Limpiar las enormes ventanas, regar las flores de los centros de mesa y barrer el gigante salón, fueron algunas de las cosas en las que gasté mi mañana.
Hoy por la noche se celebrará la ceremonia de noche buena. Estoy muy emocionada porque nunca he estado en una celebración de tal magnitud, pero claro, los nervios no se quedan atrás.
Luego de pasar toda mi mañana en alistar el salón para la celebración, me dirijo a la habitación de Lizzie, ya que ella me ayudará a prepararme para la noche. Junto a mi vestido y mis horribles tacones negros, me dirijo a su habitación. Es increíble que hoy tendré que usar tacones, nunca los he usado, pero me parecen la peor cosa hecha por el hombre. ¿Por qué usar algo que destroza mis pies? Eso es masoquismo.
—Por fin llegas —exclama Lizzie. Ella me abraza y toma mi vestido para colocarlo en un perchero—. Siéntate, haré magia contigo —dice emocionada.
Me siento en una silla frente a su tocador y con una gran sonrisa comienza a colocar algo de maquillaje en mi rostro, primero coloca una especie de polvo el cual me produce picazón en la nariz. Luego, coloca un polvo pigmentado en mis párpados y finalmente, con ayuda de un mini cepillo peina mis pestañas.
—Ahora, la cereza del pastel —dice colocando un labial claro en mis labios—. Espera, todavía no te puedes ver —añade con una sonrisa. Toma grandes mechones de mi rojizo cabello y poco a poco va creando ondulaciones en mi cabello con ayuda de una plancha de cabello.
—¿Cuánto falta? —pregunto ansiosa.
—Tranquila, ya casi termino —responde ella mientras mira con gran atención mi cabello.
Continúa con mi cabello por los siguientes minutos y una vez que termina, corro a su baño para poder vestirme con el vestido rojo que nos dieron hace algunos días. Además, me coloco los tacones.
—¿Cómo me veo? —pregunto un poco extraña.
—Te ves increíble, vas a enamorar a todos en esa ceremonia —dice tomando mis manos.
—Bueno, solo repartiré los cupcakes —añado riendo.
—Eso es lo de menos, yo sé de alguien que sí se quedará encantado contigo —expresa sonriendo.
—No empieces por favor —digo rodando los ojos.
—Me dan ternura como ambos lo niegan, pero es demasiado obvio que ustedes dos se gustan —exclama con una gran sonrisa.
—Nunca le he dicho esto a nadie, pero eres muy terca —añado riendo.
—Sí, ya muchos me lo han dicho —responde ella con orgullo.
Me acerco a uno de los espejos de la habitación de Lizzie y me miro en el reflejo. Me veo fantástica, el vestido a decir verdad me queda muy bien y el maquillaje y peinado que Lizzie me hizo quedó increíble. Lo único malo, es que no sé caminar en estos altos tacones.
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Alma de Guerrera | Terminada
Teen FictionUna valiente jovencita de un campestre pueblo de Francia, decide iniciar el camino de su vida fuera de las murallas de un descuidado orfanato. Después de escapar del tétrico lugar, se encuentra con varios obstáculos que la pondrán a prueba. Sin emb...