CAPÍTULO 14 : MOMENTOS DIFÍCILES

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Hinata no iba a la escuela desde hace tres días y la verdad es que Hiashi no se lo había podido impedir. Sabía que su hija estaba igual de preocupada por su esposa que él, además la pequeña se había vuelto su fuerza, sin ella no sabría como afrontar toda esa situación.

El Hyuga casi no había podido dormir ni comer desde que Hana había sido hospitalizada. No tenía ni siquiera el valor para decirles a sus hijas sobre su grave estado. Desde su segundo embarazo ella había sufrido una fuerte recaída a causa de su insuficiencia cardiaca y había estado bajo observación, pero el castaño no veía que su esposa mejorara. Así que decidió volver a Konoha para que la mejor cardióloga y una antigua amiga suya se encargara específicamente de ella. Tsunade Senju era la única en la quien podría confiar la salud de Hana.

—Hiashi su condición ha empeorado bastante, su corazón...—pero la rubia calló al ver la expresión de su amigo.

—N-necita un trasplante ¿verdad? —preguntó haciendo que la Senju soltara un suspiro.

—Todavía hay tiempo, haré todo lo posible para ayudar a Hana—dijo segura Tsunade haciendo que el hombre solo asintiera con la mirada ida.

Hiashi sabía lo difícil que sería encontrar un corazón para ella, ya que la peliazul era Rh nulo. Cuando el castaño entró a la habitación de su esposa vio como Hinata estaba sentada pelando una manzana mientras hablaba con su madre.

—¿Cómo te encuentras? —dijo él al ver despierta a su mujer.

—Mejor, siento preocuparlos—dijo sonriendo mientras acariciaba la cabeza de Hinata, que luchaba por no romperse a llorar allí mismo.

Hiashi manteniéndose todo lo firme que pudo solo esbozó una pequeña sonrisa llena de tristeza, mientras que Hinata resistía las ganas de llorar.

Después de unos meses todo volvió más o menos a la normalidad, pero Tsunade les había dicho que la peliazul mayor no podía hacer demasiados esfuerzos, además les había dicho que su estado aún era delicado y lo mejor es que no se sobre exigiera.

Naruto había notado como la peliazul ya no sonreía tanto como antes y como ahora ella estaba en otra clase era mucho más complicado hacerla reír.

—¿Cómo estará Hinata-chan? —preguntó el rubio a su mejor amigo, quien ahora era su compañero de pupitre.

Sasuke no sabía que responder, desde aquel día en el conservatorio no se habían podido acercar demasiado a la peliazul, solo la podían ver en los recreos, porque cuando las clases acababan rápidamente se iba a su casa a ver a su madre.

Ese nuevo año había ido bien al principio, a pesar de que los habían separado, ya que Ino y Hinata iban a otra clase, mientras que Sakura, Naruto y él estaban juntos. Pero aún así los cinco se seguían llevando muy bien, se divertían cuando estaban juntos. Pero ahora con lo de la madre de la peliazul parecía que la ojiperla había creado una fuerte barrera que era muy difícil de romper y que cada vez los distanciaba más.

El Uchiha se levantó decidido, esto no iba a quedar así, no podía dejar a Hinata sola, así que cuando finalizaron las clases rápidamente fue al salón donde se encontraba la Hyuga, esta vez la acompañaría, pero cuando llegó no la veía por ninguna parte, solo se encontraba Ino.

—¿Dónde está Hinata? —preguntó el haciendo que la rubia lo mirara con tristeza para luego acercarse a él.

—Su papá vino durante las clases, su mamá está teniendo una operación de emergencia—dijo la Yamanaka haciendo que el morocho se quedara estático.

Rápidamente fue hacia su salón, tomó su mochila y se fue sin decir más dejando muy preocupados a Naruto y Sakura, que no entendía nada.

Una vez estuvo fuera no tenía ni idea de qué hacer, el hospital estaba lejos y no tenía ni idea de cómo llegar, además de no tener dinero para el bus o un taxi. Pero entonces recordó a su hermano, su preparatoria solo estaba a diez minutos de su escuela, si tenía suerte podía encontrarlo y que le diese dinero para ir a ver a la peliazul.

Así que con un nuevo plan en mente el pequeño niño corrió a buscar a su hermano.

De mientras el pelinegro mayor salía calmadamente, mientras estaba con su habitual grupo de siempre.

—¿Vamos a ver a Izumi? —preguntó Hidan para fastidiar a Itachi ya que sabía que el chico iba a ir a verla. —Como buenos amigos deberíamos visitarla por su resfriado—dijo el peliplateado algo animado, pero entonces llegó un pequeño Sasuke, que se veía bastante agitado.

—¡Nii-san! —lo llamó el menor atrayendo la atención de todos. —Necesito ir al hospital—dijo sorprendiendo a Itachi que se acercó preocupado a él.

—¿Te ocurre algo? —preguntó el mayor, pero Sasuke rápidamente negó.

—Es la mamá de Hinata, se encuentra en el hospital, la están operando—dijo presuroso sorprendiendo a su hermano. —Necesito ir a verla—dijo firme, no se había dado cuenta, pero su pequeño hermano crecía muy rápido.

Itachi le había comprado un regalo para Izumi ya que se acercaba su cumple, así que le faltaba dinero para poder tomar un taxi hasta el hospital general, así que miró a sus amigos que negaron, pero él extendió su mano logrando que todos comenzaran a mirar en sus bolsillos.

—Yo tengo tres monedas de 100—dijo Hidan avergonzado.

—Yo dos monedas de 500—dijo Deidara.

—Yo solo tengo una moneda de 500—dijo Sasori.

Kisame negó mientras miraba a los tres, ellos se dedicaban a gastar su dinero en tonterías, por eso es que siempre iban justos.

—Yo tengo un billete de 2000—habló Kisame entregándoselo a Itachi y luego acercándose al otro Uchiha. —Ve a animar a tu amiga—le dijo.

—Gracias, ya os lo devolveré—dijo Itachi. —Vamos—dijo él mientras tomaba la mano de su hermanito para luego desaparecer de la vista de todos.

. . . . . .

Hiashi esperaba junto a Hinata y una dormida Hanabi que Tsunade saliera de quirófano para que les dijera como había ido la operación. Cuando la rubia salió el Hyuga rápidamente fue a abordarla y la pequeña peliazul siguió a su padre.

—¿C-cómo ha ido? —preguntó él con miedo y la blondo bajó la mirada.

—Lo siento mucho—dijo ella dejándolo frío. —Su corazón no resistió la operación—finalizó dejándolos totalmente destrozados.

Cuando los Uchihas llegaron solo se podía escuchar el sonido de llantos ahogados, dejando paralizados a los dos hermanos.

Sasuke observó como Hinata seguía parada allí, no se había movido ni un ápice desde que la doctora les había dicho sobre el estado de la mujer. Por su parte Hiashi abrazaba fuertemente a una pequeña Hanabi que no sabía que era lo que pasaba.

Notas de la autora: Hola he traído un nuevo cap, como dije antes esto ya está entrando en la recta final, solo quedan dos capítulos. Solo he de aclarar que como ellos están en Japón pues las monedas que usan es el yen. 

Muchas gracias por leer, ya nos vemos.

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