1.6K 229 154
                                    

Liam y Mikasa se dirigían a las canchas de tenis en busca de Levi para ir juntos a casa. El entrenamiento de ambos finalizó temprano, mas al llegar al sitio,  el mayor de los hermanos no se encontraba ahí.

Un gruñido se escapa de la boca de Liam. Pretendía realizar un comentario sañoso con respecto a la ausencia de su hermano, pero  el mensaje de su entrenador indicando que lo necesitaba en los campos de arquería para un anuncio de vital importancia, lo interrumpió.

—Mikasa, debo volver. Es Ed. Dice que es importante. ¿Si ves a Levi, podrías decirle que espere por mí?

Ella asintió.

Posterior a la falta del otro Ackerman, Mikasa optó por acercarse más a las canchas. Observó con curiosidad cada uno de los implementos que ahí se encontraban. Tomando una de las raquetas, inició un vaivén, de un lado a otro. Deseando realizar una jugada similar a los chicos que conformaba el equipo, agarró una de las pelotas e intentó golpearla, fallando.

—Eres todo el talento que el equipo de tenis necesita —un comentario sardónico llegó a sus oídos.

—Levi —musitó apenada, ocultando la raqueta rápidamente detrás de su espalda, tratando de disimular que nada había sucedido—.  Yo sólo...

—¿Te gustaría intentarlo?

Mikasa enarcó sus cejas. No esperaba aquella propuesta.

—¿Puedo?

Levi asintió, al mismo tiempo que encogía uno de sus hombros.

—Colócate al otro lado de la malla, yo me quedaré aquí.

Ella obedeció.

—¿Raqueta de la suerte? —bromeó, notando como sacaba de su morral una raqueta roja, mucho más grande que la que sus manos sujetaban.

—Algo así —respondió ubicándose correctamente en su lugar—. La uso desde mi primera competencia. tenía unos dieciocho en ese entonces. Bien, trata de flexionar un poco tus rodillas al igual que tu torso y trata de imitar mis brazos —Mikasa intentó seguir sus pasos, sin embargo, en el fondo, muy en el fondo, le hubiera gustado seguir escuchando el porqué esa raqueta era tan especial para su persona—. Ahora, trata de que la pelota no caiga al piso, fácil.

—Dudo mucho que sea tan breve —murmuró para sí, fulminándolo con su mirada.

Levi realizó el primer tiro, Mikasa no pudo contraatacar. En otro lanzamiento, ella alcanzó a rozarla. En el tercero, intentó nuevamente y logró golpearla, aunque dicha acción le costó una caída.

—¿Estás bien? —preguntó Levi, acercándose a la red.

—Sí —respondió mientras se levantaba—, creo que ya logré entender.

Volvieron a ubicarse en sus lugares y retomaron su improvisado juego. Mikasa devolvía los golpes. Eran torpes y se enredaba bastante, pero al menos llegaban a su compañero .

—Y... ¿Te sientes capaz para pasado mañana? —curioseó, aludiendo a su accidente.

—Sí, ya estoy mejor —golpeó suavemente la pelota. Era consciente que ella no era un compañero de equipo—. Hace poco le conté la verdad a Shadis, nunca lo había visto tan preocupado.

—Eres su jugador número uno —contraatacó a tientas—.Es normal que se sienta así, ¿no lo crees?

—Quien sabe.

—Oye, Levi —llamó su atención minutos después—. ¿Por qué el equipo de tenis de aquí se lleva tan mal con el de U.M? Entiendo que sean rivales, pero Liam me dijo que tiene amigos en el equipo de arquería de esa universidad.

𝐷𝑜𝑢𝑏𝑙𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒 [𝐸𝑛 𝐸𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora