Capítulo XVI

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Sin pensármelo dos veces, le dije que sí, y salimos del baño. Pero de alguna manera teníamos que esquivar a nuestros amigos…

Estábamos cerca de la puerta, pero al salir nos encontramos con Ángel y Jordi.

- ¿Ya os vais? - dijo Ángel.

- Eh… Sí, estamos muy cansadas… - dijo Ariadna.

- ¡Pero si acaba de empezar la noche! Venga va, quedaros un ratito más… - dijo Jordi.

- No, no, no podemos porque mañana… Ari tiene que madrugar. Venga, ¡hasta luego! - dije y nos fuimos.

Llegamos a casa de Ari, cerramos la puerta y volvimos a donde nos habíamos quedado. Seguimos besándonos y acariciándonos, yendo poco a poco hacia su cama…

Nos quitamos los tacones y nos tumbamos a la cama. En aquel momento no podía pensar, mi cuerpo ardía y quería estar con ella. Me puse encima de ella besándola, quitándole la camiseta…

Acabamos las dos completamente desnudas, con la ropa tirada por el suelo… Y dejé de besarla por un instante y le pregunté:

- ¿Quieres hacerlo?

Se quedó en silencio un buen rato… así que decidí bajarme de encima suyo porque no era el momento. Entonces Ari se puso encima de mí y volvió a besarme apasionadamente. Sus dedos recorrieron todo mi cuerpo hasta que llegaron a la entrada del túnel y los metió dentro haciendo que gimiera…

—-

Me desperté muy tarde. Menuda noche… aún no me podía creer que había hecho el amor con mi mejor amiga. Fue alucinante. A mi lado estaba ella, durmiendo aún. Me acerqué a sus labios y le di un pequeño piquito. Me levanté para ver qué hora era y ponerme algo de ropa.

-       Buenos días… - dijo Ariadna.

-       ¿Ya te has despertado? ¡Buenos días!

-       Me duele mucho la cabeza… oye… ¿qué hicimos anoche? Estoy desnuda…

¿Le decía que nos habíamos acostado o no? Tenía miedo.

-       Puees… pasó algo entre nosotras… - dije.

-       ¡Ah, sí claro! ¡Ya me acuerdo! Tú y yo nos acostamos. Por cierto, me gustó mucho…

-       Je… a mí también… ¿pero no estás enfadada?

-       ¿Enfadada? ¿Por qué? No te preocupes, estas cosas pasan. Pero no se lo digas a nadie, ¿vale?

-       Tranquila, tranquila.

Nos vestimos y fuimos a desayunar juntas. Estaba muy feliz.

-       Pues yo nunca lo había hecho con una chica. - dijo Ari.

-       Yo tampoco… Y también me ha gustado mucho.

Mientras nos tomábamos el café íbamos comentando las cosas que hicimos para darle placer a la otra.

-       Cambiando un poco de tema… Tu hermano debe estar con Raquel ahora, ¿no?

-       Pues sí, debe estar matándola a polvos cuando yo no estoy… - dije.

-        ¡Jajaja! Si tus padres estuvieran en casa ya verías que no haría eso.

-        Ya, bueno... Si ellos estuvieran aquí, la verdad es que no podríamos hacer muchas cosas de las que hacemos, mejor que estén en Londres jajaja.

-        Sí, mejor jajaja. Por cierto, voy a darme un ducha Su, me siento un poco sudada después de lo de anoche...

-       Vale, vale, yo voy a terminar de desayunar.

Dejó la taza y se quitó la ancha camiseta que llevaba quedando así en braguitas.

-       Por cierto, si necesitas algo me dices, dejo la puerta abierta.

-       Vale jajaja, tranquila.

No pude evitar mirar sus pechos y su trasero mientras se alejaba. No sabía qué estaba haciendo. Creo que se me estaba yendo todo de las manos. ¿Me convertía eso en lesbiana? Sinceramente no podía responder a eso porque recuerdo que mis relaciones con hombres también me gustaban y las disfrutaba.

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