30 de Septiembre del 2019
Apoyó su frente sobre el arcaico pilar en cuyo extremo superior se exhibían pequeños querubines observando en dirección a las puertas del auditorio n°25.
-Mierda -dijo fastidiado. Y es que ya había intentado abrir la puerta con aquellas laves por quinta vez y aún no lo podía conseguir. Campbell lo mataría.
Una suave voz suscitó a sus espaldas.
- Puedo ayudarte si así lo necesitas.
Andy esperaba una respuesta del joven que ahora volteaba a verla, le sorprendía la osadía que creyó ella no poseería.
Vaya, tiene agallas.
- Parece que tienes problemas con el cerrojo- añadió la joven luego de que el castaño le realizara un escáner para después ignorarla por completo.
¿Pero qué le pasa a este tipo?, pensó ella.
Pero no hubo cambio en la actitud del chico. En definitiva, debió de no haber olvidado el suceso del café. Se preguntaba cómo es que pudo haberle enojado tanto.
Eddie permanecía con la esperanza de que la fastidiosa niñata se marchara y le dejara solo. Ya se encontraba bastante frustrado con las malditas cerraduras obsoletas de la universidad. ¿Cuándo carajos las cambiarían?
Pero ella seguía allí.
Qué demonios...
- ¿¡Puedes largarte?!- harto exclamó no pasando desapercibido. A lo que Andy respondió frunciendo el ceño.
Justamente tras ella venía caminando Campell, quien tras oír a su ayudante tratar de esos modos a una alumna no dudó en interceder.
-¿Qué pasa aquí? ¡Eddie, es una alumna!- el maestro, tomando el brazo de la joven mientras con sus ojos demostraba preocupación- No estaba haciendo nada malo. Te estaba ofreciendo ayuda. Disculpe señorita Smith -para pedirle permiso y apartarse arrastrando a Eddie del antebrazo.
El abogado permaneció mudo, se suponía que Cambpell no debía estar ahí. ¿Podía ser esta mañana peor?
La charla de Eddie al final no pareció ser tan aburrida como imaginó. Resultó ser que cuando comenzó a exponer la temática ante el auditorio, podría atreverse a decir que aquel tipo de orbes oscuros podría quizá ser no tan apático como a demostrado ser hasta el momento... Quizá sí tenga corazón.
Entró a la casa para dirigirse rápidamente a las escaleras camino a su habitación, pero los gritos de tía Teresa en la cocina le distrajeron.
- ¡Te he dicho que quiero un traje elegante pero barato, joder!- había oído a su tía hablar con acento español, pero aún no se acostumbraba del todo. Tomó asiento en los escalones dejando su bolso a un costado- ¿Es que acaso es muy difícil pedir eso? Pues quiero que me lo consigas.
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Maybe ©
Genç KurguEn una búsqueda empedernida científicos ingleses logran asemejar la imagen humana en un espécimen creado en base a recombinación genética. Años más tarde, ella es liberada desconociendo su real origen. Es así como dos años más tarde su vida está a p...