XXIV

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"No, esto no puede ser" trato de negarse a la verdad Ochako ante lo que veían sus ojos.

Sus planes eran simples, los tres saldrían de paseo al parque y tomarían un montón de fotos. Pero antes Bakugo le había dicho que debía pasar al banco. Sin embargo no esperó que un par de gañanes se metieran a robar en ese momento.

Las armas seguían apuntando hacia ellos.

A todos les habían dicho que dejaran sus pertenecías en el suelo, mientras alzaban las manos y se colocaban el piso.

El abrupto y los gritos de la gente como de los asaltantes habían asustado a Izuku, quien había empezado a llorar.

—Usted, la del mocoso, cállelo ahora o lo hago yo —apuntó el hombre en la cara a Ochako, quien solo aferro aún más contra su cuerpo a Izuku para protegerlo.

—Basta, ¿Acaso no ve que lo asusta?

—Pues que lastima, porque si no se calla ahora supongo que será lo único que escuche de su...

—¿De su qué? —se colocó enfrente Bakugo de ella.

—¡Al parecer tenemos un héroe entre nosotros! —se burló el hombre, a pesar de llevar una máscara negra podía verse su sonrisa.

—Si eso te da risa, no me imagino que pasará cuando el par de mediocres asaltantes se den cuenta que no necesitan hacer toda esta mierda, ¿Déjame adivinar? ¿Primera vez? —se burló.

El hombre le apuntó esta vez a Bakugo, sin embargo no se inmuto.

—Vamos no seas estúpido, aún pueden lograrlo tu amigo y tú, solo muevan sus cartas a su favor.

—¿Eh?

—Bakugo... No... —murmuro Ochako, el rubio le miro por el rabillo.

—Veras, no necesitan armar tremendo escándalo, aún más no necesitan a todos los rehenes que ven aquí —declaro— Solo piénsalo, ustedes son dos, y aquí hay por lo menos 20 personas sin contar al personal y a los viejos como a los niños. Un movimiento en falso y los papeles podrían cambiar de un momento para otro. Solo mira —con la mirada señalo hacia adelante— Esos de allá, parecen planear algo y tu compañero parece inseguro con todo esto.

—¡Tú! —pegó el arma contra su frente— ¿Acaso quieres que vuele tus sesos?

—Vamos hazlo amigo, pero no te aseguro que alguno de ellos no mueva un musculo al tomar ventaja del alboroto —los ojos del hombre temblaron, su voz se encontraba seca— Yo solo te doy la opción más viable. Mira —señalo hacía su izquierda con la vista— ¿Ves la oficina de al lado? Metan a todos ahí y cierren con llave. Así nadie resultara herido y ustedes se llevaran todo el dinero.

—Casi caigo pero... ¿Cómo sé que ninguno de ustedes llamara a la policía? Tal vez haya algún teléfono y...

—¡Por que tendrán un rehén!

—¿Un rehén?

—Así es, un rehén, con uno solo ya no habrá algún impedimento ¿No?

El hombre rio —¿Y quién crees de aquí que quería ser un rehén? —extendió sus brazos y sin querer jalo el gatillo, un par de balas encestaron en las paredes, nuevamente el llanto de Izuku se hizo más fuerte.

—¡Ya sé! ¡Esa mujer y ese niño! Los policías no se atreverán a hacer nada si ven que tengo de rehén a una madre indefensa y a su pequeño bebé —quiso tomar el brazo de Ochako, pero Bakugo no se lo permitió.

—Error, ¿Acaso no lo escuchas ahora? ¿En serio quieres estar con un niño llorón y su madre? Solo te causarán más problemas. Mejor tómame a mí —se ofreció.

Fall in Love 【Kacchako】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora