—No. Deja de ser tan molesta.
—Y yo he dicho que no puedes seguir faltando a la escuela —declaro Ochako, mientras alimentaba a Izuku.
—Ya te lo dije, debo ir a trabajar ¿Acaso crees que las cuentas se pagaran por si solas?
—Bakugo —le miro firmemente la chica, por el tono, el rubio sin querer se giró a verle— Pero, no es como si estuvieras del todo solo ¿No?
Bakugo le miro mal.
—Deja de meterte en mis asuntos —respondió antes de tomar a Izuku en brazos y llevárselo consigo y sin más el tema quedo ahí.
O al menos eso pensó Bakugo esa mañana que dejo a Ochako sola en casa.
Quien sin pensarlo dos veces en un simple chasqueo de sus dedos se encontró en medio de las calles de Osaka.
Ochako había leído con atención el informe de Bakugo, en el, se encontraba la dirección de sus padres, los cuales al parecer seguían viviendo en la ciudad costera.
Así que pensó, que si lo que necesitaba Bakugo para enderezar su camino era algo de ayuda ¿Que mejor opción sino sus padres?
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Después de una larga búsqueda para encontrar su dirección Ochako se vio enfrente de la puerta del departamento de los Bakugo.
Tragando duro empezó a dudar si era lo correcto haber ido hasta ese lugar.
Sin embargo su misión era clara. Cambiar el futuro de Katsuki y de eso no quedaba mucho tiempo a decir verdad.
A pesar de ello su cuerpo se paralizó y aunque su mano se había colocado en el aire no se atrevió a tocar el timbre.
—¿Visitas? ¿Qué raro? —escuchó la voz de una mujer por detrás suyo, Uraraka se esforzó demasiado en no voltear por la curiosidad— ¿Acaso te has perdido jovencita? —le tomo del hombro, Uraraka sintió un escalofrío escalar por todo su cuerpo. Para sumar a sus males quedó en shock al ver a la mujer quien era la viva imagen de Katsuki o mejor dicho Katsuki era la viva imagen de ella.
—Bueno yo...
La mujer parpadeó un par de veces para después sonreír.
—¿Gustas tomar un poco de té?
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—¿Qué? ¿Qué tanto me miras? —pregunto al fin Katsuki al verse exasperado por el extraño comportamiento de la joven ángel, porque después de todo tanto silencio en una chica no era una buena señal, al menos eso había aprendido con el tiempo— ¿Acaso tengo algo en la cara? —soltó de mala gana, para después de unos segundos formarse en sus labios una sonrisa divertida— O tal vez ¿Te has enamorado de mí? —fanfarroneó— Pues ni lo pienses cara redonda, tal vez en un par de años, pero por el momento estoy fuera de tu liga —bajo los hombros como si nada. Sin embargo para su sorpresa no hubo reacción alguna de la chica. Chasqueando la lengua, regreso la vista al frente, en la estufa un omelet era hecho con dedicación, tomando el aza del sartén hizo que esta volara en el aire.
—Hey Bakugo —hablo al fin Uraraka, Bakugo seguía atento a la caída de su tortilla.
—¿Ahora qué quieres cara redonda?
—Tú e Izuku —apunto a cada uno— Tengamos una cita en este lugar —declaro apuntando esta vez el anunció que había tomado de la calle.
—¿Salir? —soltó una gran carcajada— Ya te lo dije —le miro de arriba para abajo— Tal vez en un par de años cara redonda pero... —se giró a verla por unos segundos. Ochako se encontraba sentada en la silla con ambas piernas cruzadas y sus manos en medio de la abertura que se formaban entre ellas. Sus pies se encontraban descalzos, sus piernas eran largas y bien torneadas, poco a poco fue subiendo hasta llegar a su pelvis, cintura, pecho, hombros, cuello, y rostro.
Ochako pudo sentir un escalofrío, Katsuki al igual que su madre tenían una mirada demasiado penetrante. Girando su rostro por el calor de su mejillas soltó un bajito "hum" que solo hizo reír a Bakugo más.
—No te hagas ilusiones —se abrazó así misma sin querer, mientras la tortilla caía en el sartén perfectamente— Si en algo concordamos es que efectivamente estamos en diferentes ligas. —Más esta vez Bakugo fue quien le ignoro.
Ochako trato de idear un plan, y sin quererlo los balbuceos del pequeño le instaron a encontrar uno. Yendo hacia el pequeño le mostró el anuncio a Izuku— Es una lástima mi algodón de azúcar— tinco la mejilla del pequeño— De seguro debe ser algo aburrido estar siempre en casa o acompañando a tu padre a sus trabajos —hizo énfasis en esto último. Bakugo frunció el entrecejo— Cambiar un poco los aires de seguro te vendría bien pero...
—¡Tú! —escuchó la gruesa voz de Bakugo. Ochako se hizo la desentendida inmediatamente.
—¿Si? —le miro inocente. Katsuki quiso decir algo más, pero al ver a Izuku con el volante en manos supo que había perdido la batalla.
—¡¿Quieres callarte?! —bufo.
—¡Pero...! —no pudo decir una palabra más cuando Bakugo metió el trozo de omelet a su boca— ¡Nada mal! —dijo maravillada tras terminar de probarlo— ¡Es un plato hecho a la perfección!
Bakugo llevo una mano a su cabeza tras largar algo de aire.
—¡Ja! —lanzo una carcajada al aire— Pues claro lo hice yo.
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Fall in Love 【Kacchako】
Fanfiction¿Qué pasa cuando mueres? Uraraka Ochako vivió una vida humilde desde que tuvo razón de ser, trabajo arduamente día a día, sin embargo fue tan avara consigo misma que un día su forma de ser le cobro una mala jugada, todo debido a que no quiso encende...