Después de la escuela siempre me quedaba en casa de mi vecina, la señora Lidía, ella era muy amable y siempre me daba galletas de chocolate y malteada de fresa.
Mi mamá salía de su trabajo, una hora después de que yo salía de la escuela, así que le pedí a la señora Lidía que me cuidará durante esa hora, justo a las 2:00 pm mi madre llegaba y sonaba la bocina de su coche, así que yo salía a recibirla con mucho gusto, y ella le daba las gracias a la señora Lidía, y nos íbamos a casa.
Pero un día "como cualquier otro" al salir de la escuela como todos los días fui a casa de la señora Lidía, pero en lugar de recibirme la señora Lidía, me recibió un joven muy amable y sonriente, el me dijo que la señora Lidía había salido por un momento, pero que podría esperarla en la sala, ese joven dijo ser su nieto y que estaba de visita en la ciudad, así que yo entré y el ambiente era muy acogedor, el olor a galletas con canela y chocolate era delicioso, tanto así que el olor estaba por toda la casa.
-¿Quieres una galleta?
Dijo el joven ofreciéndome de una bandeja repleta de galletas de Chocolate.
-Pero ten cuidado, estan calientes porque las acabo de sacar del horno
Dijo nuevamente el joven sin parar de sonreír, así que yo tomé una de las galletas con mucho gusto, sabían un poco diferentes, pues obviamente no las había horneado la señora Lidía, sin embargo estaban deliciosas; encendí la televisión y puse caricaturas. De pronto escuché una voz en la cocina, era el nieto de la señora Lidía.
-Niño, podrías venir
-¡Claro!
Le respondí entusiasmado, supuse que me daría otra galleta, así que me levanté del sofá, estaba apunto de cruzar la puerta de la cocina, cuando escuché un sonido inconfundible, era la bocina del auto de mi mamá, al parecer había salido temprano del trabajo, antes de llegar a la cocina desvié mi camino y salí corriendo a recibir a mi mamá, vi a mi mamá arreglándose el maquillaje en el espejo del coche y seguí corriendo hasta llegar con ella y abrazarla, en ese momento el nieto de la señora Lidía se asomó por la puerta de la casa y saludo.
-¡Hola!
Dijo el joven con una gran sonrisa, mi madre lo miró pero no dijo nada sólo me ordenó subir al auto y antes de que pudiera decir algo, mi mamá tambien subió, encendió rápidamente el coche y aceleró, no vi a mi mamá normal pues ya que su cara estaba muy pálida como nunca antes la había visto. De camino a casa mi mamá hizo una llamada en su teléfono, se le veía preocupada y no entendía porque, tampoco supe a quién había llamado; en los días siguientes, mi mamá y los vecinos se comportaron de una manera sumante extraña conmigo, y por alguna razón nunca más volví a quedarme con la señora Lidía, de echo nunca más fuimos a su casa, ni volví a saber nada de ella.
En aquel entonces yo tenía solo 8 años, pero ahora que soy un adulto, logré tener el valor de preguntarle a mi mamá sobre aquél incidente tan extraño de mi infancia; mi madre se puso pálida al escuchar mi pregunta, no lloró, pero casi estaba apunto de hacerlo, ella me explicó con la voz entre llorosa y lágrimas en sus ojos, y entonces todo tuvo sentido para mí, aunque siendo sincero, hubiera preferido no saberlo nunca; Aquella tarde cuando estuve por última vez en casa de la señora Lidía, mi madre había llamado a la Policía, ya que la señora Lidía no tenía ningún nieto, el hombre que estaba en su casa se llamaba Aaron Levardt, y era un enfermo mental con tendencias a la Antropofagía, osea Canibalismo, no lo hubiera creído de no ser por todos los artículos y periódicos que mi madre me mostró; ese hombre había asesinado cruelmente a la señora Lidía, la había partido en pedazos y la había cocinado en diferentes formas y "platillos", entre esos platillos estaban las galletas de chocolate, esas galletas de las cuáles yo me comí algunas...
Lo peor de aquel día no sólo fue el echo de haber estado frente a un asesino, tampoco el haber comido una galleta echa con la difunta mujer que me cuidaba, lo que más me estremece es el echo de que aquel hombre estaba apunto de matarme, estaba esperándome con un hacha en la cocina, y lo hubiera logrado, si mi madre no hubiera salido temprano del trabajo y no hubiera pasado por mí antes de tiempo; por obra y gracia del destino, es que aún sigo aquí, aquella revelación no me dejó dormir durante días, semanas, meses e incluso años, pasé mi infancia tratando de entender lo que había ocurrido, pero ahora que lo sé, duermo mucho menos.
Créditos a su autor.
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✞︎Histørias de terror✞︎
Horror- Espero te guste... ♡ - Las historias no son mías, yo nada mas se las comparto. - CRÉDITOS a sus respectivos AUTORES. 05.04.20