Capitulo V

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Buenas dias/ tardes/ noches querid@s lector@s aquí le traemos un nuevo capítulo, no se como les va pareciendo la historía, pero espero les guste lo que llevamos hasta ahora. Hasta la próxima, cuídense y abrazos... 🤗🤗🤗

Nylah Green 

Desde el primer momento que Clarke entro a mi vida, se convirtió en ese pilar que sostiene todo... Se que suena descarado después de todo lo acontecido, pero es así. Ella para mi lo es absolutamente todo, cuando por mi me acepto, me embargo felicidad plena y absoluta. Era un trofeo para mi tenerla y ahora lo jodí, lo eche a perder... Tenia muy claro que los sentimientos de ella no pasaba de ser simplemente cariño, eso me agobiaba mucho. Hacia todo para ganarme su amor y no un simple afecto, pero nunca fui suficiente. 

La he cagado mucho a lo largo de mi vida, esta no es la excepción, sabia de sobra que ella no me amaba, si. Pero era mi eje, mi punto de control, mi mundo. Quizás no es justificable el haberla engañado, tampoco busco justificarme. Pero el hecho de tener a las personas que quería disponibles para mi, y ella pues... Tener relaciones sexuales con las mujeres con las que estaba, no significaban nada, y con ella era distinto para mi, pero me dolía darme cuenta que para ella era exactamente igual que sentía yo con cualquiera, solo y meramente placer sexual.

No estaba dispuesta a perderla, ella era mía... Es mía y va a ser mía. 

No sabia cuanto tiempo tenia a las afuera de la casa de Clarke, pero como dije... No me iría hasta volver a verla.

- Clarke, mi amor... No me iré hasta que hables conmigo. - Grite para que me escuchara. Vi la silueta de alguien asomada por la ventana. - Mi amor, baja por favor.

- Lárgate Nylah, no lo entiendes... No te quiere ver, vete. - Y allí estaba la fastidiosa de Raven, es una metiche, como si el asunto fuera con ella. - Conste que te lo advertí. 

Espere que ella bajara y me sacara la madre un par de veces, que me cacheteara. Pero lo que hizo, eso si no me lo esperaba. Tiro encima de mi un baldado de agua helada, esa maldita perra desgraciada me mojo entera, y no de la forma que una agradece.

- Maldita, desgraciada. -  grite 

- Te lo advertí, te lo dije... Ahora lárgate, antes que decida echarte el pipí de Hedwig, así que  decide. - terminar esa noche con la orina de un can encima no es lo que esperaba, así que preferí montar mi moto con la rabia creciendo dentro de mi.

- CLARKE... YA NOS VEREMOS LAS CARAS, ESTO NO SÉ QUEDARÁ ASÍ, ENTIÉNDELO ERES MÍA Y YO TE AMO. -  Grite mientras ponía en marcha mi motocicleta, con rumbo a el único lugar donde sabia que seria recibida.

Siempre he pensado que conducir una moto da una plena sensación de libertad inigualables, sentir la brisa en la cara, no estar limitada en el espacio o por el terreno que pueda pasar. Definitivamente era libertad en su máxima expresión, ademas que en ese momento en particular, la rabia que sentía hizo que  quisiera meter a fondo el acelerador. Pero tampoco se podía permitir tal cosa sin tener las debidas precauciones, pues las calles de Manhattan a esas horas y ese día en especifico estaban llenas, gente yendo de un lugar a otro. Carros que colapsan el sistema de trasporte, pero la motocicleta le daba la facilidad de conducir a través de esas bastas calles sin ningún problema si iba a una velocidad adecuada.

Conocía las calles de Manhattan como pocas personas se pueden regodear en decirlo, y en particular esa ruta por la que iba, la hubiese seguido con los ojos cerrados de ser posible. Al llegar a ese lugar tan conocido, aparco la moto, se bajo de ella y se acerco al citofono, marco al piso que correspondía, se lo sabia de memoria 24-C. La voz que contesto al otro lado del auricular le provoco mas anciedad de la debida, quizás más por el hecho de la situación en si misma, que por el hecho de que sintiese algo por aquella persona en particular. De hecho su idea de estar en ese momento allí, apostada en ese lugar,  era porque necesitaba descargar.

Perfectamente imperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora