My Last Hope. George Weasley y tú

37 - En una noche

- La llamaremos Molly - informó Penélope con su pequeña hija en brazos.

- Es preciosa Pen - sonrío.

- Los primeros momentos lloraréis, pero, es parte de ser humano - Angelina apoya la cabeza sobre el hombro de Fred. Él le besa la cabeza.

Fleur y Bill le están diciendo a Victoria que Molly es su primita nueva.

Charlie abraza a su madre que llora de ilusión por ser de nuevo abuela.

Arthur está buscando un juguete en su mochila.

Percy está sentado al lado de su familia.

Ron y Hermione miran con cariño a la bebé mientras se toman la mano.

Harry tiene los brazos sobre los hombros de Ginny desde atrás suya.

George me revuelve ligeramente el pelo - Habéis hecho un gran trabajo.

- Fue gracias a Angelina/Tn - decimos ambas. Nos miramos y reímos.

Ayudamos a Penélope con el bebé en los primeros momentos.

Por la noche, George y yo decidimos salir a cenar a un restaurante.

Nos ponemos un poco al tanto de nuestras vidas, pedimos algo para los dos, y a mitad de cena, pone su mano encima de la mía y la acaricia.

- Después de hoy, me has enseñado que puedes ser mejor que la Barbie si te lo propones. Ya sabía que eras magnífica, pero no increíblemente magnífica.

Río levemente - Soy normal George. Nada nuevo. Mi día a día sigue siendo normal.

- Y peligroso. ¿No quieres una vida tranquila? ¿Un lugar...perfecto para relajarte?

- Cuando era pequeña, solía soñar con vivir cerca de una cascada suave y calmada, algo con vegetación. Y cuando quería ser algo más realista, soñaba con un apartamento encima de una librería con una panadería cerca.

George me sonríe - ¿Algo más realista? ¿Esa cascada no existe o algo?

- Sí, pero es la casa lo que no va a existir.

- Al lado de casa, hay un lago. Lo conoces. Por Merlín Tn, nos bañamos allí algunas veces.

- Bueno, vosotros.

- Tú lo hacías por las noches.

- Me gustaba ver las estrellas, las luciérnagas y...espera, ¿cómo lo sabes?

- Tonto no soy, sé que desaparecía tu presencia por la casa y solo me encontraba tranquilo si te encontraba. Nunca te molesté porque sabía que te gustaba.

- Pensé que era la única al alterarse por no notarte. Ya entiendo porque me encontraba más relajada entonces.

En un momento de la cena, se acerca, y con el pulgar, me quita chocolate de la comisura de los labios y se lo lleva a la boca.

- ¿Volverás ahora con Alberforth?

- Claro que sí, tengo que dormir en una cama.

- Está en Hogsmeade, es mucha vuelta, ¿por qué no vienes conmigo? Mañana puedes volver.

- Alberforth se preocupará.

- Mándale un patronus.

- Está bien. Pero sólo esta noche.

- Sí jefa.

Fue la peor idea que jamás se me hubiera ocurrido.

De pijama, usé una de sus camisetas. Sólo eso.