Halo ||Draco Malfoy||

||Capitulo Uno||

 →𝐁𝐞𝐭𝐡𝐧𝐚𝐥 𝐆𝐫𝐞𝐞𝐧, 𝟏𝟗𝟗𝟏.

—Kiara —no hubo respuesta—, Kiara, cariño, despierta —con pesadez, la niña abrió los ojos al notar las manos de su madre—. Ha llegado el correo, vamos —no hizo falta mucho más para que la cría abandonase su cama. Leigh sonrió al ver la emoción más que notable de su hija.

—Buenos... ¡Eh, que me tiras los cereales! —exclamó Ashley, la mayor de los hermanos.

—No grites, es muy temprano —pidió Ian, su mellizo.

Ashley e Ian fueron los primeros en llegar. Tres años después, Kiara completaría la familia Sanderson.

—¿Por qué tanto jaleo? —Anthony entró en la cocina, dejando un beso en la mejilla de su mujer.

—Acaba de llegar el correo —con una sonrisa socarrona, Ashley agarró aquel montón de sobres. Comenzó a ojearlos—. Facturas, facturas, facturas, y... ¡Oh, facturas!

—¡Ashley!

—¡Es broma! —soltó una carcajada, y miró a su hermana pequeña—. Esto es para ti —le entregó aquel sobre.

Ni siquiera leyó lo que ponía, solo con ver Hogwarts, colegio de magia y hechicería notó como sus manos comenzaron a temblar.

"Estimada Kiara Sanderson,

Tenemos el placer de informarle de que ha sido aceptado su ingreso en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y dispone de una plaza.

Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios para empezar el curso.

Los estudiantes deberán personarse en la Cámara de Recepción a su llegada a Hogwarts, para lo cual se avisará de las fechas del inicio de curso próximamente mediante una lechuza.

Estamos deseando recibirte como parte de la nueva generación de estudiantes de Hogwarts.

Muy cordialmente, Profesora McGonagall, Subdirectora"

—Bienvenida a Hogwarts, Ki —dijo Ian mientras sonreía.

—Esto va a ser caro, mamá —comentó Ashley.

—No pasa nada —leyó los materiales que necesitarían sus hijos mayores durante su cuarto año—. Iremos al banco, y sacaremos lo necesario.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Anthony mirando a su hija.

—Mucho. ¿Y si...?

—No empieces a comerte la cabeza con el tema de las casas, Kiara —le dijo Leigh—. El sombrero seleccionador sabe lo que hace. Además, tiene en cuenta tus preferencias.

—¿Estás segura de eso?

—Totalmente, siempre lo hace —afirmó su padre—. ¿Qué os parece si desayunamos, y vamos a comprar vuestros materiales?

—Qué pereza, papá.

—Como empecemos así, vamos a tener que comprarlo todo el último día, Ian, no protestes.

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—¿Primera parada?

—Ollivander's —Leigh miraba las listas de materiales—. Creo que lo mejor es comprarte la varita primero, Kiara, después iremos a por todo lo demás.

—Pues vamos allá, quiero ver qué varita te elige, Ki.

—¿Qué?

—La varita escoge al mago, Ki —le dijo Ian cuando entraron en la tienda—. No al revés.