Capítulo XIV

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- ¡Hola Suzie! ¿Qué tal el trabajo? - preguntó Ariadna.

- Ho-hola... Pues acabo de terminar, ya tengo el dinero y todo. Bueno, esta noche he pensado que podríamos celebrarlo.

- ¡Pues claro que sí, mujer! Por cierto, me voy ya porque tengo que hacer la comida. ¡Hasta luego! - y Ari se fué.

- ¿Porqué estaba ella aquí? - pregunté.

- Nada, que venía a vernos. - dijo Eric.

- Así que esta noche nos vas a invitar a todos a unos mojitos, ¿no? ¡hahahaha! - dijo Raquel.

- Mi dinero no se toca, ¿vale? ¡hahaha! - dije refunfuñando.

Me fuí a mi habitación y puse mi dinero en un lugar bien escondido.

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Se hicieron las 6 de la tarde y en vez de estar en el bar, estaba en el sofá aburrida haciendo zapping. ¿Qué estaba haciendo con mi vida? Me levanté y me fuí a arreglarme para ir al bar. Mientras me ponía mi camiseta de Nirvana, sonó el teléfono. Era... Ariadna. Me puse nerviosa en ver su nombre en la pantalla.

- ¿Sí?

- Su, ¿que haces? ¿Estás en el bar?

- No, ahora me iba hacia allí.

- Pues no vayas, quiero que me acompañes al centro comercial un ratito.

- ¿Para qué?

- ¿Cómo que para qué? Pues para comprar ropa, ¡mujer!

- Ah, sí claro... qué tonta soy. ¿Te paso a buscar entonces?

- Vale, te esperaré a bajo. Venga, hasta luego. - y colgó.

Me acabé de vestir y me fuí hacia su casa. Caminando desde lejos, la ví. Ella también me vió y me saludó enérgicamente con el brazo.

- ¿Hace mucho tiempo que esperas?

- No no, tranquila. ¿Vamos?

- ¡Claro que sí!

Cada vez que la miraba estaba más nerviosa... Pero intenté no pensar en eso y pasármelo bien. Llegamos al centro comercial y Ari se fue al Victoria's Secret...

- Es que vi unos sujetadores muy bonitos y me los quería comprar. - me dijo. - Mira, son estos. - y me los enseñó. - Me los voy a probar, ¿quieres entrar conmigo en el probador?

OMG...¡OMGOMGOMGOMG! No podía, no...

- Nah, tranquila, yo te espero aquí a fuera.

Entró en el probador. Al cabo de un rato salió y me dijo:

- Ay, Su, entra que me da vergüenza salir... Quiero que veas cómo me quedan.

Me levanté y Ari me cogió del brazo y me arrastró hacia dentro.

- ¿Qué te parecen?

Me puse muy nerviosa...

- Son bonitos, te quedan m-muy bien.

- ¡Pues así me los compro! Y me los voy a poner esta noche. - me guiñó un ojo.

Se los desabrochó y se los quitó. De repente empezé a notar mucho calor... Intentaba mirar hacia otro lado. Pero no podía... sus pechos... asdfghjklñ!

Salimos y fuimos a la caja. Después de pagar, fuimos a dar una vuelta por las tiendas del centro comercial.

- Dios mío, me tengo que comprar estos shorts... ¡Me encantan! - dije.

- Pues cómpratelos, ¿No tienes ya el dinero del trabajo?

- Ostras, sí, claro, ¡ya no me acordaba! Pues así también me puedo comprar esta camisa y estas medias, y luego también me voy a comprar unos zapatos... ¡Y lo estrenaré esta noche!

- ¡Claro que sí, mujer! Tienes que aprovechar que tienes dinero.

Me compré la ropa que dije y luego nos fuimos a una zapatería, donde me compré unos taconazos que me volvieron loca.

Acompañé a Ari a su casa, dejándola en el portal.

- Oye, Suzie, espera. ¿Quieres quedarte a dormir a mi casa esta noche?

Madre mía.

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