Fight Together

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Al otro día debíamos despertar temprano, porque lo primero en el cronograma de Max era salir a correr.
Bajé hacia la cocina para tomarme un café antes de salir y me encontré con el desayuno, uno muy nutritivo en la mesa, entonces Max salió de la cocina con un batido en sus manos.

—No sabía que tu trabajo incluía hacer el desayuno —expresé mirándolo.

—Tengo que hacerlo, si quiere recuperarse rápido necesita comer bien —afirmó entragandome el batido.

—Bueno tiene razón, la verdad es que no soy una persona que se alimente bien aun siendo deportista.

—Lo sé, su amigo me lo dijo.

—Supongo que esto también lo trajo el —dije mientras me sentaba.

—Si, por favor desayune así podemos empezar con las actividades.

—Esta bien pero, ¿y tú?

—¡No se preocupe ya desayune!

Cuando termine de comer, salimos a correr, era bueno que mi casa este cerca de la playa porque Max me había dicho que correr en la arena ayudaría a recuperar la fuerza de mis piernas mejor.
En ese momento tuve que admitir que lo que había dicho mi compañera la noche anterior era cierto, Max era un hombre guapo, mientras corríamos las mujeres no quitaban sus ojos de nosotros, algunas incluso cambiaban su camino para ir detrás nuestro, pero como culparlas el estaba en perfecta forma, incluso mejor que yo... al parecer su trabajo lo mantenía muy bien.

Luego de unas vueltas, habíamos vuelto a casa y comenzamos con los ejercicios de rehabilitación, eran bastante complicados y muy agotadores, nunca había echo ese tipo de ejercicios antes,, pero se sentían bien, y así había pasado una semana de rehabilitación sin ningún problema, entonces llego el sábado, y vi a Max bajar con un pequeño bolso.

—¿Teníamos algo programado para hoy? —cuestione al verlo.

—No Sr Tul, no es eso, voy a mi casa por el fin de semana —respondió con una sonrisa.

—Oh si claro esta bien —rei—. Alguien como tu debe tener a una chica esperándolo en casa, ¿cierto?

—No es eso, le daré un descanso los fines de semana de la rehabilitación y de mi —afirmó acercandose.

—Hey no te preocupes, no me molestas aquí —dije con una sonrisa—. Además ya me he acostumbrado a tus desayunos.

—Es solo por si llega a tener alguna visita inesperada Sr Tul.

—No te preocupes, estoy concentrado en la recuperación, no me distraeré con mujeres.

—Ok, si usted no tiene ningún inconveniente entonces me quedo.

—Genial llamaré a Cho, podemos beber hoy —le propuse emocionado—. Celebremos que la primera semana de rehabilitación fue un éxito —rei—. Y tu seguirás trabajando para mi.

—Claro seria genial —sonrió—. Entonces iré a dejar mis cosas —afirmó el y fue hacia las escaleras nuevamente.

—Pero... ¿estás seguro que no quieres volver a tu casa? —cuestione deteniendolo—. No tengo ningún problema con eso.