LLEGASTE A MÍ VIDA [SIDCOLN] [COMPLETA]

CAPÍTULO 22: LINCOLN Y SID, NOVIOS OFICIALES

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Ahora nos iremos a ver a Lincoln y a Sid, quiénes habían terminado de relatarles a la familia Casagrande sobre lo ocurrido con el ex novio de Ángel, el escándalo que ocurrió en la librería de Angie, cómo está lo había despedido en cierta forma, y como Sid le terminó a Ángel en la calle, enfrente de todas las personas que previamente, habían observado toda la pelea.

—¿Enserio todo eso pasó? –preguntó Ronnie-anne, sorprendida–. Eso es, wow... increíble.

—De verdad, eso un gran chisme, claro que no me gusta ser chismoso ni entrometerme pero, es un gran chisme... si si si –dijo el señor Héctor, quien también había escuchado la historia.

—¿Pero que harás ahora Sid? -preguntó la abuela Casagrande-. Creo que debes no sé, hablar con ese muchacho y decirle las cosas de una mejor manera –ella miró a Sid a los ojos–. A pesar de que se haya comportado de esa manera contigo, es un humano... y tiene sentimientos.

—Lo sé señora Rosa, pero la verdad no tengo... los ánimos para ver a Ángel de nuevo, no sé cómo estará él ahora, y no... yo simplemente no quiero verlo –respondió Sid, mirando el suelo de vez en cuando.

—Si quieres Sid, yo puedo acompañarte para que no te sientas mal –dijo Ronnie-anne–. ¿Qué dices?.

—No Ronnie-anne, no... no es necesario eso, no quiero causarte molestias –respondió Sid–. Simplemente no deseo volver a verlo, eso es todo.

—Como tú gustes Sid, pero ahora hablemos de ustedes, de verdad me sorprendieron con esto, Lincoln te prestaba mucha atención a tí Sid, y pasaban mucho tiempo juntos, pero no imaginé que los dos se iban a enamorar.

—Yo tampoco imaginé eso, ya que solo veía a Sid como una amiga -dijo Lincoln-. Pero, debido a que pasábamos juntos mucho tiempo, empezé a sentir algo por ella y, me enamoré –dijo Lincoln, tomando la mano del albino mientras lo miraba a los ojos.

—Yo también, me enamoré de Lincoln –dijo Sid, mirando al albino.

—Qué lindo, sinceramente ustedes dos hacen una bonita pareja –dijo la señora Rosa–. Pero Sid debes de decirle a tus padres sobre esto, anteriormente los chicos iban y se presentaban educadamente a los padres de la novia, y hablaban para ver si aprobaban su relación o no.

—¿Eso se hacía antes? –preguntaron, Lincoln, Sid y también Ronnie-anne.

—Claro que si, eso se hacía antes, ahora la juventud a perdido el romanticismo, las cosas ya no son como antes –respondió el señor Héctor, tomando la mano de su esposa la señora Rosa.

—¿Entonces tendré que hablar con los padres de Sid? –preguntó Lincoln–. Pero, si ellos me ven así, con el rostro un poco lastimado, no sé cómo van a reaccionar, de seguro van a pensar que soy alguien violento y no querrán que esté con su hija –Lincoln tomó la mano de Sid y la miró a los ojos.

—Ángel no hizo eso, yo les conté a mis papás que tenía un novio, y lo aceptaron siempre y cuando no me descuide de mis estudios –Sid miró a los demás–. No creo que sea necesario decirles esto.

—Sid, eso no está bien, ellos son tus padres y deben de saber lo que pasa contigo, tiene el derecho –habló la señora Rosa, con una voz algo serena pero también con un tono de sabiduría.

—Es mejor que se presenten los dos y les digan sobre lo suyo, a que ellos se enteren por su propia cuenta –dijo el señor Héctor también, con un tono de voz muy sabio.

Lincoln y Sid se miraron a los ojos unos segundos pensando en que los abuelos Casagrande tenían razón, por lo que tuvieron que decidir que iban a hacer.