→𝐁𝐞𝐭𝐡𝐧𝐚𝐥 𝐆𝐫𝐞𝐞𝐧, 𝟏𝟗𝟗𝟏.
—Kiara, abre tú —le dijo Leigh al escuchar el timbre de su casa. La niña obedeció, y fue hacia la puerta.
—¡Abuelo! —sin pensarlo dos veces, se lanzó a sus brazos.
—¡Mi pequeña!
—Como se nota el favoritismo —dijo Ian apoyándose en el marco de la puerta de la cocina.
—Y como huelo tu envidia desde aquí —Joseph rió, y abrazó a su nieto.
—Sentimos llegar tarde —se disculpó Katherine cerrando la puerta de la casa—. Pero tu padre no encontraba su corbata favorita —le dijo a su hija.
—No te preocupes, pasa todos los años y ya estamos acostumbrados.
—¿Eso son galletas? —Ashley quiso abrir la bolsa que había encima de la encimera, pero recibió un manotazo por parte de su abuela—. ¡Eh!
—Te esperas a que termine la cena —la mayor sonrió, y la abrazó—. Mi niña, ¿qué tal os va en Hogwarts?
—Muy bien, todo apunta a que volveremos a ser los campeones este año —explicó Ashley—. Y Kiara es de las mejores de su curso.
—No esperábamos menos de ella.
—Cuéntanos, Ki. Queremos saber cómo está siendo tu primer año.
—¡Muy bien! —respondió con ilusión—. Conocí a mis amigos en el tren, y desde entonces pasamos todo el día juntos.
—Se ha hecho amiga del pequeño Malfoy —intervino Ashley. Katherine miró extrañada a su hija, que se encogió de hombros.
—Yo tampoco sabía que Narcissa y Lucius tuvieron un hijo. Se lo dije a Anthony, llevo años sin hablar con ella. Y dice que es un buen chico.
—¿Sabes quién está también en la escuela? —dijo el mayor—. Harry Potter.
—¿Harry Potter? ¿El niño que sobrevivió?
—El mismo.
—Imagino que estará en Gryffindor, como sus padres.
—Por poco, porque el Sombrero Seleccionador iba a meterlo en Slytherin —especificó Ian—. Pero él no quería.
—Como si eso fuese una deshonra.
—Hombre, teniendo en cuenta que sus padres eran de la casa enemiga...
—Ki, hay una lechuza en la ventana, te ha dejado esto —Anthony apareció en la cocina, y le entregó a su hija unos sobres. Extrañada, los agarró y sonrió en cuanto leyó los nombres de los emisores. Fue directamente a su habitación, y comenzó a leer las cartas.
"¡Feliz Navidad, Ki!
He de reconocer que me he acostumbrado a despertarme contigo en la cama de al lado y a pasarnos la noche hablando, así que me costó dormir un poco al volver a casa.
En estos meses me has enseñado mucho, como sentirme cómoda estando con alguien sin miedo a que se ría de mi por utilizar la magia de manera inconsciente. Eres una buena amiga, una muy buena amiga.
Te echo de menos, y tengo ganas de volver a casa, a nuestra casa. ¡Te veo en unos días, morena!
Max."
Tanto ella como Maxine habían notado una conexión desde que se conocieron en el tren. Se sentían bien la una con la otra, y sin miedo a ser juzgadas. Agarró su pluma, y se dispuso a responder la primera carta.
"¡Feliz Navidad, Max!
Yo también me he acostumbrado a ti, y a tus historias antes de irnos a dormir. Tú me has demostrado lo que es tener una amiga de verdad, que está para ti con la más mínima chorrada. Estoy deseando verte, pelirroja, ¡te echo de menos!
Ki."
Repitió el proceso, aquella vez, con la de Blaise.
"Primero que nada, buenas noches.
Me apetecía mandarte una carta por Navidad. Nos hemos divertido mucho contigo estos meses, y la verdad es que tener una amiga como tú es genial, y me encanta veros a Draco y a ti discutir por las mañanas y luego actuar como si no pasara nada, es simplemente maravilloso.
Había planeado esto con Max, y no sé si Draco te mandará algo, pero yo tenía ganas de hacerlo.
En resumidas cuentas, feliz Navidad, Ki.
Blaise."
De nuevo, agarró otro papel y su pluma.
"Primero que nada, buenas noches a ti también.
He de decir que yo quería ser la primera en mandar las cartas, pero os habéis adelantado. Tenerte a ti de amigo sí que es genial, y es mucho más maravilloso ver tu cara cuando discutimos, porque lo disfrutas muchísimo.
Feliz Navidad, Blaise. Nos vemos en nada.
Ki."
Y ahí estaba, la tercera carta. Ni siquiera miró quién la mandaba, directamente la abrió.
"Sanderson.
No sé muy bien cómo empezar esto, pero... No sé, Maxine y Blaise me convencieron. Supongo que conocerte este año ha estado bien, aunque a veces te odie a más no poder. Pero eres una buena chica, o al menos eso creo. Y me temo que voy a tener que acostumbrarme a ti en algún momento de mi vida.
Que tengas una feliz Navidad, Sanderson.
Draco Malfoy."
La muchacha mordió su labio inferior y sonrió antes de responderle.
"Malfoy.
No mientas, no me odias. Tú también eres un buen chico, aunque a veces me den ganas de matarte por meterte tanto con la gente. Pero quitando eso,sigo pensando lo mismo de ti. Y sí, tendrás que acostumbrarte, porque si somos amigos yo no voy a poder cambiar tu manera de ser, ni tú la mía.
Feliz Navidad, Malfoy.
Ki."
—¡Ki, es hora de cenar!
—¡Ya voy! —rápidamente, las preparó y se las dio a aquella lechuza. La había reconocido en cuanto la había visto. Sabía que era la de Max—. Llévaselas a Max, ella se encargará del resto.
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—¡Ki! —la morena sonrió cuando la tuvo delante.
—¡Max! —se abrazaron—. Te he echado de menos.
—Y yo a ti —dijo Kiara cuando se separaron.
De nuevo estaban en el Hogwarts Express, dispuestas a terminar su primer año en Hogwarts.
—¡Pero si son mis chicas favoritas! —Blaise las abrazó por los hombros al verlas—. ¿Listas para el viaje?
—Siempre. ¿Vamos?
—Adelante —comenzaron a andar por aquel pasillo, hasta que encontraron un vagón vacío. En un momento del trayecto, Draco pasó por allí con sus amigos. No pudo evitarlo, y miró dentro para ver quién había, ya que esas risas se le hacían familiares. Kiara se percató de su presencia, y le regaló una sonrisa sin mostrarle sus dientes. Él, en cambio, dejó ver una sonrisa muy tímida antes de seguir con su camino seguido de Crabbe y Goyle.
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Halo ||Draco Malfoy||
AcakI found a way to let you in But I never really had a doubt Standin' in the light of your halo I got my angel now