INFIERNO (JIKOOK)

Capítulo 8

Jungkook despertó con cabello del color de huevos de pascua haciéndole cosquillas en su mentón. El pequeño y  delgado cuerpo a su derecha. Jungkook parpadeó hacia el techo, a juzgar por la tenue iluminación en el aire debería de ser de mañana.

Movió la cabeza hacia un lado y forzó a sus ojos a enfocarse en el reloj de la mesita de noche. Las seis de la mañana.

Suspiró y giró la cabeza, cerrando los ojos. No iba a volver a dormir. Sin importar cuán tarde se durmiera Jungkook, usualmente se despertaba a esa hora. Su reloj interno simplemente no le permitía dormir después de las seis o siete a menos que estuviera enfermo o profundamente crudo. Pero incluso eso no funciona todo el tiempo.

Además, él tenía que orinar.

Tomó una profunda respiración, cuidando de ser silencioso. No quería despertar al diablillo. Por un momento se dejó disfrutar por el cálido cuerpo presionándose contra el suyo, las casi lampiñas piernas entrelazándose con una de las suyas. El brazo de Jungkook sobre la suave espalda de Jimin, y la trenza azul entre sus dedos. El broche de la trenza se había perdido durante la noche, así que la mitad de la trenza estaba desecha, cabello oscuro caía bajo la espalda de Jimin.

Jungkook vio  la atrevida curva del trasero del hombre, plenamente visible dado que ellos nunca se habían metido bajo las sábanas.

Jungkook se atrapó viéndolo y cerró los ojos. ¿Qué es lo que veía? Él había tenido su diversión. Ahora se había terminado.

Escuchando su silenciosa voz, regañándolo, Jungkook empezó a desenredarse del abrazo de Jimin.

Él rápidamente descubrió dos cosas. Primero, el diablillo era compacto y fuerte pero relativamente ligero, incluso dormido. Segundo, dormía como muerto, Jungkook logró desenredarse y salir sin que el diablillo cambiara su respiración. Jungkook se rió mientras las flácidas piernas de Jimin caían en el colchón sin que él se moviera.

Jungkook eligió moverse suavemente mientras buscaba su ropa. Aún seguía usando su camisa. Localizo sus pantalones y ropa interior a los pies de la cama. Después de ponérselos, tomó los calcetines y zapatos. Después de todo no iba a ir muy lejos.

Se detuvo en el marco de la recámara. El diablillo seguía sin moverse, su encantadora piel pálida prácticamente brillaba con la luz de la mañana. Jungkook tuvo el fugaz pensamiento de cubrirlo pero descartó la idea. La temperatura del cuarto estaba bien y al hacerlo solo se arriesgaría a despertar a Jimin.

Jungkook se giró salió del cuarto, entonces de la suite.
El pasillo estaba, afortunadamente, vacío, pero él era el único madrugador de la banda. A menos que tuvieran una buena maldita razón, todos ellos estarían en la cama hasta el desayuno que sería llevado entre las diez o las once.

Jungkook sacó su tarjeta llave de sus pantalones y entró  a su propia suite. Aún tenía sueño, pero él sabía que acostarse no ayudaría. Solo dejó eso, pensar en eso ahora no era buena idea. Él podía pensar en lo que había hecho, de lo bien que se había sentido con Jimin. Él podía preguntarse qué hubiera sucedido si se hubiera quedado en la suite de Jimin hasta que el diablillo despertara. No, mejor no pensar en eso. Eso podría solo causarle una decepción.

Bostezando se dirigió al cuarto de baño, descartó la ropa que había usado la noche anterior y se puso un traje de baño, se puso una suave bata y unos maltratados tenis.Por instrucciones, llamó al escritorio de información y preguntó si la alberca estaba disponible. Hoseok ya había instruido al personal que a Jungkook se le permitiera usar la alberca techada incluso fuera de las horas normales.

Tomando una toalla se dirigió al elevador para bajar al piso apropiado.