十八

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Mikasa sonrió al que cumplir su cometido: golpear a Sasha con una de las papas que se encontraban en la mesa. Admite sentir algo de satisfacción al escuchar a su amiga quejarse.

—Eso te pasa por ocultarme las cosas —recriminó—. ¿Por qué no me dijiste que salías con alguien?

—¿Disculpa? —el rostro de Sasha era desconcertado—. Tú fuiste quien se fue por días sin dejar rastro. Ymir y Petra ya incluso lo conocen.

Las recién nombradas asintieron a la vez que Mikasa realizaba una mueca. Bueno, en eso tenía razón.

Las cuatro chicas se encontraban en la casa de Sasha disfrutando de una pacífica pijamada aprovechando el viaje de negocios de su padre. Ymir había traído un par de cervezas mientras que petra varios paquetes de Snacks.

Luego de un par de películas, tragos y algo de música, las preguntas privadas —o que deberían ser bajo ese carácter— salieron a la luz. Petra se apenaba cada que Ymir soltaba alguna anécdota sexual que involucrara a su novia.

Era obvio que lo hacía a propósito.

—¿Y cómo es? —curioseó, encaminándose al refrigerado para tomar otra lata llena.

—Es inteligente y caballeroso. Estoy segura que funcionará.

—No está mal, pero insisto que su cabeza parece la de un caballo —comentó Ymir. Petra la miró mal, negando lentamente—. No me mires así, sabes que es verdad. ¿Cómo alguien puede tener la cara tan alargada?

—Mikasa —la más baja decidió olvidar el tema. Ymir no tenia arreglo después de todo— ¿Qué hay de ti? ¿Algún pretendiente a la vista?

Ymir y Sasha se propinaron miradas cómplices al notar como las mejillas de Mikasa se sonrojaban. Petra la observaba a la expectativa, con una ceja enarcada.

—Tal vez... —musitó tímida, jugando con su bebida—. Quiero decir que alguien me confesó sus sentimientos hace poco y decidí corresponderle.

—¿Quién? —preguntaron las tres al unísono.

Mikasa dudó mucho en responder. Le tomó un largo silencio si hablar o no. Mas al caer en cuenta que todas contaron secretos, no podía quedarse atrás. No sería justo. Sumando que, tarde o temprano lo averiguarían. Sobre todo Ymir.

—Levi, fue Levi.

Las expresiones de las tres chicas fueron un poema, mientras se dedicaban miradas la una a la otra, desconcertadas.

—¿L-Levi? —Ymir parecía perpleja—. ¿El enano mayor? —Mikasa asintió— ¿El sensible que me odia? —volvió a asentir—. Esto, no lo veía venir...

Todas se sobresaltaron al escuchar un objeto caer ruidosamente al suelo.

—L-lo siento —balbuceó Petra, recogiendo el recipiente lleno de bocadillos.

—¿Sucede algo, Petra? —preguntó Mikasa, preocupada.

—No, yo, bueno, acabo de recordar que debo llamar a una compañera para algo importante —acto seguido, se levantó rápidamente de su cojín—. Vuelvo en un minuto.

~♥︎~

—Si hubiera un concurso sobre la personas más evidente del mundo, tu en definitiva serías las ganadora, Petra Ral.

—Perdón por el desastre —murmuró apenada, desviando su mirada.

—Oye, créeme que también estoy sorprendida y en parte me siento mal por Li —dirigió sus manos a cada lado de su cintura—. Pero si Mikasa eligió al amargado, por algo fue. ¿No deberías estar feliz? Tienes la oportunidad que tanto deseabas.

𝐷𝑜𝑢𝑏𝑙𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora