Capitulo XI

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7 años atrás aproximadamente...

Gustus Woods

- ¿Que misterio guarda tu movil? Desde que estoy aquí a tu lado lo has visto más de siete veces. - Dijo Nyko.

- Nada, preocupate más bien de que si riegas ese whisky en la alfombra te tocará limpiar.

- ¿Estas esperando alguna llamada referente a tu puesto en la Universidad de Columbia?

- No, ya eso está mas que listo... De hecho en unas semanas más me voy. Sólo estoy esperando que Michael consiga mi reemplazo. - la tristeza en la cara de Nyco era evidente.

- Así que nuevo puesto... Nueva vida y nuevos amigos.

- Tranquilo, puedes visitarme... No tienes que sentir celos.

- No seas idiota Gustus, lo único que extrañaré de ti es este genial y caro whisky que tiene el precio de mi salario de seis meses. - exagero.

Desde que Nyko supo que me iba de la clínica, aunque evitaba demostrar cuanto le afectaba mi partida, era evidente que me pesaba bastante mi ida. Cuando nos conocimos hicimos clic al instante, nos volvimos grandes amigos y nos conocíamos demasiado bien.

- Bueno amigo, me debo marchar... En breve me toca mi turno en la clínica. Gracias por los tragos y espero que antes que te vayas me dejes una de estas ricas y obstentosas botellas de tu whisky. - se puso de pie, dejó el vaso en la isleta del minibar y se despidió dándome un apretón de mano.

- Veré si te mereces tener en tu poder una botella que cuesta tu salario de seis meses. - dije riendo y el sólo se fue.

Volví a revisar mi teléfono, algo que era absurdo... Porque tenia el volumen de notificación al máximo, pero no podía evitar ese reflejo que se me había generado desde el mismo momento que le entregue mi número de teléfono personal a Rebecca. Hacia ya cuatro días que ella había salido de alta del hospital y no tenía noticias de ella. Y ni siquiera sabía porque estaba esperando su llamada si ella no quedó en llamarme, pero tuve la esperanza de que quizás y sólo quizás lo haría.

Tanta esperanza tenía que había hablado con Indra para ver si aún estaba sin ayudante, ella se extraño porque no pensó que le iba a dar interés. Y cuando le dije que quizás podría conseguir a alguien que la ayudará, casi me hizo sentir que lo que le había dicho en realidad era que me iba a casar otra vez. Y desde que le hice la pregunta, me comenzó a llamar varias veces al día para saber si ya tenía noticias de esa persona que le recomendaba.

A estas alturas no sabía si ella recibió la tarjeta sólo por cortesía o porque en realidad pudiera considerar pedir mi ayuda, en realidad no se porque tenía que tener esperanzas de que ella me llamaría. No es que nos conozcamos o seamos íntimos o amigos como para que ella me pida ayuda. Deje de lado el teléfono y mejor fui a buscar un trago de ese whisky que le gustaba tanto a Nyko.

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Becca Pramheda.

En serio que esto me está costando demasiado, no contar con una hoja de recomendación, un título que me respalde... Nada.

- ¿Que tienes Becca? - dijo Caroline mientras salía de la cocina.

- Hola, ¿No te tocó trabajar hoy? - ella negó con la cabeza.

- ¿Y que tienes? Te noto angustiada.

- Un poco, llevo cerca de una semana ya aquí y nada que encuentro trabajo. Necesito algo pronto porque ya contrate a un detective privado y tengo que pagar honorarios, el dinero que tenía conmigo está prácticamente agotado y en cada lugar que voy me preguntan por títulos, carta de recomendación y no cuento con nada... No se que hacer.

Perfectamente imperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora