24

722 93 10
                                    

Un akuma. Justo ahora. En el momento menos oportuno, aun cuando ya habían derrotado a otra esa mañana. Adrien estaba realmente molesto, mientras inspeccionaba su entorno en busca de un lugar propicio para transformarse.

Marinette por su parte, también estaba tratando de generar distancia entre ella y sus amigos, alejándose hacia las mesas con largos manteles que serían un lugar ideal para ocultar su transformación.

Adrien la miró por el rabillo del ojo y entendió sus intenciones, por lo que para evitar que alguien más la notará, jalo de los codos a Alya y Nino hacia un rincón más apartado
- quédense acá, mientras yo voy por Marinette- les susurró.
Ambos asintieron, procurando mantenerse juntos y lejos de las paredes que se iban congelando con rapidez.

Adrien volvió hacia donde había visto a a la azabache por última vez, y le pareció ver un leve destello rojo destras del borde del mantel de la mesa central, que le hizo sonreír, pero su atención se vio atraída hacia lo que ocurría en el centro del salón, cuando el Akuma, se hacía visible aterrorizando a los invitados.

-Adrien!- le susurraron cerca del oido, era ella.
- Ven, escondete aquí mientras me hago cargo - pidió Ladybug, guiandolo bajo la mesa -aqui estaras seguro mientras me encargo - le sonrió amistosa antes de bajar el manteles y darse la vuelta

Adrien sonrió, ella se preocupaba de su seguridad, o sea que realmente le importaba, una sonrisa boba se dibujo en su cara hasta que una tos fingida y molesta lo interrumpió
- Perdón Romeo, pero hay un Akuma que derrotar- Adrien asisntio y se transformó, saliendo de su momentáneo escondite con agilidad.

En el centro del salón ya estaban en plena batalla Ladybug y el Akuma.

Ésta lanzaba ataques de hielo, nieve y granizo, que habían hecho bajar aún más la temperatura del salón, en un descuido ambos se vieron bañados por una gruesa capa de escarcha, que les hizo sentir muy frío y húmedo todo el cuerpo, debilitando sus habilidades de lucha.

Incluso tratando entre ellos de quitar la escarcha del otro, está seguía aderida a sus trajes bajando la temperatura corporal de ambos, haciéndolos temblar poco a poco

- Debemos derrotar rápido al Akuma antes de congelarnos - dijo Ladybug con determinación
- creo que ya una de mis vidas se congeló- se lamentó Chat, a quien hasta mover la cola se le hacía pesado por el peso de la humedad y la escarcha

Ladybug activó su lucky charm, que dejó caer sobre su mano una caja de fósforos, que apenas se atrevió a tomar, ya que temía que con la humedad se sus manos se estropeará.
Usando su habilidad descubrió que hacer; encender un par de fósforos y hacer que la caja completa se prendiera y con esa improvisada bola de fuego atinarle en el hombro al Akuma, que es en dónde tenía sujetado el broche que contenía a la negra mariposa.

Con un leve asentimiento y un par de miradas Chat captó lo que debía hacer, mientras ella encendía los fósforos, él distraía al Akuma, y luego ayudaría a dar en el blanco, y así lo hicieron.

Tras liberar el Akuma y purificarlo, ambos no perdieron tiempo en buscar donde volver a ser ellos mismos, y recuperarse, junto a sus kwamis de aquella intensa batalla.

La mujer víctima del akuma, resultó ser la organizadora de eventos contratada para la fiesta, que al ver frustrado parte de lo planeado en decoración, y tras una intensa discusión con un molesto Gabriel Agreste terminó convertida en ese frío Akuma, y ahora más calmada y tranquilizada por los héroes de París, volvía a su trabajo, decidida a que el resto de la jornada fuera perfecta.

Marinette y Adrien reingresaron al salón tratando de parecer lo menos sospechosos, ambos se habían retirado del salón como héroes, y ahora uno bajaba desde su dormitorio, y la otra desde el acceso a la terraza, tratando de parecer lo menos sospechosos posibles.

- Marinette, me alegra verte a salvo - dijo Adrien al tener en frenta a la joven franco asiática, que inevitablemente fue víctima de un leve sonrojo que la hizo ver aún más adorable de lo que ya se veía con su hermoso vestido.

- Gra..gracias - sonrió - y tú? Estás bien, bueno siempre estás bien, digo! Te ves bien, bueno lo que quiero decir, es que estás bueno, digo!! Bien!! Eso!- se mordió el labio frustrada al ver que sus nervios le fallaban y terminaba balbuceando sin sentido.

Adrien sonrió son ternura, cada cosa que hacía o decía Marinette le parecía encantadora, sabiendo que era su misma compañera de batalla, que inevitablemente sucumbia de una manera dulce a sus nervios, cuando no estaba infundada en su traje rojo, medito levemente en como también el traje negro influia en el, y que quizá eso más la magia, los hicieron tan ciegos uno con el otro con respecto a su identidad, aunque fijándose bien, los hermosos ojos de Marinette no cambiaban, seguían siendo profundos y cautivadores, un mar azul en calma en el que amaba perderse. ..

- Estoy bien gracias, quieres ir por los chicos o quedarte un momento más sólo conmigo para que hablemos y quizá podamos bailar?- ofreció, cruzando los dedos por qué eligiera quedarse sólo con él y así poder bailar como esa vez en la fiesta de Chloé.

- Ehhh yo, bueno, creo que no me molestaría bailar un momento...si a ti tampoco, digo, fue tu idea pero...- se mordió el labio tratando de ya no seguir divagando, y fue suficiente para atraer los ojos de Adrien a sus labios, y éste inevitablemente humedecio loa propios al ver fijada su atención en los de la azabache, imaginando por un momento que sería besarla, pero ésta vez mantener la memoria y el recuerdo de eso, y se sonrojo inevitablemente.

Ambos sin decir nada más, caminaron hasta el centro de la pista, y al volver a estar frente a frente, Adrien sintió la tensión de Marinette, por lo que tomó la iniciativa, y con una sonrisa, estiró sus manos hacia ella, y se encargó de acomodarlos a ambos para bailar la suave melodía que inundaba el salón, y que afortunadamente, estaba lo suficientemente a buen volumen, como para disimular el ruido de sus latidos cardíacos, que estaba seguro, podrían dejarlo sordo por el tiempo de exposición, necesitaba calmarlos o tenía que Marinette lo notará, así que respirando profundamente, y exhalando con suavidad, comenzó a bailar con Marinette, que delicadamente se dejó guiar, apoyando su mejilla en el hombro del chico, y así ambos sin notarlo, se aislaron del resto de los asistentes del salón, en su propia burbuja de nerviosismo, anhelo y esperanzas, esperando que la música siguiera acunando sus corazones y ya nada malo pasará esa noche.





---------------------------------------------------------

Lamento muchísimo el no actualizar antes, mí primer semestre estuvo del terror, con lo de la contingencia, las clases a distancia NO son lo mío.

Espero que todos estén bien.

Estoy de vacaciones entre semestre, así que actualizaré todo lo que tengo pendiente, al menos un capítulo por semana de aquí a finales de octubre.

Cariños 💕


La serpiente y el ratón. [Aspik & Multimause]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora