Halo ||Draco Malfoy||

||Capitulo Veintidós||

 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟒.

—Definitivamente no vuelvo a fiarme de los gemelos en una fiesta —comentó Drew apoyando su cabeza en sus manos.

—Es que yo no sé cómo aceptaste las copas.

—Eran casi las cuatro de la mañana, ¿tú te crees que yo iba mirando lo que bebía, Maxine?

—No, a la vista está que no. ¿Y tú qué? —Kiara levantó su vista del cuenco al oír a su amiga.

—¿Yo de qué?

—Desapareciste. Con Draco.

—Ah, ya. Estuvimos en la habitación —respondió con simpleza.

—Kiara...

—¿Qué?

—Te estás poniendo nerviosa.

—¿Yo? Para nada, imaginaciones tuyas.

—Tú me estás vacilando, ¿verdad?

—No pasó nada —dijo—. Nada fuera de lo común.

—¿A qué te refieres con...?

—Buenos días —el resto de los chicos entraron en el Gran Comedor—. Me muero de hambre —comentó Theodore agarrando una tostada, y sentándose al lado de Drew. Draco, en cambio, dejó un beso en la cabeza de su chica, y se sentó junto a ella—. ¿Nos hemos perdido algo?

—¿Por qué lo preguntas?

—Eh... ¿Porque nunca la has saludado así?

—Bueno...

—¿Aún no se lo has contado? —dijo Malfoy.

—Oh Dios.

—Digamos que... —tras mirar al rubio, y sonreír— Hubo una conversación bastante... Interesante entre nosotros.

—Define interesante, Ki —Pansy le apuntó con el tenedor.

—Pues...

—¡No te enrolles más, coño! Me estás poniendo los nervios de punta, Sanderson, te lo digo de verdad —exclamó Andrew, y la chica no pudo evitar reír.

—Nos confesamos, y estamos juntos.

—¡Vamos! —Maxine alzó sus brazos en señal de victoria—. Espera, ¡no! ¡Kiara, no!

—¿Pero qué te pasa ahora? ¿Tú no decías que querías que estuviéramos juntos?

—¡Sí, pero no ahora! Por Merlín, te odio.

—¿Y eso se debe a...?

—A que ellos se han quedado pobres, ¡y yo soy rico! —exclamó Nott.

—¿Habéis...? No, no. Mejor no pregunto, porque ya me sé la respuesta.

—Enhorabuena, chicos —dijo Blaise—. Es que sois adorables.

—A ver cuándo te lanzas tú —comentó Parkinson dándole un ligero codazo. Sus sentimientos por Maxine estaban más que claros, apenas tenía que pensárselo.

—Puede que... Sea más pronto que tarde —gracias a aquellas palabras, la pelirroja se atragantó—. ¿Listos para hoy?

—Evidentemente.

►◄

—Esta mañana, el profesor Moody puso la copa de los tres magos al final del laberinto, sólo él sabe exactamente dónde está. Dado que el señor Diggory... —el director no pudo continuar porque la gran mayoría de los espectadores se habían levantado para aclamar al chico— Y el señor Potter... —de nuevo, interrumpieron a Dumbledore para aclamar esta vez al chico de catorce años que pertenecía a Gryffindor— Empatan en primera posición, entrarán primeros en el laberinto, seguidos del señor Krum y de la señorita Delacour, el primero en tocar la copa... ¡Será el campeón!

Poco más hizo falta para que el celador Filch diese la señal de salida, ya solamente les quedaba esperar a que alguien saliese con la copa entre sus manos para dar por finalizado el torneo, y el año escolar.

Diggory y Potter entraron a la vez, y escasos minutos después, entraron Fleur y Viktor.

—¿Y ahora qué hacemos?.—preguntó Pansy.

—Esperar a que salgan —añadió Kiara mientras se acomodaba un poco—. Solo espero que no tarden mucho.

—¿Qué se siente al ser la novia de uno de los más codiciados del colegio? —aprovechando que los chicos estaban en su propia conversación, Maxine lanzó aquella pregunta.

—Pues... —le miró, estaba riéndose con sus amigos. Le encantaba verle así— Supongo que... Me siento afortunada. No por ser su novia, sino por ser su amiga. Por haber podido conocerle, más bien.

—Poco se está hablando de la cara de tonta que se te ha puesto —Kiara sonrió.

—El amor es un secreto que los ojos no saben guardar.

—¿Acabas de insinuar que estás enamorada de él? —Kiara se encogió de hombros ante la pregunta de Pansy.

—Puede que lo lleve desde que somos niños. Pero que no haya querido admitirlo hasta ahora, al fin y al cabo éramos eso, niños.

—Sois adorables, de verdad, es que no puedo más —Kiara cruzó sus piernas, y el tema de conversación cambió. Pronto notó una mano posarse sobre su rodilla, miró a su chico, que se acercó a ella para poder susurrar.

—Éramos niños, y aún así nos enamoramos.

—¿Has puesto la oreja, rubio?

—Puede ser —la morena volvió a sonreír y le besó. En ese instante, vieron aparecer a los que serían los campeones del Torneo.

—¡Eso es! —todos se levantaron y comenzaron a aplaudir y a vitorear por la victoria de ambos chicos, Pero todo paró al escucharse un grito, proveniente de Fleur, que había sido la primera en abandonar la prueba.

Después de apenas un minuto de completa expectación sin saber que estaba ocurriendo, el señor Diggory bajó para ver a su hijo.

—¡Es mi hijo! ¡Es mi pequeño! —Kiara notó como su sangre se congelaba al escuchar aquellas palabras, y más aún al ver como el hombre se dejaba caer al lado del cuerpo sin vida de su hijo. Un grito desgarrador salió de la garganta de aquel hombre.

Al día siguiente, todo Hogwarts estaba de luto. Los alumnos se encontraban sentados en el Gran Comedor escuchando las palabras del director ante aquel suceso.

—Hoy... Hemos sufrido una terrible pérdida. Cedric Diggory era como todos sabéis, un excepcional estudiante, una mente preclara, y lo más importante, era un amigo... Un amigo leal —Kiara comenzó a juguetear con las uñas de sus pulgares—Creo que por tanto, tenéis derecho a saber cómo murió exactamente. Veréis, Cedric Diggory fue asesinado por Lord Voldemort —automáticamente, miró a su novio, que tragó saliva— El ministerio de magia era contrario a que os lo dijera, pero no hacerlo me parecía un insulto a su memoria. El dolor que sentimos todos ante esta horrible pérdida, me recuerda... Nos recuerda, que por distinta que sea nuestra procedencia, o las lenguas que hablamos, nuestros corazones laten como uno solo —Draco agarró la mano de la morena—. A la luz de los recientes acontecimientos, los vínculos de amistad establecidos este curso, se harán más profundos que nunca. Recordad eso, y Cedric Diggory no habrá muerto en vano. Debéis recordar esto y honrar la memoria de un chico que representó la honestidad, la valentía, la verdad y la rectitud hasta el final —Dumbledore finalizó con un nudo en su garganta su discurso. Kiara miró a su alrededor. Algunos alumnos estaban llorando aquella pérdida, como era de esperarse.

—Supongo que esto es el final —murmuró Maxine una vez abandonaron el Gran Comedor.

—¿Final? Yo diría más bien que esto es el principio.

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