十三

1.3K 209 41
                                    

—¿Sucede algo? —preguntó confundido, acercándose.

Su cachorrito estaba a mitad de las escaleras con su pelota favorita en su hocico. Veía tristemente hacia la terraza de Mikasa, la cual tenía las luces apagadas.

Levi suspiró y lo tomó en brazos, removiéndole el juguete. Ya se le había hecho costumbre jugar con Mikasa en las noches. Incluso, él mismo se atrevía a admitir que eso ya hacía parte de su rutina, por el hecho unírseles. Se le hacía extraño que la joven no estuviera en su pieza siendo ya tan tarde.

Supongo que tuvo horas extras.

—Ha de estar ocupada. Tal vez mañana juegue contigo —se dirigió a su mascota, antes de ingresar a su casa.

Sin embargo, el día siguiente sucedió lo mismo.

Eran alrededor de las nueve y el lugar continuaba completamente a oscuras. Bobby se encontraba en el alféizar de la ventana, mirando dentro del recinto y tratando de encontrar a la joven. Levi, a su lado, miró un tanto decepcionado las bebidas que llevaba consigo.

Para otra ocasión será.

{♥️}

Pasaron algunos días y la situación seguía igual. Levi no tenía más opción que jugar él sólo con Bobby en el patio trasero. Aunque, honestamente, no era lo mismo sin Mikasa ahí.

Trató de preguntarle a Liam, pero este respondió que hacía días que no sabía de ella. Notó que su hermano desde días atrás se mostraba decaído. Nunca se acercó a él para averiguar cómo fue su cita. Pero analizando su estado, se sobreentendía que no muy bien. Creía que era mejor darle su tiempo para después hablar sobre lo sucedido.

A ratos, encendía su celular para confirmar si había respondido alguno de sus mensajes de días anteriores.  Simples: "¿Estás dormida tan pronto?" "¿Ocupada?" "¿Tienes horas extras?"  Cada uno de ellos, sin leer.

Aunque le costará admitirlo, se sentía  un poco incomodo al no saber de ella. Sin importar que tuviera mil trabajos, Mikasa siempre sacaría un tiempo para contestar los mensajes y estar con sus amigos.

Ese día en las pasantías, aprovechado la ausencia de su padre en la oficina, sacó lentamente su celular del bolsillo. No perdía nada con volverlo a intentar.

«Oye, mocosa.»
«¿Acaso huiste para no pagar la renta?»
«Aunque mi madre te tenga cariño, no te perdonaría algo así.»
«Estás advertida.»

Se detuvo unos segundos, dejó escapar un sonoro suspiro y prosiguió.

«Oye.»

«¿Dónde éstas?»

«Tú misma sabes que jugar solo no es divertido.»

«Bobby te extraña.»

«...»

«¿Estás bien?»

Dedicó toda su concentración a la computadora en el momento en que su padre volvió. Pero, le era imposible no dar miradas fugaces al celular esperando a que vibrase.

No lo hizo en toda la tarde.

{♥️}

El día siguiente a las afueras de la universidad, divisó a la amiga de Mikasa hablando con las amigas de Liam. Planeaba ignorarlas, en especial a la apodada "Vómitos locos". Una vez, trató de disculparse con él en la pista por lo ocurrido en su auto hace tiempo con una té caliente. Su cabeza dolía cada que recordaba el ardiente líquido sobre su abrigo.

𝐷𝑜𝑢𝑏𝑙𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora