Capitulo VII

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7 años atrás aproximadamente...

Becca Pramheda

Llevaba días de haberle mandado el mensaje a Ross y ya no sabia que pensar, es que esta espera me tenía impaciente y el doctor Woods que cada vez que podía me preguntaba si aún no recordaba nada, el neurólogo me hizo los estudios clinicos necesarios para ver si había algún daño cerebral, ya que no encontraban razón para que yo aún no recordara nada. Me complicaba mentir, el doctor Woods se ve que es una gran persona, desde que desperté solo ha estado colaborando con cada cosa que necesito, y me pesa mentirle, pero no puedo hacer otra cosa.

Me angustiaba la idea de que a Ross le pudiese pasar algo, quizás estuvo mal mandarle el mensaje. Puede estar peligroso su vida... Dios, por favor... Dime que puedo hacer. Marcus mi amor, ayúdame... No sabes mi amor cuanto te necesito. Maddison, donde quiera que estés iré por ti.

- Señorita. - una de las enfermeras, Sibyl si no estoy mal, se asomó por la puerta. - Alguien a venido a verle, parece conocerle... ¿le dejo entrar? - Tal vez sea Ross

- Si, por favor. - la enfermera asintió y abrió la puerta, como pensé era Ross, traté no demostrar la emisión que me dio verla.

- Es ella. - se limitó a decir solamente, volvió su mirada hacia mi y me sonrió. - ¿Puedo quedarme con ella? - pregunto Ross a la enfermera y ella asintió.

- Cualquier cosa que necesite, me avisa. - dijo antes de dejarnos.

Ross había cambiado un poco el luck desde que la vi, su cabello ahora lo llevaba corto. De lo de más, seguía siendo ella, después de todo solo fueron cinco meses, no años. Verla otra vez me lleno de nostalgia, pues me hizo recordar a mi familia,  la última vez que la vi, fue cuando tuve la conferencia.

Por lo visto en sus ojos, también había esa nostalgia que yo sentía, era una gran amiga y compañera. Sin mediar palabra, se acercó a la cama de hospital y me abrazó fuertemente.

- Pensé que nunca volvería a verte. - esas fueron las palabras que force salir de mi garganta, tenerla cerca hizo que me golpeara de lleno la nueva realidad que estaba viviendo.  Ella seguía abrazándose a mi, no decía nada, pero pude notar que estaba llorando.

- Y yo que habías muerto. - dijo después de un momento, se separó un poco, se limpió las lágrimas y me veía con tristeza. - Disculpa que este así, te echaba mucho de menos.

- Y yo a ti Ross, demasiado. - en ese momento me embargaron las ganas de llorar, llorar por todo lo que no he llorado, llorar porque perdí todo cuanto tenía, llorar porque me sentía tan perdida.

- ¿Cómo estás aquí y no me has contactado antes? - habían muchas preguntas que se que quería hacerme, pero esa para iniciar estaba bien.

- Estuve en coma durante cinco meses, recién prácticamente estoy despertando.

- Tu hermana... declararon que estabas...

- ¿Muerta? Seguro que sí... eso es lo que quería ella Ross.

- ¿Cómo dices? - Poco a poco le conté ha  Ross todo lo que había sucedido  el día del accidente, sus ojos reflejaban muchos sentimientos encontrados. Al igual que con Marcus, creo que la sorpresa no destaco. Por lo visto siempre fui yo la que no vi el tipo de calaña que era mi hermana.

- Horrible, es más horrible de que yo misma creía, jamás pensé que existiera gente capaz de una cosa así. - solo se limitó a decir eso. Y es que no hay más palabras que describan el comportamiento de mi hermana, porque las palabras en sí quedan cortas.

Perfectamente imperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora