Capítulo VIII

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5 años atrás aproximadamente

Clarke Griffin

La luz entraba por todos lados, Dios es que acaso una no puede dormir hasta una buena hora. Mis ojos fueron enfocando cada vez mejor la habitación, lleve mi vista hasta el reloj que se encontraba en mi mesita de noche 12:40, me dejé caer aún más en la cama, si es que era posible eso. Era fin de semana, me podía dar el lujo de estar hasta las 17:00, pero no ese día. Era sábado, y desde hacía unos meses atrás, más exactamente desde que Finn y ella terminaron, quiso por todo medio dejarlo atrás, que mejor forma que manteniendo su cabeza ocupada. Era su último año en la preparatoria, los trabajos que dejaban eran innumerables, pero aún así y a pesar de dormir casi diez horas diarias, tenía la capacidad o rapidez de hacer todo en muy corto tiempo... Por esa misma razón, había decidido decirle a Antonia que quería ser  voluntaria en la casa hogar en la cual ella se encontraba trabajando. Dado que Antonia fue nombrada como psicóloga del centro "Children's Aid" un lugar donde habitaban niños con familias en extrema pobreza, que fueron extraídos del nucleo familiar por ser víctimas de violencia, algunos que fueron rescatados en situación de calle, otros que vienen de orfanatos que se encontraban hacinamiento y que esperaban adopción.

Me coloqué de pie, abrí la ventana para que ahora sí entrara toda la luz si quería entrar. Retire los cobertores de la cama con la finalidad de dejar la cama hecha. Una vez termine, baje a la cocina, allí se encontraba Antonia tomándose una taza de café.

- Buenos días. - salude, ella me sonrió y negó con la cabeza.

- Buenas tardes. - corrigió.

- Tomando en cuenta que escucho el sonido de los ronquidos de Raven, aún es buenos días. - ella río y yo igual.

- Buen punto. - me acerqué a la cafetera, me serví una taza de café, y busqué lugar frente a Antonia. - Cariño, no debes tomar café, estas muy chica para eso... Comete una fruta de las del refri, un vaso de zumo de naranja o uno de leche.

- Solo por hoy Antonia,  porfis. - puse cara de perrito mojado y ella solo asintió.

- ¿Vienes conmigo hoy?

- Obvio, sabes que me gusta ayudarte en todo lo que pueda... Además, pensar que si no fuese por ti quizás estaría en un lugar así, me hace querer ayudar en algo a esos niños que no tienen nada ni a nadie, como te tengo yo a ti. - ella me tomó la mano que tenía apoyada en la mesa.

- Sabes de sobra que eres mi hija Clarke... quizás no sentí tus dolores de parto, pero te vi crecer.- me dijo con dulzura.

- Lo sé,  tú también sabes que eres como una madre para mí.  - ella se acercó, me abrazó y me dio un beso en la cabeza. - ¿Por qué me preguntaste si iba?

- Raven me dijo que Jasper organizaría una fiesta hoy.

- Ash. - no me acordaba de eso.

- Cariño si no puedes ir, entiendo.

- Igual voy a ir contigo, el organiza fiestas todos los fines de semana, así que no me pierdo de mucho. - reste importancia, y lo hice, porque era así... Jasper desde los viernes hacia fiestas sobre fiestas, no decepcionaban era cierto y cada vez había algo nuevo, pero esta vez tenía muchas más ganas de ir a acompañar a Antonia, sabia que el rosario que me tendría Raven mañana sería grande, pero después pensaría en eso.

Perfectamente imperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora