Capítulo 9

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Simplemente no es justo.

Jungkook giró su atención de la televisión de alta- definición que estaba montada en la pared y que mostraba el videojuego que Nam y Jimin estaban jugando, hacia Ellen, Jin, y Theo, que estaban sentados en el sofá justo detrás de ellos.

—¿Qué sucede?— Jin preguntó.

Ellen hizo un puchero viendo el grupo de unas treinta personas —. Mira esto. El número de hombres aquí excede al de las mujeres al menos de tres a uno, pero la mitad de ellos están viendo a ¡otros hombres!

Theo y Jin se rieron junto a algunos otros que habían oído, Jungkook incluido.

Jin colocó un brazo sobre los hombros de ella y le dio un consolador abrazo. Ella era una cosita pequeña, y justo se ajustaba bajo su mentón. —Aww, lo siento, dulce corazón, si te sirve de consuelo, yo no.

Sonriendo a pesar de su puchero, Ellen se acurrucó más cerca de él, acomodando sus brazos alrededor de su cintura. —Eres un dulce, Jin. Sé eso.

Theo atrapó a Jungkook viendo y giró los ojos y sonrió.

Jungkook le sonrió y alejó la mirada. La declaración de ella era divertida pero era real. De algún modo en el último año los integrantes de la banda habían tomado una clara tendencia hacia lo masculino. Jungkook culpaba a Namjoon, no solo por causar curiosidad en los otros miembros de la banda, sino también por su espectacular relación con Hobi.

No es que Jungkook pudiera culparlo. Jungkook giró su atención hacia el rubio, quien estaba en  una esquina con otras personas, hablando. Hoseok era, sin duda, un hombre hermoso. También sin influencia de Namjoon, Jungkook dudaba que él o Taehyung pudieran aceptar tan fácilmente sus tendencias homosexuales.

«Hablando de eso...»


Jungkook se giró en el sofá, dándole un trago a su botella de cerveza que apoyaba en su abdomen mientras veía a Jimin y a Nam luchar en alguna futurista batalla de fantasía del video juego. No podría decir el nombre de eso ni intentándolo, pero Namjoon había descubierto que Jimin podía jugar. Dijo que no había encontrado quien lo igualara, con lo que Hobi resopló ofendido. Entonces Namjoon y Jimin se sentaron en el suelo entre el sofá y la pared donde estaba montada la televisión.

Jimin parecía un niño, tan pequeño al lado de Nam.
Incluso tenía su lengua entre sus llenos labios, mordiéndosela concentrado. «¿Cuán lindo era eso?» Esos largos y talentosos dedos envolviendo el control del video juego y Brent dejó que su mente vagabundeara a los vívidos recuerdos de esos dedos envolviéndose alrededor de su pene, llevándole al placer como había hecho con esa boca y esa lengua que ahora él se estaba mordiendo.

Jungkook envolvió su mano alrededor del cuello de la botella de cerveza y se la llevó a sus labios, visiones de sus dedos enredándose en los suaves rizos del diablillo mientras el diablillo se hundía hasta sus bolas dentro de su culo llegaron a su cabeza.  

Alrededor de él la casual e improvisada fiesta con pizzas continuaba. Taehyung y Yoongi habían aceptado tener invitados la última noche que la banda estaría en el Weiss Strande East. Al día siguiente, ellos volarían a Los Ángeles para filmar la segunda parte de un video.

Decidiendo que había visto suficiente de la lucha de Nam y Jimin, Jungkook se levantó y se dirigió a la mesa para ver si había quedado pizza. Se preguntaba cuánto más tendría que quedarse. Entonces se preguntó si podría atraer a Jimin de regreso a su cuarto. O al cuarto de Jimin. En donde ellos habían pasado varias noches desde su primera vez juntos. El culo de Jungkook estaba felizmente adolorido y su pene nunca había estado más listo ni más saciado ante la extraña yuxtaposición, pero él lo disfrutaba.

INFIERNO (JIKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora