XIV

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—¡Por supuesto que no!

—¡¿Qué?!

—¡He dicho que no dejare que te lleves a mi hijo!

—¡Lo dices como si fuese a arrebatártelo y nunca más te lo volviera a dejar ver! Solo cuidaremos de él hasta que termines tus estudios además podrás verlo cuando quieras Katsuki —declaro Mitsuki.

Bakugo siguió inamovible de su lugar, entre sus brazos cargaba a Izuku, mientras le deba el biberón ya que era la hora de su comida.

—¡He dicho que no!

Tanto Masaru como Ochako miraron el enfrentamiento de miradas entre madre e hijo. Ninguno parecía querer ceder ante la situación.

Katsuki entendía los sentimientos de sus padres cuando le ofrecieron cuidar del bebé, pero dejar a Izuku no era una opción para él.

—¿Sabes cuánto te falta para graduarte? Aunque lo hagas con la nota mínima debes entrar a una universidad Katsuki —abogo su madre— Créeme ahora es pequeño, pero crecerá y el sueldo de cualquier trabajo sin estudios universitarios no bastara para poder criarlo —Bakugo gruño— Deja por una vez el orgullo y piensa en el bebé también.

Katsuki frunció el entrecejo y apretó los dientes con fuerza.

¿Qué si no pensaba en su propio hijo? ¿Qué si no pensaba en el futuro? ¡Claro que lo hacía y a creces!

Empuñando su mano derecha quiso decir algo, pero no tuvo que hacerlo cuando escuchó la voz de Ochako metiéndose en la conversación de los dos.

—Perdone el atrevimiento señora, pero se equivoca —hablo firme y sin miedo alguno la castaña— Bakugo siempre piensa en Izuku, de día y de noche, nunca hay momento donde no piense en él. Y como hacer lo mejor para su hijo —la mujer parpadeo un par de veces— Entiendo su preocupación. Bakugo también lo sabe, sin una buena educación no podrá conseguir un buen empleo, pero si de algo estoy segura es qué sin importar los obstáculos lo lograra.

Mitsuki sonrió, soltando un bajo "hum" sin apartar la vista de ella. A primera vista parecía ser una chica con agallas, pudo jurarlo por su vida.

—Aun así, es demasiado para un chico de su edad— refuto.

—Eso es verdad —concedió Ochako— Pero él no está solo —aseguró llena de confianza.

—Entonces es así... —miro al par— Pero aun si ambos están saliendo y se ayudan mutuamente —se rasco la cabeza, haciendo un pequeño berrinche lo que hizo que no notara que Ochako movía sus manos tratando de negar que eran pareja— Supongo que... —Mitsuki miro a su hijo— Debo admitir que lo has estado haciendo bien —colocó una mano por sobre el hombro de su hijo— Sin embargo no dudes en pedirnos ayuda. Aún más no dudes en visitarnos y —se acercó a su oído— Esa chica —ladeó su cabeza hacia Ochako— No la dejes ir.

—Muchas gracias por estar con nuestro hijo —hablo Masaru esta vez, dirigiendo una pequeña reverencia a la joven ángel que sentía arder con intensidad sus mejillas ante la confusión.

—Señores ustedes dos... —quiso rectificar Ochako, sin embargo fue detenida al sentir como el brazo de Mitsuki era pasado por encima de sus hombros.

—Ya te lo dije, somos familia, puedes llamarnos por nuestros nombres o también decirnos papá y mamá —soltó una enorme carcajada la mujer, Ochako por otra parte moría de vergüenza si es que podía hacerlo al ya estar muerta.

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Mic soltó un largo suspiro al aire, tenía ambas mejillas apoyadas por sobre las palmas de sus manos, mientras veía ir y venir a su amigo Aizawa por cada estante del lugar quien hábilmente colocaba cada libro en su lugar, siendo que alguna vez fue el encargado de la biblioteca por lo que sabía a la perfección cada parte de ella, así que ordenar cada libro que era de vuelto no era ningún problema.

Fall in Love 【Kacchako】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora