十五

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Luego de un día agitado, Levi se dejó caer sobre su cama acompañado de un largo suspiro. Finalmente su mudanza estaba completa.

Su apartamento era sencillo y con el espacio suficiente para él y su mascota. Nada que ver con el ostentoso lugar que su papá le ofreció una vez cerca de la oficina. Todo el espacio era de color crema, excepto por los muebles que contrastaban con sus tonalidades oscuras.

Un ladrido de Bobby llamó su atención sacándolo de su pequeño reposo. Ya era la hora de jugar.

Su perro debido a la naturaleza de su raza, era juguetón, pero desde que se mudaron, su comportamiento ha sido mucho más hiperactivo. En el fondo, creía que era por culpa de su actual distanciamiento con Mikasa. Usualmente a esa hora, se escapaba para jugar con la chica y tiempo después, él subiría con la excusa de ir a buscarlo.  No había sido fácil moldearlo a una nueva rutina.

En cuanto a Mikasa... Le era inevitable preguntarse por ella.

Cuando le comentó sobre su mudanza, ella le prometió visitarlo cuando tuviera tiempo, pero teniendo en cuenta su deber actual, ese suceso no sería hasta muy lejos. Y aunque en parte le decepcionaba, también lo relajaba, ya que, después de eso, cortó todo tipo de comunicación con ella. No mensajes, no fotos de Bobby y nada de aventuras después del trabajo.

Se había prometido no interferir entre ella y Liam y estaba más que dispuesto a cumplirlo.

Por lo que notaba, la relación de ellos dos había vuelto a mejorar. Ocasionalmente los veía sentados hablando y riendo en el campus de la universidad. Además que, una noche que pasó por el trabajo de Mikasa, los vio comiendo juntos.

Le molestaba, sin embargo, era una promesa que él mismo se impuso.

Sentado en su balcón, jugando con su cachorro, como si una fuerza celestial hubiera escuchado sus pensamientos, su celular vibró indicando la llegada de un mensaje. Al encenderlo, sus ojos se ensancharon al ver que era de Mikasa.

Mikasa:

«Sé que estás ocupado con tu mudanza, pero tenía que enviarte esto. 

Duerme bien.»

El mensaje llevaba adjunto una foto de ella con Bobby en brazos. Era una selfie donde Mikasa sonreía ampliamente y Bobby lamía su mejilla. Él, en cambio, aparecía en el fondo hablando por celular. Al parecer la había tomado en el instante en que le avisaron sobre su apartamento listo.

Inconscientemente, una sonrisa ladina se adueñó de sus labios.

—Bobby, ven aquí —llamó a su mascota, quien no tardo en acercarse a él— Mira.

Al enseñarle la foto, el cachorro comenzó a agitar su colita, feliz.

—¿La extrañas, cierto? —él ladró—. Te entiendo.

A pesar de que quería, no respondió el mensaje.

Sin embargo, su celular ya tenía un nuevo fondo de bloqueo que lucir.

{♥︎}

"—Me temo que su bronquitis ha empeorado. Por ende, ha contraído una neumonía. Pero traté de no asustarse, daremos lo mejor de nosotros para su respectiva recuperación."

¿Qué no se asuste? ¿Cómo no iba a hacerlo si una de las personas más cercanas a ella está enferma en un hospital?

Cerró su casillero con fuerza, terminando de vestirse. Apagó las luces del lugar y salió por la puerta trasera del restaurante, no sin antes asegurarse de colocar bien el seguro.

𝐷𝑜𝑢𝑏𝑙𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora