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Narra Eva

Este chico me estaba volviendo loca, encima acepté su invitación y todavía no sabía porque. Me dijo que a las 8 pasaba por mi, así que acá estoy, frente al espejo terminado de analizar mi look. Me puse un vestido negro con una campera de cuero plateada. Me maquille muy a lo natural y me pase un labial claro, no quería resaltar tanto. Termino de guardar las cosas en la cartera, cuando me llega un msj de él diciendo que está afuera.

Narra Hugo.

Estoy yendo con mi chofer(qué era con quien me movilizaba acá en argentina para ir a las entrevistas) a buscarla a su departamento. La verdad quiero que se lleve una buena impresión de mi, así que elegí un buen lugar y bastante íntimo. Mi look era un saco y pantalón apretado color azul oscuro y una camisa negra. Ya estoy abajo de su depa así que espero a que baje, hasta que lo hace y no podía estar más hermosa, así que bajo a recibirla.

Hugo: creo que me falta el aire.- la jodi cuando me saludo.

Eva: ay Hugo no seas tonto.- se sonrojó y era más linda todavía.- a donde vamos a ir.- pregunta.

Hugo: vos me pediste que te sorprenda así que no voy a decirte nada.- me miro con una sonrisa y me abrí la puerta para que suba.

Llegamos al lugar y ella no decía nada. Era un edificio de puerto madero, el último piso tenía una habitación presidencial y una terraza donde se veía todo Buenos Aires. Subimos al ascensor sin decir ni una palabra, ella parecía nerviosa y yo también lo estaba no voy a negarlo. Llegamos al último piso y entramos al piso, estaba de puta madre.

Narra Eva

Estaba un poco nerviosa, no sé qué tenía preparado para mi. Me di cuenta que estábamos en uno de los edificios de puerto madero, uno de los mejores lugares. Llegamos al piso y era maravilloso todo lo que se via.

Eva: que hermoso es esto, acá vamos a cenar.- lo mire con una sonrisa, no sé en qué momento pasó, pero estábamos de la mano.

Hugo: si es hermoso y si vamos a cenar acá, que no te gusta.- pregunta rápidamente.- Podemos ir a otro lado.- estaba nervioso y no pude evitar reírme.

Eva: nono tranquilo, me encanta y mejor que sea acá, digo más íntimo.- suelto sonriendo.

Hugo: eso era lo que quería, se que si salíamos a cualquier lado no íbamos a poder estar tranquilos.- me acarició la mejilla.- vamos a sentarnos así nos van sirviendo.

La verdad que todo iba genial, empezamos a contarnos bastante cosas de nuestras vidas, como si nos conociéramos de siempre y nos estuviéramos poniendo al día. Ya habíamos terminado de comer, estábamos sentados en un sillón, relajados, tomando vino y hablando de nuestras cosas. Hasta que su móvil sonó así que aproveche a pararme y ir a mirar la ciudad y dejarlo hablar tranquilo. Pasó un minuto y sentí unas manos en mi cintura.

Narra Hugo

La noche iba muy bien, estaba muy a gusto, hasta que sonó mi móvil y entre adentro haber qué era, por suerte nada importante así que volví afuera. Eva estaba apoyada en una baranda mirando la cuidad, me acerqué y la abracé por atrás y sentí como su piel se erizo. A los segundos ella se dio vuelta y nos miramos fijo hasta que ella fue esta vez la que avanzó hacia mis labios.

El beso iba subiendo de intensidad, ella se subió koala sin dejar de besarnos y nos fuimos yendo hacia adentro. Cuando estábamos por llegar a la cama ella se baja y me empuja logrando que yo quede acostado y ella se sube encima de mi. Empieza a darme besos en el cuello, esta niña ya sabe que es mi punto débil y yo por mi parte aprovecho y le saco la campera. Ella empieza a desabrochar mi camisa y va dejando besos por mi pecho, vuelve a mi cuello y la va deslizando hasta que la tira al lado de la cama. Trato de darla vuelta para llevar el mando, pero ella hace fuerza y me mira con una sonrisa negando. Cada vez nos besamos con más intensidad y yo le saco el vestido, esta vez si lleva el conjunto de ropa interior de encaje color negro, esto me vuelve mas loco. La ropa que quedaba termino desapareciendo, el calor en aquella habitación se empezaba a sentir cada vez más. Ambos disfrutamos del otro, cada uno hizo lo suyo para que el otro la pase bien, teníamos una química increíble, no exageraba.

Podría decir que estaba teniendo los mejores polvos con ella. Se echó al lado mío, pase mi brazo bajo su cabeza y con la otra le abracé la cintura y nos dimos un beso tierno. Poco a poco iba sintiendo como su respiración se iba relajando, se había dormido, así que yo también me acomodé bien para dormirme. No había mucho para decir.

Inesperado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora