Capítulo 7

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Jimin no soltó la camisa de Jungkook, forzando al hombre más alto a girarse hacia su cara cuando atravesaron el marco de la puerta. La puerta se cerró mientras Jimin encendía una ligera luz en su suite.

Los ojos de Jungkook se abrieron más cuando Jimin lo vio, y él no pudo alejarse mientras Jimin de nuevo lo empujaba hacia atrás. El querubín lo sostenía de la camisa guiándole hacia los muebles.

—Jimin, esto no es...

—¿No es qué?

Sacudió la cabeza, tropezando un poco, pero Jimin lo mantuvo en balance. —Nosotros no debemos...

—Mmm, Jungkook, debes de tratar de terminar las oraciones.

Las palabras fallaban. Las razones por las que no debería de hacer eso. Oía razones, pero esas se derretían en el calor de la mirada de Jimin. Jungkook podía ver la lujuria en esa mirada y se dio cuenta que estaba totalmente enfocada en él. Su corazón latía tan rápidamente que estaba seguro de que Jimin podría oírlo.

Llegaron a la entrada de la recámara. Jimin lo empujó, liberando su camisa.

Jungkook se tropezó y cayó en el edredón crema que cubría la cama.

Jimin se rió, subiendo sobre él y acomodándose a horcajadas sobre su cintura. —No temas, Süsser — dijo, mientras sus dedos desabotonaban la camisa de Jungkook —. No te lastimaré.— A Jungkook nunca le había parecido el acento alemán sexy pero su opinión cambió abruptamente.

—Esto no es...

Jimin hizo el pequeño trabajo con los botones y abrió la camisa de Jungkook, exponiendo su pecho y abdomen. Jimin ronroneaba feliz viendo a Jungkook con placer. —¿No te agrado?— Labios ahora sin brillo, rozaban la clavícula de Jungkook.

Jungkook tragó saliva. —Bueno, sí.

Cálida risa. Palmas y dedos se extendían por su pecho, presionando los dolorosos puntos de sus pezones. —No te preocupes, Süsser. Entiendo que es solo sexo. No dañará, no está mal.— El cliché se oía extraño con su acento, pero Jungkook no se detuvo en eso. Jimin se detuvo, balanceándose sobre él. Los lentes de Jungkook en la cima de su cabeza sostenía el cabello que usualmente caía sobre sus ojos. Jimin sonrió —. No te detendré en la mañana.— Bajó la cabeza y descubrió uno de los pezones para así poder circularlo con su lengua —. Solo deseo saborearte una noche.

«Una noche no puede dañarte». Jungkook intentó decidir si eso se oía convincente en su cabeza. Era difícil preguntarse cualquier cosa cuando los talentosos dientes y lengua de Jimin  atormentaban sus pezones. La mano del tecladista jalaba su otro pezón y su ingle se presionaba contra la de Jungkook. Los lazos de los puños hacia cosquillas en la piel de Jungkook.

Jungkook levantó las manos y llevó sus dedos entre el suave y sedoso cabello azul en la parte de atrás de la cabeza de Jimin. Por alguna razón que a él no le importaba nombrar, dejó sus lentes de sol en ese lugar, disfrutaba verlos ahí. Deslizó su mano por la parte de atrás de la cabeza de Jimin y encontró la trenza que iniciaba en su nuca, vio medio enfocando cómo se deslizaba por la espalda de Jimin como una serpiente, la jaló a un lado, sosteniendo la banda en la punta y distraídamente cepillando con la punta de la trenza la expuesta piel de la espalda de Jimin entre la bastilla de su camisa y la pretina de sus pantalones.

Jimin ronroneó deliciosamente mientras besaba el pecho de Jungkook hacia su otro pezón.

Jungkook deslizó su mano por la espalda de Jimin tanto como pudo alcanzar, curvándola alrededor de su cintura.
Llevó sus dedos entre los lazos de las piernas del pantalón de Jimin, fascinado por la caliente sensación y la suave piel de sus muslos.

INFIERNO (JIKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora