Capítulo 15

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Se recostó mirando al techo y a los poco minutos tocaron la puerta de su habitación, era Luke que venía a llamarla para que vaya a la sala con él, porque sus padres estaban llegando.

Bajó con su hermano, ambos se sentaron en el sillón y Mary les sirvió un bocadillo mientras esperaban que sus padres llegaran.

El silencio le dió a Kim el tiempo para pensar, por un lado el por qué había aceptado, Liam era un mujeriego sin remedio, él mísmo se había metido en un problema por enamorar a una desequilibrada chica.

Por otro lado, sus sentimientos, que debía hacer luego de que todo el teatro se acabara, seguir toda la vida esperando a que su mejor amigo la viera como algo más que una hermana a la cual debía proteger. No quería eso, era algo complicado, tenía una relación con Liam, pero no la que ella deseaba.

Lo único que ella significaba para Liam era una salvación, el salvavidas que no lo dejaría hundirse en aquel mar de locura que suponía Debby.

La parte buena era que duraría menos de lo planeado. Tendría que ser fuerte para no entregarse a la tentación de estar entre los brazos de Liam.

Cada vez que tuviera que besarlo sería una tortura.

¿Estaría dispuesta a no dejarse llevar por el deseo?

-¡Mamá, papá!- Kim despertó de su trance al oir a Luke gritar a su lado.

Sus padres, al fin habían llegado, los extrañó demasiado, en especial a su madre, su confidente.

Los señores Collins, dejaron caer sus maletas al suelo y se posicionaron frente a sus hijos.

Kate Collins, una mujer alta de porte elegante, cabello oscuro, ojos café al igual que su hijo, y piel tostada por el viaje.

Hans Collins, igualmente alto y elegante que su esposa, cabello oscuro y ojos azules grisaceo al igual que Kim, piel tostada por el viaje y una radiante sonrisa al ver a sus hijos.

-Mis niños.- musitó Kate al arrojarse sobre ellos y apretujarlos en un cálido abrazo que ellos correspondieron al instánte.

Kim necesitaba de su madre y mucho, quería hablar sobre su extraña relación con Liam, naturalmente no le contaría la verdad, lo necesitaba.

Su padre también los recibió con otro abrazo fuerte y besó la cabeza de su hija.

Mary apareció en la sala con refrescos y la familia Collins compartió los eventos que habían ocurrido esa semana que estuvieron separados, omitiendo la fiesta a mitad de semana a la que fueron y la que aconteció horas antes en el mismo lugar donde estaban parados.

En la cena los relatos no cesaron, Kim no esperó más y contó que había empezado a salir con Liam. Sus padres parecían emocionados, muy emocionados, excepto por unos cuantos comentarios de su padre sobreprotector, ambos estaban contentos.

Fue más fácil de lo que creyó, definitivamente fue más fácil sin la mirada fría de Roger sobre ella.

                         [ ☆☆☆]

Tiiii, Tii, Tiii.

Otro maldito día de escuela, Kim agradecía que esta fuese la última semana de clases.

A regañadientes se levantó, se duchó, se cambió y bajó mentalizandose para enfrentar a sus amigas, de las cuáles tenía cientos de mensajes, preguntando sobre la fiesta y Liam.

¡Que día!  Pensó Kim y sonrió al entrar en la cocina.

Desayunó rápido y corrió escaleras arriba nuevamente, para buscar sus cosas, Liam llegaría en cualquier momento.

Lo confirmó al escuchar la bocina de su auto. Se apuró para llegar antes de...

Tarde, ya estaba dentro de la casa hablando con su madre.

-Llegaremos tarde.- dijo tratando de persuadir a su madre.- Adios.- sentenció tomando el brazo de Liam para arrastrarlo fuera de la casa.

-Buenos días... si dormí exelente... ¿tú también? Me alegra saberlo.- dijo sarcástico una vez que subieron al auto.

Kim lo fulminó con la mirada y él cerró la boca de inmediato. Arrancó y salieron a toda velocidad hacia el instituto.

-Idiota.- susurró mirando el camino a través de la ventanilla del auto.

-Repítelo.- la retó Liam deteniendose en la acera.

Ella se giró y quedaron cara a cara, se observaban desafiantes, sin parpadear.

-Dije, idiota.- repitió lentamente.

Liam siguió con su rostro impasible y Kim le guiño un ojo antes de voltearse para abrir la puerta.

Tiene seguro.

Imbécil.

-Quita el seguro.

Liam no se movió, ni parpadeo.

-¿Estás sordo o qué? Dije que le quites el seguro.

Nada.

-Liam.- pasó una mano frente a su rostro.

Le tomó la mano y la atrajó hacia su cuerpo lo más que pudo.

-Vuelve a llamarme idiota, pequeña y ya verás.

Kim tragó fuerte y sin poder evitarlo llevó su mirada a los labios de Liam. Su aliento era una mezcla de pasta de dientes y... no podía ser. No debía hacer eso, se alejó y Liam quitó el seguro para dejarla bajar.

Rodeó el auto y entrelazaron sus manos al entrar al instituto.

Allí los increparon Gin y Mack.

-Liam, la robaré un segundo.- anunció Gin llegando junto a ellos y tomando el brazo de Kim.

Se alejaron un poco y comenzaron.

-¿Cómo pasó esto? Te dejamos por un minuto y al siguiente, poof de novia.-Mack rió y la miró esperando una respuesta.

-Así van a aprender a no dejarme sola, perras. No lo sé, sólo pasó y ya. Somos novios, todos lo saben, estamos bien.

Ambas se miraron y envolvieron a Kim en un abrazo.

-Te felicitamos, chica. Pero si te hace algo nos dices, porque le espera una paliza.- Kim estalló en carcajadas al oir a su amiga decir aquello.

-Puedes estar tranquila, comenzamos anoche. Yo creo que es muy pronto para creer que me lastimará, y además tengo un hermano, si pasa algo él se encarga no lo dudes.

Todas rieron y fueron en busca de Annie. La encontraron en el lugar de siempre, con la persona de siempre, Frank.

Con ellos también estaban Luke y Liam, Kim saludó a la parejita feliz y se posicionó junto a su novio, al momento en que éste le pasaba un brazo por los hombros, volviendo a pegarla contra su cuerpo.

Ellos charlaban pero Kim no prestaba atención. En su mente rondaba lo que Gin dijo sobre que Liam la lastimara, pero Kim sabía que eso no era posible.

Liam no podría lastimarla, por la sencilla razón de que nada era real.

Ah, y si, por la otra simple razón de que ya lo había hecho.



Enamorada De Mi Mejor Amigo (SueñosPeligrosos#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora