Suscribiéndome a Bukowski, confesé tener la sensación de que había alguien esperándome.Me equivoqué.
Estoy solo pero me arrastran con su ímpetu -no necesariamente bueno- miles.
Cientos de quienes no recuerdo más que sufrimiento sórdido y punzadas en caliente.
La experiencia de amar y ser amado, entendido en su sentido más mayúsculo, no provocaba en mí más que tropiezo. Un sentimiento desmesurado de pérdida o abandono. Un quiero pero a ti no te quiero.
Un altercado relacional que despeñado, precipitaba en un "perdón pero, mis sentimientos no son como tus sentimientos".
Además de en un disgusto mártir y ocasional, que terminaba de disolver la autoestima que escaseaba en desde luego, su dimensión más fundamental.
Terminando por colisionar con aquellas distorsiones oportunistas del amor prototípico moderno que, cualquier quinceañero, atreve a figurarse un Martes de verano a las tres de la mañana.
Esa clase de herejías en la que escindía lo real de lo idealista. Lo sentido del supuesto colectivizado obligado sentimiento.
¿Pero qué iba a saber un tío como yo sobre el amor?
Al fin y al cabo solo era un quinceañero...
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Pensamientos a luz de aurora.
PoesiaRecopilación de escritos donde me pierdo sobre distintos temas y diferentes lugares sorteando de cuando en cuando el crear una prosa poética suficientemente decente. No siempre fallo en el intento.