Halo ||Draco Malfoy||

||Capitulo Treina y Cuatro||

 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟕.

—Ki —la morena alzó su vista al oír su nombre—. ¿Esto qué es? —Maxine le enseñó el sobre.

—Mierda, se me olvidó por completo.

—¿Pero qué es? —volvió a preguntar Pansy.

—Es una carta que Draco escribió para despedirse de vosotros, me lo dio esa noche —informó la morena—. Dijo que quería despedirse de mí en persona para que no le odiase tanto —dejó ver una sonrisa sarcástica—. Como si yo fuese capaz de odiarle.

—¿Malfoy nos escribió una carta? —Drew no se lo creía.

—Le importáis mucho, aunque apenas lo haya demostrado.

—¿Podemos leerla ahora?

—Es vuestra, podéis hacer lo que queráis. Dámela, yo la leo en voz alta.

—¿Nos vas a leer un cuento? Qué bonito —dijo Andrew con burla antes de sentarse en la cama de Pansy.

—¿Vosotros estáis juntos? —preguntó Kiara.

—Algo... Algo así —respondió Parkinson, sonrojándose ligeramente. Kiara sonrió.

—Veamos qué dice esto —Sanderson abrió el sobre.

"Chicos.

Sé que probablemente ahora mismo me estéis odiando por esto, y por no haberlo hecho en persona, pero ya me está costando escribir esta carta, y no me quiero imaginar cómo sería despedirme de cada uno.

Drew, eres un chico genial. No pensé nunca que tú y yo nos llevaríamos tan bien. Eres muy leal a los tuyos, y me alegra haber sido uno de ellos, porque como tú quedan pocos.

Theo, pocas veces te he dicho esto. Pero eres increíble. Gracias por haber estado conmigo cada vez que te he necesitado, no tengo palabras para ti.

Blaise, ¿qué puedo decir de ti? Siempre supe que tú nunca me defraudarías. No puedo describirte con una palabra, porque creo que me quedo corto, solo puedo darte las gracias.

Pansy, sigue así y no dejes nunca que nada ni nadie te cambie. Y si eso pasa, conozco a unos pocos que matarían por ello, o más bien, que mataríamos.

Max, ¿por dónde empiezo? Aunque a lo largo de estos años haya tenido ganas de matarte, eres la amiga perfecta. Cuídala, ¿vale? Sólo te voy a pedir eso.

Y Kiara... Tú ya lo sabes absolutamente todo. No te quites la cadena con el anillo, por favor. Así siento que estamos más cerca.

Sé que no soy bueno expresando lo que siento, pero creo que con lo que os he dicho es suficiente. Os quiero, y os echaré de menos.

Os prometo que algún día nos volveremos a ver, porque confío en que esto acabe pronto.

Draco Malfoy."

Kiara la dejó sobre su mesilla de noche y miró a sus amigos.

—Menuda despedida, ¿no? —murmuró Theo— Hasta me ha puesto sentimental.

—Siento no haberos dado esto antes, se me olvidó por completo.

—No te preocupes, Ki, eso es lo de menos. No nos vamos a enfadar contigo por eso —le dijo Blaise.

—Supongo que... Sólo queda seguir adelante, ¿no? —comentó Drew.

—Pues... Eso parece, sí —se miraron entre ellos—. Es raro, el que parecía que estaba más alejado, es al que estamos más acostumbrados.

—Es cierto, no lo había pensado nunca. ¿Recordáis cuando Moody lo transformó en hurón? —no pudieron evitar reír.

—¿Y cuando ganamos la copa de Quidditch? Montamos una fiesta tremenda aquí.

—Entrasteis como reyes en la Sala Común. Faltaba que os hiciesen reverencias cada vez que os veían los del primer año.

—Por no hablar de las noches eternas hablando de ti, Kiara —la morena frunció el ceño—. Parecía que le iba a dar un ataque al corazón cuando pensó en invitarte al baile del torneo.

—Ha sido mutuo, tú por eso no te preocupes —dijo Max antes de reír.

—¿Os puedo decir algo? —intervino Drew.

—¿Tú pidiendo permiso para hablar? Eso sí que es raro —comentó Nott.

—Sólo quiero que sepáis que... Considero que encontré a mis almas gemelas gracias a un viaje en tren —dijo, con cierta timidez.

—Yo también pienso eso —reconoció Theodore—. Nunca pensé que llegaríamos a este punto teniendo en cuenta lo diferentes que somos.

—Pero eso es lo que mola —añadió Blaise—. Cada uno con sus manías, y tener que convivir con ello. Y si no mirad a Draco, ha dejado marca por ser como es.

—Es mejor ser una persona que deja marca, a una que deja cicatriz, ¿no?

►◄

—¿Cómo estás? —aquella noche, Maxine se sentó junto a ella en la Torre de Astronomía.

—No lo sé —suspiró—. Vacía. Me siento muy vacía —la pelirroja le abrazó por los hombros—. ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Es tu sitio favorito, no tuve que pensarlo mucho.

—Le echo mucho de menos, Max —se le cortó la voz—. Y me está doliendo más porque sé que nuestros sentimientos siguen igual, y que nos hemos tenido que separar por todo lo que está pasando.

—Quiere protegerte, Ki.

—Lo sé, y se lo agradezco, pero joder... —resopló frustrada.

—Quizá no había otra solución. No sabemos cómo estarían yendo ahora las cosas si vosotros estuvierais juntos. A lo mejor podría ser peor —ambas suspiraron—. Eso nunca lo sabremos, y creo que es hasta mejor.

—Siento ser tan pesada. Voldemort está reclutando gente, y yo solo me preocupo por mi ruptura.

—No tienes que sentir nada. Los amigos estamos para escucharnos siempre. Y si tú en algún momento sientes que estás perdida en la oscuridad, yo seré esa luz que te guíe, ¿de acuerdo?

—Eres la mejor amiga que puedo tener, Maxine —Kiara la miró—. Quiero mucho a los chicos, pero tú... Tú eres lo mejor que me pudo haber pasado en Hogwarts.

—Eso mismo eres tú para mí. Así que anímate, que odio verte mal. Volvamos a la habitación, que estaremos más cómodas hablando ahí. Pansy y yo estamos dispuestas a escucharte todo lo que sea necesario hasta que tú sientas que ya lo has soltado todo —ambas se levantaron del suelo, y Max entrelazó su brazo con el de Kiara—. Hemos comprado de todo un poco, así que tenemos alimento de sobra para una de nuestras noches —la morena rió ligeramente.

Mientras tanto, Draco estaba sentado al lado de su ventana. Delante de él estaban todas las cartas que Kiara le había escrito desde que se conocían. Sonrió al leer una que le mandó antes de empezar su tercer año en Hogwarts. Miró a través del cristal, siempre le habían encantado los jardines de su casa, le parecían preciosos. Le transmitían paz.

—¿Sigues leyendo las cartas? —Narcissa se apoyó en el marco de la puerta.

—No puedo evitarlo —la mujer dejó ver una débil sonrisa.

—Esa chica te ha marcado mucho, hijo.

—Más de lo que yo me podía imaginar, mamá.

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