Una chica de profesión artística en pintura está regreso a su pueblo donde vivió de niña, en vista a su abuelita. Después de ayudar en la casa sale a la cancha con césped del pequeño pueblo, estaba dibujado a unos niños entonces uno de ellos le dice...
Me sentía nerviosa quizá porque de la nada se presenta en un baño de mujeres, al parecer conoció a Jungkook.
-- ¿Park Seong hwa? -repetí en pregunta-
-- Si, así es mi nombre -dio un suspiro tocado su cuello con la mano derecha- Yo soy un amigo... Fui amigo de Jungkook.
Baje la mirada apenada, aún me es difícil creer que Jungkook murió, y yo sabía la verdad no hacer justicia con su asesino por propio beneficio me duele mucho, todo por proteger a Jimin sufriría mucho en la cárcel y yo no quiero estar lejos de él, debo entender que apenas conoce el mundo, no es su culpa.
-- Fuistes su novia ¿no? -lo miré a lo que él solo sonrió- Me contaba mucho de ti... fueron amigos por mucho tiempo...
-- Si, fuimos amigos llegamos a gustarnos pero nunca nos hicimos novios, quizá fue por miedo de ser rechazado o que cambiara algo después -me cruce se brazos recordando-
Rebusco en sus bolsillos del traje negro que traía, lo observé hasta que sacó una pequeña tarjeta lo cual la extendió hacia mi para que lo tomara.
-- Estemos comunicados, quiero conocerte y también encontrar la verdad del asesinato de Jungkook, debes ayudarme... -propuso decidido-
-- Okey, te llamaré yo... -guarde bien la tarjeta en mi cartera, lo mire para decir difícilmente- Ya debemos ir... seguro que ya están por enterrar a Jungkook...
Salimos del baño de mujeres hacia en centro del cementerio donde los familiares ya estaban al rededor del agujero donde metían el ataúd.
Me puse al lado de Jimin, era inevitable no llorar, ni imaginar lo que estaban pasado sus padres y hermanos, los encargados empezaron a tomar las palas para tomar la arena de un lado para cubrir el agujero donde ya estaba el ataúd.
Minutos después todos se fueron solo quedamos Jimin y yo, ya no lloraba pero me sentia triste y desecha.
-- Lo siento, Nunca debí -palabras consoladoras intento darme- Si sabría que estarias asi de triste no lo habría hecho...
-- ¡Cállate! -lo interrumpi, gire a verlo a mi lado- No sabes como me siento siendo cómplice de tu asesinato, ¡me merezco el infierno!
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-- No digas eso, no eres culpable de nada... Perdóneme Haru, solo quería asustarlo pero no puede contenerme cuando me dijo que serías su novia y sería el padre de tus hijos... yo...
Deje el lugar de inmediato sin mirar atrás, esto era dolorido nunca creí cubrir una asesinato.
Pasaron los días, me dieron 1 mes de permiso porque me veían muy mal en mi estado ánimo. Jimin a llegado muchas veces tarde (madrugada) eso no me importa mucho porque desde que fue el entierro de Jungkook hice como si fuera una fantástica e siendo cortante con mis palabras.
Hoy he salido a caminar después de mucho, es de noche y yo bien abrigada con bajada y guantes sin falta también mi abrigo de color canela.
Fui a una cafetería cerca de la casa, me senté frente a la ventana, la mesera vino e hice mi pedido.
Saqué mi celular para ver un poco sobre el trabajo que ahora tenía a pesar de que no valla a la empresa debo presentar algo mediante internet. En eso vi el contacto de Seong hwa decidí llamarlo después de muchos días quizá ya se habría olvidado de mi.
Cuando hablamos me dijo que estaba cerca y que lo esperara, solo fue cuestión de minutos hasta que se sentó en mi mesa frente a mi.
-- Pensé que jamás me llamaría... eres una chica difícil eh... -no pude evitar sonreír como él- eso... debes sonreír así.
-- Te llamaré más seguido, disculpa por no hacerlo antes... solo están aún superando la muerte de Jungkook.. -di un suspiro- ya estoy mejor ahora.
-- Comprendo -llegaron nuestros pedidos, unos chocolates calientes-
Empezamos a platicar, mientras más lo hacíamos más nos conocíamos, notaba que era muy gracioso, después de mucho volvía a hacer feliz como antes y era con él.
Sucedió algo que me susto antes que pudiéramos levantarnos, unos 5 chicos entraron con ropa oscura, barbijos, sombreros que escondían sus ojos todos armados.
Uno de ellos se fue directamente a la caja para amenazar a la encargada, los otros 4 estaban apuntado a los clientes para que no se movieran seguro que solo era ese su plan, tomar el dinero de la caja y irse pero pasó algo extraño.
Él tipo que había robado en la caja estaba por irse y los demás detrás de él pero antes de llegar a la puerta vio hacia nosotros, camino hacia nosotros apurando con su pistola ¿Qué quería de nosotros? . Solo se quedó a un paso de la mesa apuntando con esa arma que me asustaba.
-- ¡Vamos, te llevaré a ti! -ordeno, no sabía a quién le decía- ¡¡No escuchas!! ¡Levántate!
Mire a Seong hwa, quiso levantarse pero luego me punto con el arma a mi, me dijo que era a mi, con miedo levanté.
Salimos de la café , ese chico con el arma en mi espalda para que caminara.
-- Porfavor no me maten -suplique-
Afuera estaba un auto oscuro, abrieron la puerta no quería entrar, sentí de pronto ponerme un saco sobre la cabeza, no veía nada, recibí un golpe en la espalda lo que hizo que entrara al auto a la fuerza.
