My Last Hope. George Weasley y tú

12 -Primera victoria de Gryffindor

- ¿Y dónde está?

- Ya te lo he dicho, en un lugar secreto.

- Hermione, o me lo dices, o Harry puede morir. ¿Y Ron? ¿Dónde está Ron?

- ¿Tn? - Hermione y yo nos paramos frente a George, que lleva una bolsa de patatas fritas en la mano.

- George, ven con nosotras. ¿Hermione?

- Ron está en la enfermería, Harry estará bien. Lo prometo.

- ¿Ron en la enfermería? Vamos ahora - George me toma la mano y salimos corriendo hasta la enfermería.

Madame Pomfrey nos mira mal - ¿Qué hacéis aquí?

- ¡Venimos a ver a Ron! - respondemos George y yo, algo así parecido a una exigencia.

- Podéis pasar, pero con cuidado. - mientras andamos rápido murmura - Y Bill dijo que serían más calmados.

- ¿Cómo estás Ron? - pregunta George sin llegar a él aún.

- Bien. Pensé que iba a morir. Pero valdría la pena.

- No digas eso - Hermione lo abraza.

Miro a George divertida, él rueda los ojos.

- ¿Y Harry? - pregunto

- Le quedaba poco cuando lo dejamos - responde acariciando la espalda de Hermione.

- ¿Y ahora me vais a explicar que se supone que habéis hecho?

- Salvar Hogwarts de Snape.

- Dudo mucho que sea de Snape - comenta George - Si quisiera hacerle algo a Hogwarts, lo hubiera hecho antes, ¿verdad?

Ron hace una mueca, y gracias a Hermione, nos lo explica todo.

Al terminar, estoy temblando de miedo por el chiquillo.

George me toma las manos - Ey, mírame, va a estar bien.

- ¿Cómo lo sabes?

Me besa la frente - Porque no hay nada imposible en vuestra familia, y menos junto a la mía.

- ¿Pero y si...

- Ni se te ocurra.

- ¡Dejad paso! - todos nos giramos. McGonagall trae a Harry en una camilla, Snape tras ellos.

- Harry - susurro.

Ron quiere llorar, pero George toma su mano y deja que se acurruque en su pecho, así como Bill y Charlie hicieron con él.

Hermione se gira por no mirar.

- ¿George? - pregunto insegura.

- Espero que sólo sea un pequeño desmayo.

Pero no fue pequeño. Duró tres días. Y cuando llegó la cena donde se presentó, lo abracé con todas mis fuerzas. Fue Fred quien consiguió soltarme de él.

Otra sorpresa que nos llevamos fue la gran victoria de Gryffindor.

Así fue como George no pudo parar de comer de felicidad.

- Se nota que sois hermanos - bromea Hermione.

- Mione, acostúmbrate al gran apetito Weasley. Nunca, pero NUNCA, se sacia.

George enseña sus morritos mientras come. Fred, que come como él en estos momentos, hace el gesto de paz.

- Catorce años, y míralos, dándolo todo.

- Tú también comes - se queja Fred.

- ¡No hables con la boca llena! - le regaña Lee. Me mira, le sonrío orgullosa, y se da cuenta - Merlín, me he convertido en señora.