十六

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—¿Q-Qué me está queriendo decir?

—Tal como has escuchado, Mikasa. Quiero que seas quien maneje mi restaurante.

Mikasa apretó los puños en su regazo y desvió su mirada.

—Yo... no sé que decir —murmuró.

—Tú eres la única que tiene la capacidad suficiente para continuar con mi legado —comentó, mirándola extrañado—. ¿Acaso no era tu sueño?

La salud de su jefe progresaba de manera positiva, sin embargo, ya no sentía las mismas fuerzas de antes para seguir administrando un restaurante. Siendo consciente más que nadie del sueño de Mikasa, decidió proponerle ser su sucesora. 

Por otra parte, ella no sabía que responder. Era lo que siempre soñó y la oferta se le estaba ofreciendo en bandeja de plata, mas sus inseguridades eran grandes y no le permitían contestar.

—Sí, pero... no lo sé. Creo que aún soy muy joven y...

—Y a pesar de ello has sabido manejarlo hasta ahora. Puede que sea difícil, pero confío en ti.

Luego de unos minutos, donde lo acompañó en su almuerzo, se despidió al notar como los párpados del hombre comenzaban a cerrarse.

No, no sabía que hacer.

Los resultados que le entregaban a Furakawa eran buenos, sin embargo, no fue nada sencillo y el hacerlo casi todo sola, lo complicaba aún más. Incluso su promesa con Pixis se encontraba suspendida por su nueva responsabilidad.

—¿Hola? —contestó sin ver la pantalla de su celular, mientras se sentaba en uno de los asientos libres del metro.

—Mikasa —era Liam.

—¿Cómo estas, Li?

No se sentía de humor para hablar, ni mucho menos tenía ánimos de aceptar la invitación que le proponian.

—¿Te gustaría ver una película conmigo esta noche?

Pensó en decir que no se encontraba bien, que deseaba descansar. No era del todo mentira, sin embargo analizó que tal vez, sólo tal vez, una película podría entretenerla.

—Está bien.

—Te esperaré.

Posterior a despedirse, cerró sus ojos en el resto del viaje.

~♥︎~

Incorrecto.

La película no la estaba distrayendo.

Para nada.

En todo momento, su mirada se perdía en cualquier punto de la sala de estar, solamente salió de sus cavilaciones cuando Liam volvió a tomar asiento a su lado en el sofá. Se encontraban solos. Por lo que le había alcanzado a escuchar, Kuchel se encontraba visitando a Levi en su apartamento,

—¿Te gusta?

—¿Oh? Sí, sí. Está... buena.

Él realizó una mueca, mordiendo la parte interna de sus mejillas.

—¿Te encuentras bien, Mikasa? —curioseó a tientas.

—Sí —respondió rápidamente—. Tan sólo, me duele un poco la cabeza.

Liam asintió, desconfiado. Presentía que algo le ocurría, mas decidió no insistir. No quería molestarla, tampoco arruinar el momento que compartían.

Mikasa trató de agarrar algunas palomitas para eliminar la tensión del momento y desviar la atención que apuntaba a su humor, mas choco con los dedos de Liam, los cuales yacían dentro del recipiente. Alejó su mano rápidamente mientras murmurando leves disculpa mientras que el desviaba la vista.

𝐷𝑜𝑢𝑏𝑙𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora