Tiempo de calidad

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En la posada que la empresa había hecho nos habian dividido como siempre a los hombres de las mujeres,una cabaña para cada genero y departamento,todos nos conocíamos asi que habiamos decidido convivir juntos y que mejor que un asado para la noche.

Gabriela casi no habia podido asistir por que su esposo no habia estado de acuerdo en quedarse solo con su hijo, según lo que ella contaba, su esposo era un hombre atento y buscaba que ellos se encontraran muy bien económicamente, sin embargo habia sido criado por su abuela y su madre ya que su padre lo habia abandonado y ambas lo habian criado de una forma machista donde él no tenía que hacer nada en el hogar y tampoco debía de cuidar de los hijos de la pareja,en este caso del pequeño Luis.

Gabriela habia logrado convenserlo para dejarla venir, alegando que era su nuevo trabajo y no podía quedar mal ya que andaban un poco justos de dinero ultimamente, él ha regañadientes habia aceptado luego que su madre se ofreció a irse a su casa para ayudar con el pequeño Luis.

La velada estaba pasando maravillosa,Gabriela se había ido hablar con alguna de las otras secretarias y yo habia ido a jugar un poco de futbol con algunos compañeros.

Cuando nos avisaron que ya estaba lista la comida todos buscamos sentarnos junto a quién teniamos mayor afinidad,claro está que busque a Gabriela y me encontré con  que me habia reservado un lugar en una pequeña banca donde dificilmente cabriamos ambos.

-Estabamos a punto de comer en el suelo Rodrigo.

Sonreí hacia ella y me senté como pude,eche un pequeño vistazo a nuestros compañeros y algunos nos observaban discimuladamente mientras otros eran mas descarados y nos veian fijamente con reproche,todos conocían a mi esposa de las pasadas fiestas navideñas asi mismo todos sabian que Gabriela era casada,pero decidí ignorarlos por que ninguno de nosotros estaba haciendo nada  que afectara sus vidas.

-Eres suertuda al tener que comer conmigo,ya ves que todos se mueren por estar cerca de mi,soy todo un iman de personas por eso nos observan tanto.

Reímos ante mi comentario y seguimos comiendo para finalizar antes que todos y poder levantarnos para caminar y que nos bajara un poco la comida para evitar una indigestión.

Habiamos encontrado a unos cuantos metros unas cabañas y mas lejos unas bancas un poco escondidas del resto,decidimos sentarnos para charlar mas comodamente.

-Debería llamar a casa para ver como le va a Luis con el niño,aprovecha y llamale a tu esposa a ver como va todo si gustas.

Ambos llamamos a nuestras parejas para ver como se encontraban ellos y los niños,Clara,mi esposa, se encontraba un poco agotada con Mariana pero ambas estaban bien.

Durante nuestras llamadas Gabriela y yo nos buscabamos con la mirada y ambos sonreíamos sin saber el por qué,ambos sentíamos aquella vibra entre nosotros,al colgar nuestras llamadas ella se acercó un poco timida y sonrojada,yo me sentía un poco nervioso pero listo para la cazeria.

-Espero no todos piensen mal al ver que no estamos

-Dejalos que piensen lo que quieran Gabriela,nadie puede decirme nada siendo el jefe de recursos humanos tengo inmunidad ante todos.

Reímos nuevamente para dejar luego una sonrisas en nuestros labios, tomé una de las manos de Gabriela y me la lleve a los labios para besarla pero me detuve al recordar a mi esposa asi que solo la dejé topada a mis labios sin llegar a besarla, acomodé mi mejilla en su mano para luego sonreírle.

Gabriela me miraba con los ojos entrecerrados y una sonrisa en su rostro.




Fuiste MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora