La amistad entre Sasuke y Hinata había aumentado mucho, la chica tenía mucha confianza en él, además que el chico parecía que casi le leyera la mente, porque cuando no tenía el suficiente coraje para dar su opinión él hablaba por ella, o decía algo que la ayudaba a poder decir cómo se sentía en verdad, cosa que agradecía tremendamente ya que él siempre la alentaba y apoyaba.
El tiempo había transcurrido realmente rápido y ya habían acabado el año escolar por lo que se encontraban en vacaciones. Pero antes de terminar la escuela los cinco chicos habían quedado en ir al festival de verano que se celebraba en Konoha, aunque no había sido fácil.
—Vamos Sasuke, será divertido, no sea un aburrido—se quejó el rubio por quinta vez logrando que el Uchiha suspirara con cansancio.
—Está bien, pero déjame tranquilo—respondió el pelinegro.
—¡Que bien! —dijeron Sakura e Ino mientras se agarraban de las manos y daban saltitos de alegría mientras que Hinata solo sonreía.
El azabache no lo iba a admitir en voz alta pero la verdad es que le alegraba que Naruto le insistiera, ya que así tendría más oportunidades para ver a Hinata fuera de la escuela, lo cual no estaba nada mal.
—Ahora solo falta que alguien nos lleve—dijo el rubio pensativo. —¿Por qué no se lo pides a Itachi? —dijo emocionado haciendo que la otras dos también asintieran entusiasmadas.
El morocho lo meditó por unos segundos, tampoco era mala idea, además su hermano sabía sobre sus sentimientos por la peliazul, podría ayudarlo.
—Se lo diré—fue todo lo que respondió el azabache.
Cuando apenas el Uchiha mayor escuchó la petición de su ototo no dudó en aceptar, pero como Izumi y Shisui estaban allí ambos decidieron sumarse al plan y el pequeño Sasuke se dio cuenta de que era inútil tratara de prohibírselo, esos dos nunca entendían a razones.
Así llegó el día tan esperado por el pelinegro menor, pero no todos podían ir ya que Ino a último momento había pescado un fuerte resfriado que la había dejado en cama. Aunque para Sasuke aquello era más una ventaja, a pesar de tener algo de pena por la rubia. Pero ahora solo tenía que dejar a la pelirosa con Naruto y él podría disfrutar del festival con Hinata.
Itachi estaba muy feliz, su hermanito se veía realmente adorable con ese yukata, menos mal que al final había aceptado llevarlo, se veía tan tierno con Hinata a su lado, que estaba igual de linda. Definitivamente hacía una tierna pareja.
—Cualquiera diría que tú estás más emocionado que el pequeñín—se burló Shisui de Itachi logrando que Izumi riera.
—Itachi quiere mucho a Sasuke—dijo la castaña haciendo reír al Uchiha mayor mientras ambos miraban a Itachi, pero este los ignoraba. —No te pongas de morros, solo era una broma—dijo ella intentando desenfadarlo.
Ajenos a estos pensamientos los cuatro niños estaban muy entusiasmados, posiblemente Naruto el que más, que llevaba de un lado a otro a la pelirosa. Que si una manzana de caramelo, que si yakisoba, que si takoyaki. El estómago del pequeño blondo parecía un agujero negro.
Así fueron pasando toda la tarde, viendo los puestos, paseando y mirando los espectáculos, hasta que de repente los perlados ojos de la Hyuga se detuvieron en un puesto, específicamente en un pequeño y esponjo conejo de peluche. Pero por su carácter tímido no se atrevió a decir nada hasta que notó como Sasuke tomaba su mano hacia el puesto de dardos.
Con algo de duda el Uchiha miró su bolsillo, solo le quedaban una moneda de 500, así que solo tenía una oportunidad para acetar, no podía fallar. Hinata al darse cuenta de las intensiones de su amigo rápidamente intentó impedirlo, atrayendo la atención de todos los demás, pero este negó.
—Sasuke es todo un galán—lo molestó Shusui para luego recibir una mala mirada de los dos Uchiha haciendo que se callara mientras Izumi reía.
—Sasuke-kun no es—comenzó a decir Hinata, pero Sasuke la cortó.
—Te conseguiré ese conejo—dijo muy serio sonrojando a Hinata y sorprendiendo a Sakura, ya que nunca había visto a su amigo actuar así.
Con decisión dejó sus 500 yenes en el mostrador y pidió los tres dardos necesarios para obtener el premio haciendo que el hombre que se encontraba frente mostrador le sonriera.
—Tú puedes pequeño—le alentó avergonzando algo al azabache mientras Naruto también lo miraba con algo de duda e interés.
El primer dardo dio en el globo reventándolo, el segundo por poco casi no da, pero lo consiguió. Solo le faltaba uno más, tenía que calcular bien.
—¡Va apúrate que aún tengo hambre! —gritó fuerte Naruto desconcertando al pelinegro logrando que esta vez no acertara.
El Uchiha se volteó molesto hacia el rubio, logrando hacerlo temblar ya que podía notar la sed de sangre de su mejor amigo así que rápidamente se escondió detrás de una callada Sakura, que seguía pensativa por el actuar del pelinegro.
Conocía desde niños al morocho, eran amigos de la infancia, pero jamás había actuado así con ella, ni con ella ni con ninguna otra chica.
Por su parte los tres adolescentes prefirieron no actuar, esto era algo que debían encargarse ellos solos ya que el ojiazul había sentenciado su destino él mismo. Además, si la vida del Uzumaki corría peligro intervendrían, más no antes. El rubio tenía que hacerse responsable de sus actos.
Hinata al ver el lio en que el blondo se había metido y que nadie hacía nada fue con Sasuke y depositó en su mano una moneda de 500 extrañándolo. Ella no quería que Naruto y Sasuke se pelearan, los apreciaba mucho a ambos.
—S-sé que Sasuke-kun puede hacerlo—dijo la ojiperla avergonzada haciendo que él se sorprendiera para que luego le diera una brillante sonrisa que paralizó no solo a Hinata, sino a Sakura y a la propia Izumi, de verdad que Sasuke era adorable.
El morocho volvió darle al hombre su moneda, olvidandose del ojiazul. Esta vez sí que no podía fallar, Hinata le había dado esa moneda porque confiaba en él, así que con aún más fuerza lanzó los dardos logrando que los dos primeros acertaran y nuevamente se encontrara en la encrucijada del último.
Respiró profundo para luego tirarlo, logrando dar en el objetivo.
—¡Y tenemos un ganador! —dijo el hombre. —¿Qué premio quieres? —preguntó para que luego Sasuke señalara el conejo de peluche haciendo que el hombre sonriera, ese pequeño estaba hecho todo un galán a tan corta edad.
El señor bajó ese gran peluche y se lo dio a Hinata mientras le sonreía con algo de complicidad.
—Cuídalo mucho pequeña, el chaval se esforzó—dijo sonrojando a la chica para que luego ella asintiera.
Después de aquello hicieron algo de tiempo, ya que pronto iban a comenzar los fuegos artificiales. Y aunque todos están muy felices y ansiosos Sakura no se quitá de su pecho un extraño sentimiento que la hacía sentir realmente mal.
Notas de la autora: Sí, sé que me demoré muchísimo, pido disculpas, pero estoy muy ocupada y la verdad es que lo voy a estar aún más. Pero prometo que acabaré con las historias, solo pido tiempo.
Gracias por leer espero que les guste y ya nos vemos
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La primera vez que te vi [✔]
FanfictionAquellos extraños latidos que su joven corazón sentía no sabía porque eran, ¿acaso se iba a morir? Todo era culpa de esa Hyuga. Sasuhina