tristeza ella se levantó de la que fue nuestra alcoba

--- No, por nada --- sin mirarme echó un vistazo a su celular ---Ya es algo tarde, me iré a mi departamento, mis compañeras estarán furiosas conmigo-dijo ella entre risas nerviosas.

El Invasor *editándose * Donde viven las historias. Descúbrelo ahora