My Last Hope. George Weasley y tú

10 - Adiós segundo

- ¿No se os olvida nada? - pregunto por décima vez.

Fred y Lee niegan.

- En mi mente hay algo que falla, algo que me dice que se nos olvida algo. - dice George.

Suspiro - ¿Por qué me da que son los libros?

- ¡Corre! ¡Vayamos a por ellos!

George se levanta y empieza a meterse comida en la boca antes de salir corriendo.

Voy tras él, porque me ha tocado a mí cuidar de él.

Al llegar a su cuarto, suspira aliviado - Sí que eran los libros.

- Lo sabía.

Lo ayudo a recoger los libros de los tres y ponerlos en las maletas.

- Así es más ameno recoger.

- Porque la mayoría lo estoy haciendo yo, no te joroba.

- Yo te estoy ayudando.

- Debería ser al revés. Es tu habitación.

- Me he dado cuenta de que casi siempre estás aquí, pero nosotros no conocemos tu habitación.

- Es mucho mejor que las chicas tengamos una pequeña trampa en las escaleras que vosotros. Porque hoy en día no nos podemos fiar de un hombre.

- Yo soy un...

- Niño - termino. - Tienes trece años. Como yo.

- Tú también eres un niño.

- ¡Ja! Lo dudo mucho. Las niñas tenemos que crecer mentalmente antes porque corremos más peligros que vosotros. Además, crecemos antes por la menstruación, la que suele llegar con once años.

- ¿Once?

- Sí.

- ¿Y qué es eso?

- ¿Cómo te lo explico? Si no hacemos bebés, sangramos un par de días.

- ¡Oh! ¿Y te duele?

- Mucho.

- ¿Por eso hay veces que te escondes en tu habitación y lloras?

- Más o menos.

- ¿Y no comes?

- Sí, mucho.

- Ven que te abrace. - me sorprende su gesto.

- Gracias, pero ahora no me ha bajado, no tienes por qué...

- Sshh, está bien. Yo estoy aquí. - me da palmaditas en la espalda.

En el camino al tren, Fred va tomado de mi mano mientras George le explica a Lee lo que es la menstruación.

- Yo ya sabía que mi futura mujer es bastante fuerte - comenta Fred.

- No soy la única que lo tiene idiota - le gruño.

- Pero tú eres especial Bagman.

- Y tú tonto, Weasley - ironizo con voz grave.

- ¿Nos sentamos más adelante o más atrás? - pregunta Lee a medida que subimos al tren.

- Más al medio - responde George.

- ¡Oh! Genial.

George y yo nos sentamos frente a Lee y Fred.

- ¿Qué haréis este verano? - pregunta Fred mientras se sienta.

- Me iré de vacaciones a América. Papá siempre quiso ir allí.

- Supongo que me la pasaré con mi padre y así nos vamos conociendo.