Me encontré un hermoso gato

321 22 6
                                    

Los personajes no pertenecen sino a la autora Mizuki quién actualmente se llama Nagita, y a la ilustradora Igarashi.

Pero la siguiente historia es 100% de mi imaginación.

A finales de noviembre en Chicago comenzó a nevar, Candy salió del hospital, tenía que tomar el metro para regresar a su departamento. En el camino a la estación escuchó los maullidos de un hermoso gato, iba siguiéndola llorando a todo pulmón, ella no pudo soportar los quejidos de aquel felino y se detuvo, volteó a verlo y se enamoró a primera vista, el minino era café de ojos azules, pero estaba lanudo, temblaba por el frio, ella se agachó para sostenerlo en sus brazos.

-Estás bien alimentado, quiere decir que tienes dueño, pero no tienes ningún collar que te identifique. Si te llevo conmigo, quizá venga tu amo y no te encuentre.

«Si llévame contigo, te aseguro que no tengo dueño» dijo Albert entre maullidos, el timbre de voz era como el de un gato viejo, pasó su cara en el rostro de ella comportándose meloso y Candy lo cubrió para darle calor.

-Está bien, te llevaré conmigo, pondré tu foto en el Facebook, quizá alguien te reconozca y te rescate, a ver si no me meto en problemas y piensen que te secuestré.

La gente observaba a Candy, Albert era enorme, cada vez que se detenía el metro a ella se le dificultaba agarrarse y los dos podrían caerse, pero aun así no lo soltó.

-Creo que todavía me quedan algunas latas de alimento de flofy.

Albert la miró al escuchar ese nombre, ella entendiendo la mirada comentó -, te diré quién era, fue mi gatito anterior, un día amaneció tieso en la puerta de mi departamento, todavía no lo he superado, alguien lo envenenó, no vi ni como se salió de mí departamento. ¡Lo extraño tanto!

Albert pensó «creo que mis días están contados con Candy»

La gente miraba a Candy como si estuviera loca -, «¿En serio esa mujer está platicando con el gato? Se verán cosas peores» pensaban.

Llegaron al departamento de Candy, ella con mucha dificultad sacó sus llaves y abrió la puerta, dejó al gato en el piso, Albert fue corriendo hasta la ventana que Candy dejó abierta y desde ahí aventó el chorrito de pipí.

- ¡Ahí no! tenías que hacerlo en el arenero que te pondré. A Terry no le gusta el hedor del orín de gato, tampoco a mí, pero lo tolero, ¡flofy era tan aseado! (dijo con un suspiro de melancolía) espero que tú también lo seas.

Albert miró a Candy como si entendiera lo que decía, pensó «Te voy a dejar apantallada, usaré el W.C. te mostraré que sé usar el inodoro, ahorita me ganó la urgencia, además no me has mostrado donde queda el baño, daré un recorrido por el departamento, ¡Un momento! ¿Mencionaste un nombre? ¿Terry has dicho?» -Albert corrió hacia la mesita donde Candy tenía sus fotos en porta retratos y las observó con detenimiento, vio al novio. - «¿Así que tú eres mi rival de amores? Verás cómo hago que ella se enoje contigo y termine su relación de noviazgo, ella es mi humana, solamente MÍA».

Mientras Albert pensaba eso en voz alta se escucharon maullidos extraños saliendo de él que a Candy le causaron gracia.

-Primero me cambiaré de ropa, me pondré algo más cómodo luego te daré tu comida -, le prometió Candy al adorable minino.

«¿Qué hago? Ella se cambiará, no es correcto que yo la mire, pero...»

Albert fue con Candy a la recamara y se puso a la orilla de la cama para observar cómo se desnudaba, él se limpió los bigotes cuando la vio sin el sostén. - «¡Que hermosa es! ¡Así me la imaginaba!»

Mi mínino en navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora