You belong with me

Cambios

Thor apreciaba los pequeños momentos de felicidad en su vida, que gracias al cielo últimamente eran muchos. Como ese lapso de relajación que estaba teniendo al estar en la mesa de su cocina preparándose su sándwich de triple piso con extra-tocino y ayudando (cuando podía y entendía) a su Magne con su tarea, el cual también estaba en la cocina, comiéndose su segunda caja de pop tars.

Todo era paz y tranquilidad en su hogar. Se sentó en su silla preferida de la cocina, acercó su emparedado a su boca y estaba a punto de dar la primera mordida cuando escuchó el portazo y varios gritos provenientes del otro lado de la casa.

-          ¡No me vas a hacer cambiar de idea! ¡Es mi última palabra!

-          ¡Te odio!

Seguido de eso se escucharon más gritos, maldiciones y Thor sintió miedo cuando escuchó unos pasos rápidos acercarse a él. Tambaleó en su lugar cuando sintió el peso extra y tuvo que dejar su preciado sándwich en la mesa cuando se dispuso a abrazar y cargar a Laurits contra él cuando lo sintió abrazarse más a él y lloriquear por lo bajo.

                Su lado sobreprotector salió de inmediato al ver a su cachorro en ese estado.

-          Hey, hey ¿Qué pasó, mi príncipe? ¿Qué te hicieron? -Thor trataba de consolar a su cachorro omega, buscando su rostro y escuchando bajito más lloriqueos. Aunque sabía que lo más probable es que fuera un melodrama de su hijo y que fueran lagrimas de cocodrilo, eso no quitaba que se preocupara.

-          ¡Papá, me odia! ¡Me quiere mandar a esa horrible escuela de delincuentes a la que van Peter y Harley! -Laurits, era un mar de lágrimas (falsas) pero lágrimas, al fin y al cabo. Y no estaba fingiendo en su totalidad, de verdad que no quería ir a la escuela pública.

Laurits sonrió para sus adentros cuando vio a su papá alfa fruncir el ceño como pocas veces.

-          ¡Loki! ¡¿Por qué quieres mandar a mi bebé a ese lugar y...?!

-          ¡No te atrevas a consentirlo más de lo que ya está! -El grito enojado de Loki hizo que cualquier atisbo de valor de Thor se desvaneciera y que un puchero enojado se apareciera en el rostro de Laurits. Loki volteó a ver a su hijo y si que era su hijo, supo manipular a la perfección a Thor. Pero él era mejor. Se acercó a su alfa, el cual tenía abrazado y semi sentado en una de sus piernas a su hijo, como cuando hacia que era pequeño y lo apuntó con un dedo- Tu pequeño apenas y pasó este semestre, sus calificaciones están por los suelos. Le advertí lo que pasaría si salía mal en la escuela por salir con su noviecito -Sentenció- Vas a ir a la escuela con Peter, es mi última palabra.

-          ¡Pero esa escuela es horrible! ¡Se está cayendo a pedazos! ¡No sirven la comida que me gusta y todos son unos estúpidos! -Se quejó en berrinche el omega menor, al tiempo que se levantaba para seguir a su otro padre que lo ignoraba por una botella de agua- ¡Papáááá!

-          La escuela no está mal, Laurits, tú sabes que Stark se encarga de donar miles al año porque sus hijos van ahí, algo de la realidad no te vendría mal y si corremos con suerte alguien te golpeara cuando digas algo que no debías de decir como siempre y aprenderás a no ser un pesado y boca suelta, que te hace falta -Loki cerró la puerta del refrigerador sólo para encontrarse con la cara de gatito enojado de su hijo menor y le dio un leve golpe en la nariz con su dedo índice, triunfante- De nada.

-          ¿Así lo aprendiste tú? -Se mofó Laurits, ya resignado, recargándose en la pared de la cocina. Por cierto, ya ninguna lagrima dramática corría por su rostro, que suerte.

-          Sí, Loki ¿Así lo aprendiste tú? -Le siguió la corriente Thor, pero se calló de inmediato al ver la mirada enojada de su esposo, se escondió detrás de su sándwich.