Ese día en que la ví por primera vez, me encontraba feliz por que mi esposa me había preparado mi almuerzo por primera vez desde hace un mes que tuvo a nuestra segunda hija, Mariana.
Me encontraba aún más feliz por qué las cosas con mi esposa parecían ir ya mejor,nunca habíamos tenido mala vida ni peleas entre nosotros a pesar del golpe más fuerte que recibimos en nuestras vidas,logramos superarlos juntos pero todo cambió hasta el momento que nos enteramos que seríamos padres por segunda ocasión.
Amábamos a nuestra nueva hija pero aún sufríamos por haber perdido a nuestra primer hija debido al cáncer que padecía y que le había ganado la batalla a su pequeño y frágil cuerpo de tres años. De eso hace dos años.
Habíamos jurado no tener otro hijo para no traerlo a sufrir como a nuestra primer hija,por tanto Maríana había sido una sorpresa por qué mi esposa utilizaba su método anticonceptivo uterino que sabíamos tenía el 99% de efectividad para la protección de embarazo,sin embargo nos tocó ponerle ganas a nuestra nueva situación.
Mi esposa no fue la misma en su embarazo y cuando Mariana nació no se mostraba muy apegada a la nena, sabía que la amaba y entendía que no quería sufrir de nuevo cuando a la nena le hicieran las pruebas correspondientes para descartar alguna enfermedad congénita o en todo caso la enfermedad que nunca pronunciabamos en voz alta,mi esposa temía que las pruebas pudiesen dar positivas.
Los resultados habían llegado esa misma semana y se había descartado por el momento cualquier enfermedad pero igual le haríamos dentro de seis meses, nuevos exámenes.
Mi vida estaba bien ahora,mi esposa volvía a ser la mujer de la que estaba enamorado desde un principio,incluso habíamos retomado las relaciones sexuales a penas ayer para celebrar los resultados de los examenes.
Mi hija Mariana era una cosa rosada hermosa,con su pequeño cabello amarillo cubriendo su cabeza y sus pestañas, no se parecía a su hermana en nada,eso nos ayudaba mucho a mi esposa y a mí a llevar la situación mejor y evitar compararla con la que en vida fue su hermana,la primera vez que Mariana sonrió hacía mí,mi corazón aun dolido y frio pudo calentarse nuevamente .
Todo parecía sonreírme en mi vida este día, incluso la nueva secretaria del jefe.