Una chica de profesión artística en pintura está regreso a su pueblo donde vivió de niña, en vista a su abuelita. Después de ayudar en la casa sale a la cancha con césped del pequeño pueblo, estaba dibujado a unos niños entonces uno de ellos le dice...
Pasaron unas horas supongo, el viaje en el auto era muy largo, tenía mis manos enrolladas entre sí de miedo, Temia a lo que me podría pasar.
-- Es aquí -escuche una voz, justo después sentí que tomaron mi brazo para bajarme bruscamente- ¡Camina! -ordeno-
Tenía aún en mi cabeza el saco lo cual no me permitía ver, entre pasos torpes camine hasta llegar a una silla, allí me hicieron sentar para después atar mis manos en la parte de atrás como también los pies de un golpe sacaron el saco de mi cabeza.
Pude ver a solo 4 chicos, pero no distinguía sus rostros, este lugar parecía una bodega, tenía cajas de cartón a los lados de las paredes y poca luz.
-- Es ella señor -llego un chico después de el entro otro, caminando con porte parecía ser el jefe- Suerte la nuestra...
A solo unos metros el último chico que había salido último saco una fotografía de su saco, la puso frente de él, seguro que comparaba la foto conmigo, bajo su mano y la volvió a guardar entonces todos salieron.
-- Esto es un error -hable antes- Seguro que se confundieron... porfavor no me lastime -suplique-
Solo los dos nos quedamos en ese lugar, camino hacia a mi hasta quedar a dos pasos de mi, sonrió sarcástico para sacar su celular y tomarme una foto. Baje la mirada de inmediato.
-- No, eres la correcta -parecia que estaba enviado la foto- Nunca pensé que llegarías tan pronto... -confeso mirando su celular-
-- ¿A caso me conoce? -pregunte temblorosa-
-- Solo por fotos -dejo un lado el celular- ¡Listo!
-- ¿Quién es usted? ¿Por qué estoy aquí?
-- ¿Te lo digo? -fue por otra silla para sentarse frente a mi. Me miró fijamente y volvió a sonreír- Ya entiendo porque Jimin está obsesionado contigo... Eres muy linda en el aspecto del carácter, hasta ahora no haz gritado.
-- ¿Entonces estoy aquí por él? -pregunte.
-- Si, mi nombre es Choi San, Jimin es uno de mis hombres, ya sabes los que terminan con personas equivocadas, fin. Hace varios días que el tipo se negó a cumplir una misión, así que por eso secuestre a su amada.
-- Yo no amo a Jimin -dije molesta.
-- Pero el si Haru, hace un rato le mande una foto tuya así que seguro ahora debe estar viendo para aquí... -miro su reloj- ¿Que tal si lo esperamos?
En esos diez minutos aproximadamente, me quedé en silencio con ese chico llamado San, no parecía aterrador pero si tenía un carácter fuerte y serio.
Escuche abrirse la puerta fuertemente, lo que llamo mi atención, mire hacia allí viendo a Jimin. Él al verme dio un suspiro de alivió y vino hacia mi corriendo, se puso se rodillas para verme y tocar mi rostro con sus manos temblorosas.
-- ¿Estas bien? -pregunto a lo que yo sentí- Lo siento Amor, no deberías de estar aquí...
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San se levantó de su silla y caminó a unos pasos lejos de mi, serio saco su pistola, abri los ojos grandes al ver eso, él solo dijo:
-- Ya sabes lo que tienes que hacer -Jimin se puso también de pie para mirarlo- es la vida de ella o la de tu misión -amenazo-
-- Es muy peligroso, además ya dije que no quería ir allí -respondio Jimin molesto.
-- ¿Eso que? Ve ahora, quiero que lo hagas hoy ¡sino tu novia pagará por tu estupidez!
Jimin beso mi frente, me miró a los ojos para susurrar:
-- Estarás bien, volveré por ti pronto, no tardaré -prometio con una esperanza- No te preocupes.
Asentí derramando lagrimas, una vez más me beso pero esta vez en los labios, con pasos apresurados salió quedo otra vez sola con San.
-- ¿Ahora lo vas a negar? -mire a San ante su comentario- El amor puede ser que te vuelvas un esclavo... y Jimin lo es ahora...
Con miedo me atreví a preguntar.
-- ¿Volverá? ¿Jimin estará bien?
-- hay un noventa por ciento de posibilidad de que no vuelva, ni está noche ni nunca... -sin sentimiento respondió- ¿Por qué creer que no quiso ir antes?
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No pude evitar llorar en silencio, San me miró por última vez y lentamente salió de lugar dejándome sola con la tristeza y el temor de no ver nunca más a Jimin.
