De niños no me dejabas jugar contigo. No me prestabas tus juguetes, comías helado sin invitarme, me botabas de tu habitación.
Pero ya hemos crecido, y mis ganas de que me invites a tu recámara siguen siendo las mismas que antes.
Solo quería jugar co...
Levantaste la mirada de tu pequeño auto rojo, el cual formaba parte de la carrera que se hacía en tu gran habitación celeste. Todos tus juguetes estaban esparcidos en la alfombra azul, pero tú no tenías problema de compartirla con ellos.
Una mirada crítica que no debería tener un niño de seis años me escaneó de pies a cabeza, viendo mis zapatos negros, mis shorts gastados, mi camiseta amarilla, y luego mi rostro suplicante queriendo jugar contigo.
No te importaron los pucheros típicos de un niño de cinco años que te tiré, tampoco mis brillantes ojos llenándose de lágrimas cuando me empujaste del umbral, cerrándome la puerta en la cara.
Lloré. Lloré más que tú mientras le gritabas a mi mamá que te estaba molestando, cuando lo único que quería era compartir la habitación contigo. ¿Tan difícil era decirme que sí? ¿Acaso creías que yo hubiera sido capaz de romper tus juguetes?
Yo no quería hacer eso, por lo menos no cuando éramos niños.
Mi mamá, la que te cuidaba y amaba más que a mí, la persona que tú despreciabas aún cuando era la que te prestaba más atención en aquella mansión fría, siempre me terminaba regañando, me castigaba.
¿Te gustaba eso? ¿Te gustaba lamer el helado de vainilla que te compraban luego de hacer tu rabieta en frente de mi hambrienta mirada?
Parece que sí, porque siempre me sacabas la lengua y sonreías fríamente. ¿En serio tenías seis años?
Los niños eran crueles, tú lo eras, pero yo no, no deberías haberme hecho eso. Tú sabías que eras malo porque tus padres te lo decían pero aún así te reías, te burlabas de mí, del hijo de la criada. BeomGyu, fuiste alguien cruel, egoísta, caprichoso.
Pero ya crecimos, o por lo menos tú lo hiciste.
Porque yo sigo siendo el mismo niño queriendo jugar contigo, queriendo lamer y embarrarse los labios, queriendo quedarse en tu habitación.
¿Puedo jugar con algo que no sean tus juguetes?
¿Puedo embarrarme los labios con algo que no sea el helado de vainilla?
¿Puedo estar en tu cama?
Me gustaría mucho jugar con tus sentimientos, lamer y ensuciarme, ahogarme bajo tus sábanas.
Solo quería jugar contigo, Choi BeomGyu
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