III

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—¡Vuelve aquí Katsuki Bakugo! —grito Ochako yendo tras él, pronto su entrecejo se frunció al verse completamente ignorada— ¿Acaso entiendes en qué posición te encuentras? —más Bakugo siguió alimentando a Izuku con el biberón en mano, mientras alistaba sus pertenencias para salir— Deberías de estar agradecido, he hecho un perfecto cronograma de actividades para que en menos de un parpadeo tu destino recobre su rumbo —enseño la hoja en su mano tras chasquear los dedos.

El hilillo de humo que dejo atrás empezó a inundar la habitación a olor a vainilla y algodón de azúcar, el cual hizo sonreír al pequeño bebé.

Por otra parte Bakugo, se dirigió hacia la mesa de la sala para tomar la toalla que se encontraba encima de ella al ver que el pequeño Izuku ya había terminado de comer. Colocándolo por sobre su hombro, acomodo a Izuku sobre su pecho, mientras acariciaba su espalda.

"¡Hey Bakugo!" escuchó la molesta voz de esa extraña chica, que llevaba todo el día metida en su departamento sin poder hacer algo para que le dejase en paz.

Porque sin importar cuantas veces le echara volvía a aparecer como por arte de magia adentro.

Cansado de su impertinencia quiso mandarla al mismísimo infierno, pero antes de decir algo escuchó el sonoro grito de la joven, cuando ella se colocó atrás de él y sin querer fue manchada por Izuku, quien al eructar vomito un poco de su comida.

—Je, je, ¿Primera vez? —se burló Bakugo, mientras llevaba a Izuku al frente para limpiar su pequeña boquita. Ochako, quien aún se encontraba en el piso pasmada del susto, miro la escena con horror, ya que después de todo las almas de los bebés no tenían necesidad física alguna era una tarea que requería tan poco esfuerzo además del de cantar para ellos y por supuesto esparcir un poco de rocío y polvo de la felicidad encima de las nubes que fungían de cunas. —Como sea me voy y lo mejor que puedes hacer es irte si no quieres que llame a la policía, loca —se despidió de ella junto a Izuku quien llevaba en la cangurera.

Más lo que Bakugo no espero, es que tan pronto diera un par de pasos nuevamente esa redondeada cara y grandes ojos apareciera.

—¡No puedo permitirlo! —Ochako le apunto con el dedo sin miramiento alguno— No sabes el esfuerzo que he puesto en este plan de trabajo, y créeme que ir a la pescadería ahora no hará que tu destino mejore, ¡Para ello debes ir a la escuela primero! —Bakugo no pudo evitar sentir asombro al ver que ella sabía a donde se dirigía en ese momento, sin embargo no le presto mucha atención ya que su de por si corta paciencia estaba a punto de acabársele. Y esta se acabó cuando le escuchó dirigirse de tan vil forma; —Eres un caso perdido, ya he repasado tu informe, testarudo y con mal genio, con gran potencial, pero todo arruinado por tener un hijo a esta edad, y es que sigo sin entenderlo, si eres una especie de "genio" ¿Acaso alguien con tanta inteligencia no pudo pensar con la cabeza fría cuando tú y la madre de ese niño...? Bueno como sea —se detuvo tras suspirar— Un hijo a esta edad es demasiada responsabilidad, no obstante a mal tiempo buena cara ¿No? —sonrió y Bakugo sintió asco de solo ver aquella enorme sonrisa que le mostraba, puesto que de nada servía tener una cara bonita con tan mala actitud y que él lo reconociera era ya mucho decir— Además lo principal aquí es que he venido a ayudarte, así que tratemos de llevarnos bien para salir de esta situación rápido ¿Ok?

Ochako extendió su mano hacia él, pero Bakugo sin pensarlo dos veces la aparto.

—Pero ¿Quién te crees? ¿Ha? ¿Acaso me conoces, mierda? Créeme que antes de pedir tu ayuda prefería comer estiércol de cerdo.

Y sin más se fue, dejando pasmada a la pequeña ángel.

Fall in Love 【Kacchako】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora