Capítulo 16

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Una semana.

Ya había pasado la última semana de clases. Fue una semana normal, la única diferencia era que había hablado con Zack y le agradó bastante y al parecer a él también ella. El problema era que, cada vez que estaban hablando solos, aparecía Liam para espantar al chico y regañarla como si de una niña se tratase.

Se estaba tomando el papel de novio muy a pecho. Cuando ella le preguntaba sobre su comportamiento él le respondía que lo hacía para que nadie sospechase nada.

Sacando los celos de Liam y las charlas con su nuevo amigo, todo seguía normal.

Kim terminó con buenas calificaciones y se encontraba llegando a su casa en el auto de Liam, riendo y jugando con él.

Se bajó, Liam se despidió y se fue a su casa. Kim entró a la suya feliz de que se terminara la tortura de las clases, pero sabía que ella llegaría en unos días, asi que también estaba en guardia.

Saludó a su madre que estaba en la sala y fue hacia la escalera, pero la voz de su madre la hizo detenerse en el segundo escalón.

-Dime.

-Cariño, iba a decirte que tenemos invitados esta noche.

No podía ser estaba super cansada y además ella ya tenía planes.

-Kim.- llamó su madre al ver que ella no respondía.

-¿Quiénes?

Su madre sonrió.

-Los Ross- se volteó para volver a sentarse.

-Pero, mamá, es que Liam y yo quedamos en salir esta noche.

Kate se detuvo al oír aquello.

-La cena no durará mas de una o dos horas, luego la noche es suya, hija.

Kim asintió perpleja. Una cena con la familia Ross.

Exelente, ahora tendría que aguantar las miradas asesinas de su padre hacia Liam, las interminables charlas de Laila con su madre y por si fuera poco, la seriedad y el frío trato de Roger con el mundo entero.

Resignada a una cena horrorosa Kim decidió relajarse y desconectarse del mundo por un momento.

Cerró la puerta de un golpe y soltó el bolso con los útiles sobre la cama.

Se deshizo de la ropa y se metió al baño para darse una larga y refrescante ducha, el calor de ese día causó que su cabello estuviera más rebelde que de costumbre.

Se ató el cabello en un moño flojo y entró bajo el refrescante chorro de agua que la hizo estremecer levemente.

Una vez que hubo terminado, salió del baño envuelta en una bata, lanzó su bolso al piso y se tiró a la cama mientras dejaba que la bata se encargase de absorber el agua que aún corría por su cuerpo.

Se vistió perezosamente con ropa cómoda y volvió a recostarse en la cama, tomó sus audifono y se los colocó.

Sintió una mano en su brazo.

Dio media vuelta en la cama y se encontró con un rostro sonriente que la observaba desde arriba.

-¿Como estas, papi?

-Sorprendido, cariño, muy sorprendido.

Kim rió y se incorporó sentandose en la cama dejando un lugar a su padre.

Ahí supo que su madre se había encargado de organizar la cena a espaldas del resto de su familia.

-Tampoco yo lo sabía, papá.

-Tú madre es una mujer terrible, ni bien llegué me obligó a que me duchara y me pusiera algo formal. Si no conociera a los Ross hubiera creído que venía a cenar el presidente, cariño.

Su padre estalló en carcajadas y Kim se contagió de él.

¿Vestirse formal? Maldición y ella que quería estar cómoda. No entendía por qué su madre se obsesionaba por estar tan impecable.

-Veo que a ti no te lo dijo.

Su padre se fijó en lo que ella vestía, una camiseta suelta y el pantalón de un viejo pijama.

-Pues... no.- respondió.- Voy a buscar algo más... acorde al gusto de la señora Collins.- volvió a levantarse de su cama y fue directo al armario.

Escuchó salir a su padre y tomó un vestido azul francia que le quedaba a la perfección. No era muy formal pero si algo discreto y lo que más quería, era cómodo. A su madre le gustaría.

Se cambió nuevamente y se comenzó a arreglar el cabello, sabía que los invitados eran muy puntuales.

Demasiado puntuales para su gusto, cada vez que los invitaban llegaban a la hora exacta en las que los habían citado.

Cuando era más pequeña, creía que ellos llegaban antes y se paraban en la puerta a esperar que diera la hora, para en ese momento justo tocar el timbre y ser las personas más puntuales del mundo.

Tal vez sea por eso que a Liam le disgustaba tanto que ella llegase tarde a sus salidas, sus padres eran obsesivos de la puntualidad.

Kim rió ante sus ocurrencias y se observó en el espejo.

Con poco maquillaje se veía perfecta, se amarró el pelo nuevamente, pero esta vez en una ordenada coleta con escasos mechones sueltos que le daban un poco de actitud al simple peinado.

Terminando de inspeccionar el maquillaje y peinado, se levantó y fue hacia el espejo de cuerpo completo que estaba cerca de la ventana.
Genial el vestido era hermoso, con un delicado cinturon rosa opaco que le hacía un ajuste en la cintura, le llegaba unos pocos centímetros por encima de las rodillas.

Simplemente perfecta al gusto de su madre y al propio mucho más, se acercó al espejo y revisó su labial antes de ir en busca de su madre para que le diera el último visto bueno.

Salió de su habitación caminado por el pasillo que llevaba al cuarto de sus padres, quedaba justo al final del corredor. Abrió la puerta y se encontró con sus padres en medio de un beso, que al oír el sonido de la puerta se separaron y llevaron su mirada hacia ella.

Siempre había admirado la relación de sus padres, ellos se conocieron en la universidad su padre iba en el último año y lo habían asignado de tutor para su madre, ella iba en el penúltimo año. Ambos cursaban la misma carrera, leyes, ambos se enamoraron y se casaron dos años después de haber acabado la universidad.
Llevaban un año de casados cuando tuvieron a Luke y compraron esta casa con ahorros de toda su vida, al año siguiente nació Kim.

-Lo siento.- musitó apenada.

-Tranquila, cariño, ¿qué es lo que necesitas?- preguntó Kate alisando su vestido al dejar de abrazar a su marido.

-Nada importante, quería que vieras mi atuendo, ¿te gusta?- tomó el vestido de los costados y los elevo un poco, girando para que su madre observara.

Ella la escaneó detenidamente y sonrió complacida.

-Me encanta, hija.- Kim exhaló y sonrió a sus padres para a continuación dirigirse a su cuarto.

Unos minutos después se oyó el timbre y el golpeteó de su madre en la puerta para que salga y bajé con ella.

Luke y Hans ya se encontraban abajo, Kate le dió la señal a Mary para que abriera la puerta, dejando ver del otro lado de ella a los invitados.

Mierda, mierda y más mierda.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2022 ⏰

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Enamorada De Mi Mejor Amigo (SueñosPeligrosos#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora