||Capitulo Veintiséis||

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 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐄𝐱𝐩𝐫𝐞𝐬𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟔.

—¡Mira, así no cabemos! —exclamó Andrew—. ¡Mierda, Nott, siéntate como una persona normal!

—Oblígame, perro.

—Todos los años igual, me dais una pereza tremenda ya —Maxine se sentó en el regazo de su chico.

—Yo lo que estoy es hasta los huevos de estar aquí metida —admitió Pansy—. Y mirad que no tengo, eh.

—Es que es un trayecto demasiado largo, por eso siempre me paso la mitad del viaje durmiendo —Max se levantó, y se sentó junto a Andrew y Theodore—. Después de hacer de mediadora entre estos dos, claramente.

—¿Y Kiara? —preguntó Theo— Ya debería estar aquí.

—Y lo estoy —dijo la recién nombrada—. Casi no llego, ¡pero ya estoy aquí! —se dejó caer al lado de su novio— He querido matar a mi hermano por despertarse tarde, pero no pasa absolutamente nada —Draco puso su mano en su pierna—. Y a todo eso hay que sumarle que he dormido fatal.

—Bienvenida al club —Max le ofreció su mano, y ambas la chocaron.

Comenzaron a hablar sobre lo que habían hecho aquel verano. Tanto Draco como Kiara, omitieron algunos detalles. Malfoy se levantó y dejó algo en su maletín. En ese momento, el vagón se llenó de humo.

—¿Pero qué demonios? —dijo Thedore.

—¿Qué está pasando?

—No lo sé.

—Vamos Draco, siéntate —le dijo Kiara—. Llegaremos pronto a Hogwarts. Y calmaos, esto seguramente sea obra de alguno de primer año —de nuevo, el rubio se sentó a su lado.

—Hogwarts... Qué coñazo de colegio. Me tiraría de la Torre de Astronomía si tuviera que seguir dos años más.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Pansy.

—Pues que no me verás perder el tiempo en clase de Encantamientos este curso —Malfoy se percató de algo, al igual que su chica. Ambos se miraron. Cambiaron el tema drásticamente, y al llegar, se quedaron allí sentados.

—¿No venís o qué? —dijo Drew.

—Vosotros seguid. Nosotros... Tenemos que hablar de una cosa, no tardamos —respondió Kiara.

—De acuerdo, nos vemos en el Castillo, entonces —Maxine frunció su ceño y Blaise agarró su mano antes de comenzar a caminar.

—Has visto lo mismo que yo, ¿verdad? —Sanderson asintió con su cabeza—. Muy bien —los dos se levantaron y cogieron sus cosas. Malfoy se acercó a la puerta y bajó la persiana después de cerrarla—. ¿No te dijo mamá que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, Potter? ¡Petrificus Totalus! —y cayó. Kiara le quitó la capa de invisibilidad— Ah, claro. Ya estaba muerta cuando tú aún babeabas —le dio una patada, y algo crujió. Kiara cerró sus ojos, supuso que le habría roto la nariz—. Esa es por mi padre, disfruta de tu regreso a Londres —Draco volvió a ponerle la capa, y miró a su chica—. Vámonos, nos estarán esperando.

—Somos los últimos, no hay nadie que nos esté esperando —agarraron sus cosas y salieron del tren—. No he tenido oportunidad de preguntar... ¿Cómo has estado?

—Todo lo bien que se puede estar con todo lo que está pasando —respondió, seguido de un suspiro. La abrazó por los hombros—. ¿Y tú?

—Mi padre también estuvo ahí —confesó—. Así que imagínate como están las cosas por mi casa.

—Ya... ¿Qué me vas a contar? Oye, te he notado algo... Inquieto durante el viaje. ¿Pasa algo que yo no sepa?

—Mejor hablamos después, ¿de acuerdo?

►◄

—¿Y Draco?

—Se ha quedado en nuestro cuarto, dice que ahora viene —informó Andrew dejándose caer en la cama de Pansy.

—Ahora vuelvo, voy a ver si le pasa algo —Kiara se levantó de su cama.

—¡Nada de hacer cosas indebidas en mi habitación, Sanderson! —exclamó Theodore.

—¿Pero te quieres callar, Nott? —dijo la morena antes de abandonar la habitación. Cerró la puerta y caminó hacia la de su novio, dio un par de golpes en esta.

—¿Quién es?

—Soy yo —dijo con suavidad, y tras unos segundos, Malfoy le abrió la puerta—. ¿Estás bien?

—¿Sinceramente? No —Kiara entró y cerró la puerta tras de sí.

—¿Quieres hablar?

—No lo sé —reconoció—. No quiero estar sólo.

—Me quedaré aquí el tiempo que tú quieras, ¿vale? —con cierta timidez, Malfoy asintió con su cabeza— Al final no me contaste qué hacías aquel día en el Callejón Diagon.

—Le caíste muy bien a mi madre, ¿sabes? —Draco la miró— Dice que eres una chica muy dulce. La impresionaste.

—¿En serio?

—Sí, la verdad es que sí. También dice que no le extraña que me hayas robado el corazón, porque eres preciosa.

—¿Me estás haciendo la pelota, rubio? —el chico rió ligeramente— Amor, ¿qué ocurre?

—Necesito que, con esto que te voy a contar, sigas siendo tú. Que sigamos siendo nosotros, que no me dejes ni me abandones —Kiara frunció el ceño, y asintió con su cabeza—. El día que nos encontramos, iba hacia Borgin y Burkes.

—El Callejón Knockturn —murmuró.

—Kiara... —con delicadeza y miedo, se remangó la camisa, dejándole ver la marca tenebrosa. Automáticamente, a la muchacha se le llenaron los ojos de lágrimas. Rápidamente se las secó en cuando las notó caer por sus mejillas— Lo siento muchísimo, Kiara. Aunque yo te haya pedido que no me dejes, entendería perfectamente que quisieras hacerlo.

—¿Lo sabe alguien más? —preguntó con un hilo de voz. Carraspeó.

—No, salvo mis padres y... Ya sabes, nadie más.

—Bien —se levantó de la cama y comenzó a dar vueltas por la habitación—. ¿Tienes que hacer algo?

—Sí, tengo que completar una tarea.

—¿Y cuál es? No, mejor no me lo digas, no vaya a ser que nos escuchen. ¿Para qué tuviste que ir a esa tienda?

—Tengo que reparar el armario evanescente que está en la Sala de los Menesteres.

—Vale, perfecto —respiró hondo varias veces, y volvió a sentarse a su lado—. Vamos a hacer una cosa. Todo va a seguir como hasta ahora, ¿de acuerdo? —agarró sus manos— Sé que te va a costar muchísimo, porque esto —señaló la marca— tiene fecha de caducidad, y es cuando tú mueras, o en el mejor de los casos y bastante improbable, él muera. Y yo no estoy dispuesta a perderte, Draco —puso sus manos en las mejillas de su novio.

—Ki...

—No —susurró—. Te voy a ayudar, ¿vale?

—No, eso sí que no. No voy a permitir que te metas en esto.

—Amor —le interrumpió—. Soy tu novia, hija de un mortífago, al igual que tú. Estaré bien, sé que contigo lo estaré. Cuando vayas a buscar ese armario, iré contigo.

—Cariño, te pueden matar.

—Y no me importaría si eso significase que tú sigues vivo.

—De poco me sirve estarlo, si tú no estás a mi lado.

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Halo ||Draco Malfoy||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora