Las clases ya habían terminado, por lo que Itachi se dirigía a su casa, pero vio la silueta de Sasuke por lo que lo iba a saludar. Más cuando noto como su adorable baka ototo estaba sentado mirando con intensidad a una pobre Hyuga que temblaba por la intensa mirada del menor rió internamente. Si con esa mirada feroz intentaba acercarse a la Hyuga estaba ocasionando todo lo contrario.
Por lo que podía notar los sentimientos que su hermanito comenzaba a desarrollar por la peliazul no iban a ser un simple capricho, él mejor que nadie conocía esa mirada, ya que así siempre había visto así a Izumi.
Itachi sabía que su querido hermanito menor dentro de unos años se convertiría en un chico todavía más guapo que atraería aún más a las chicas, igual que le había pasado a todos los miembros masculinos de su familia. No tenía pruebas, pero tampoco dudas; los Uchiha tenían la maldición de ser amados por todo el sector femenino.
—¿Teme estás molesto con Hinata-chan? —preguntó Naruto atrayendo la atención del Uchiha mientras Itachi se escondía detrás de un poste para espiar mejor.
—Hmp, ella no tiene importancia—dijo como si nada más el rubio no se lo creía y por supuesto Itachi tampoco lo hacía.
Al otro lado tanto Sakura como Ino saludaban enérgicamente al azabache, pero este sencillamente las ignoraba. Desde que había descubierto como se sentía respecto a la peliazul estaba más que enfadado, se trataba de una Hyuga, sus familias no se llevaban bien.
—Voy a ir a saludar a las chicas—dijo el rubio, pero Sasuke sencillamente lo ignoró.
Naruto no sabía que era lo que le pasaba a su amigo. ¿Hinata le habría hecho algo? Negó, era cierto que la chica era un poco rara, pero la peliazul siempre era muy dulce y amable, estaba seguro que jamás haría algo para dañar a alguien. ¿Entonces que le pasaba a Sasuke?
Mientras el pensativo rubio iba hacia ellas tanto Ino como Sakura se dieron una sonrisa cómplice, ambas sabían que a Hinata gustaba del rubio, así que esta era una buena oportunidad para que pudiesen hablar a solas ya que en clase siempre estaban todos.
—Hola Naruto—dijeron ambas haciendo que el blondo las saludara efusivamente.
—H-hola Na-Naruto-kun—dijo Hinata avergonzada mientras el Uzumaki le daba una brillante sonrisa.
—Nosotras vamos a comprar algo para beber, ¿no Ino-cerda? —dijo Sakura mientras le señalaba la máquina de refresco e Ino asentía.
—Claro frentona—dijo la rubia molestado a la Haruno pero se calló por el bien de Hinata, era por ella quien estaban haciendo esto.
—¿Quieren que las acompañe? —preguntó dulcemente la peliazul pero ambas negaron.
—Nosotras ya volvemos, quédate con Naruto—dijo Ino y Sakura asintió.
Después de que se fueran el rubio comenzó a hablarle y aunque ella solo se limitaba a asentir se sentía muy feliz. El Uzumaki le estaba contado sobre varias cosas, sobretodo sobre la serie de superhéroes que estaba viendo. Pero cuando por fin iba a hablar otra penetrante mirada por parte de Sasuke la calló de golpe. Esta vez estaba segura, la miraba a ella.
—N-naruto-kun—lo llamó atrayendo la atención del blondo —¿U-Uchiha-san está mo-molesto conmigo? —preguntó la peliazul haciendo que el rubio mirase a donde se encontraba su amigo, que desprendía un aura de hostilidad, la verdad es que él se hacía la misma pregunta.
—No te preocupes por él, siempre es así—dijo el Uzumaki poniendo su pequeña mano en el hombro de la peliazul haciendo que esta se sonrojara logrando que el aura de hostilidad de Sasuke aumentara consiguiendo que la peliazul volviera a temblar, de verdad que el Uchiha parecía muy molesto.
Itachi rio al ver la actitud de su hermano, por lo que podía ver Hinata sentía algo por Naruto y eso ponía sumamente molesto a Sasuke, debía interferir para ayudarlo porque sino acabaría espantando a la ojiperla.
—Hyuga—susurró Sasuke lleno de ira.
Notasde la autora: Hola de nuevo, al ver como os ha gustado la historia aquí os traje un nuevo cap, espero que os guste.
Gracias por leer.
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La primera vez que te vi [✔]
FanficAquellos extraños latidos que su joven corazón sentía no sabía porque eran, ¿acaso se iba a morir? Todo era culpa de esa Hyuga. Sasuhina